mayo 18, 2025
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Para forjar su sueño en una panga para recibir la noticia de jugar como cabeza

  • mayo 17, 2025
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Tranquilo, grave y concentrado. Alberth Barahona, un joven talentoso de solo 20 años, está marcando su camino en el mundo del fútbol profesional. A pesar de su corta

Para forjar su sueño en una panga para recibir la noticia de jugar como cabeza

Tranquilo, grave y concentrado. Alberth Barahona, un joven talentoso de solo 20 años, está marcando su camino en el mundo del fútbol profesional. A pesar de su corta edad, este centrocampista ya ha comenzado a dejar huella en la categoría más alta del fútbol. Recientemente, tuvo la oportunidad de jugar su primer partido como titular en una emocionante semifinal, ante un estadio lleno de aficionados que apoyaban a su equipo mientras él vestía la camiseta que siempre ha anhelado.

Originario de Isla Venado, Alberth ha llevado consigo la pasión por el fútbol desde muy temprana edad. Vive en la pequeña isla con su familia y desde los cuatro años se unió al equipo que entrenaba su padre. A medida que fue creciendo, su dedicación y amor por el fútbol le llevaron a un nuevo nivel cuando, a los nueve años, se unió a una escuela de fútbol en Jicaral. Durante esta etapa crucial, su crecimiento como jugador continuó, y con solo 14 años, fue reclutado por el reconocido equipo de Jicaral Sercoba.

La vida en Jicaral, que pertenece al distrito de Lepanto en Puntarenas, implicó un cambio significativo para Alberth y su familia. Ellos debieron mudarse en una panga para que él pudiera entrenar adecuadamente y seguir persiguiendo su gran sueño de convertirse en futbolista profesional. «Primero iba a la escuela y después, al terminar, tomaba la panga hacia un lugar que se llama Penca. A veces mi papá me llevaba, pero cuando estaba ocupado en la pesca, me las arreglaba para ir solo o encontrar algún viaje», explicó Barahona recordando sus inicios.

A la edad de 17 años, Alberth tuvo un momento decisivo en su carrera cuando jugó una semifinal con el equipo de Jicaraleño contra el Deportivo Saprissa en La Cueva. Su brillante desempeño en ese partido no pasó desapercibido, y al día siguiente recibió una llamada que cambiaría su vida como jugador de fútbol.

«El domingo estaba en la iglesia cuando recibí una llamada. No quería responder porque era de un número desconocido. Mi papá me animó a contestar, así que dejé la iglesia. Era Don Sergio (Gila), quien me dijo que realmente le había impresionado mi actuación en las fases semifinales de los dos partidos y que quería ofrecerme una oportunidad con Saprissa en el próximo torneo,» añadió emocionado el joven futbolista.

Tras recibir la sorprendente noticia, ahora su misión era convencer a sus padres para dar el paso de dejar su hogar en la isla. Aunque al principio no estaban muy convencidos, finalmente lograron apoyarlo, algo que Barahona valora enormemente. «Sabía que era una oportunidad que no podía dejar pasar,» comentó con determinación.

Alberth guarda recuerdos entrañables de su infancia, particularmente aquellos momentos en el patio de su abuela, donde jugaba “Mejengas” con sus primos Verónica y Mónica Matarrita, quienes también son futbolistas del equipo femenino de Seportivo Saprissa. «Siempre rompíamos el pobre patio de mi abuela,» recordó entre risas. Todo niño tiene un ídolo, un jugador que sueña ser durante los partidos. Para Alberth, el patio de su abuela era mágico, y él se sentía como Mariano, su ídolo.

Ahora, con la oportunidad de entrenar a su lado, no olvida cómo su primera experiencia con el equipo fue tan abrumadora. “Estaba en el Camerún de los Chamacos. Recuerdo que bajamos y al ver a Mariano, no sabía cómo reaccionar. Hasta le pedí una foto,» recordó con nostalgia.

Hoy en día, Alberth menciona cómo el vestuario entero lo apoya y lo aconseja, recordándole la importancia de la humildad y el trabajo duro. «Ellos siempre dicen que si entrenas al 100%, jugarás al 100%,» agregó, reflexionando sobre los consejos que ha recibido.

Todo su esfuerzo lo llevó a debutar y a sumar minutos en el campo, hasta culminar en su rol como titular en un partido crucial, la semifinal contra Herediano. El domingo por la mañana, Barahona recibió un mensaje importante de José Francisco Porras (secretario técnico), indicándole que debía dirigirse a la oficina del director técnico, Paulo Wanchope.

Al llegar, Wanchope le transmitió que había notado su compromiso y su dedicación constante, independientemente si estaba en la lista de jugadores o no. «Me dijo que iba a jugar desde el comienzo y sentí una emoción tan grande que hasta se me salieron lágrimas,» compartió emocionado.

El resto del día fue una mezcla de nervios y alegría por esta oportunidad, un momento del que todo el país está hablando. Después del partido, lo primero que hizo fue contactar a sus padres a través de una videollamada, recordando siempre sus raíces. De ese Alberth que partió en Panga desde la isla, a convertirse en un jugador que lleva el orgullo de su equipo en el pecho, tal como solía soñar en el patio de su abuela.

En la actualidad, Barahona reside en el Saprissa Sports Club House, conviviendo con otros jóvenes talentos de la institución, y divide su tiempo entre el fútbol y sus estudios en leyes, gracias a una beca proporcionada por el club.

Texto del sitio web: saprissa.com