Deportivo Saprissa se encontraba en una situación de gran tensión y urgencia, al borde de la eliminación en el torneo. Al llegar al último día de la fase regular, ocupaba la quinta posición y tenía la imperiosa necesidad de lograr una victoria frente a Pérez Zeledón. Además, se requería que Carthaginés o Puntarenas no obtuvieran buenos resultados en sus respectivos partidos. El primer equipo mencionado, Carthaginés, se destacó y ganó contundentemente (3-0). Por otro lado, Puntarenas fue derrotado por Sporting, lo que les dejó fuera de la lucha por los primeros cuatro puestos. La combinación de estos resultados fue fundamental para que Deportivo Saprissa lograra su objetivo de entrar a las semifinales.

De esta manera, el equipo tibaseño logró clasificarse a las semifinales por un camino sumamente estrecho. Sin embargo, en lugar de ocultar esta realidad, tanto los jugadores como el cuerpo técnico decidieron ser transparentes al respecto. Se reconoció abiertamente la dependencia de resultados ajenos, pero también se reclamó el crecimiento visible que se ha manifestado durante la segunda ronda del campeonato. Este equilibrio entre la necesidad de resultados y la mejora en el rendimiento fue destacado por todos.

El entrenador Paulo César Wanchope fue especialmente claro en su análisis: «Es fácil comentar que lo logramos en el último momento, pero pasamos por momentos muy complejos. Recuerdo claramente la victoria en Sporting, que fue un triunfo muy esperado tras años de frustración. También enfrentamos a equipos fuertes como Herediano y la Liga, y ganamos en situaciones clave que nos permitieron llegar a este punto».

Wanchope también mencionó que la última jornada estuvo marcada por una mezcla de factores. A pesar de ello, subrayó que había una clara evolución en el equipo en semanas previas a esta decisiva fecha. «Todo esto nos ayudó a aprovechar la caída de Cartaginés», expresó, lo que demostraba la confianza en su grupo y en su capacidad de sacar provecho de las oportunidades.

El defensor Douglas Sequeira fue aún más directo en sus declaraciones: «Gracias a Dios que logramos clasificarnos, eso es lo más importante. Sabemos que hay personas que nos han apoyado desde afuera, pero hemos incrementado nuestro rendimiento y queremos ofrecerles una alegría a todos nuestros fanáticos». Su entusiasmo reflejaba el deseo colectivo del equipo de compensar la fe que sus seguidores habían depositado en ellos.

Por su parte, el centrocampista Yoserth Hernández también abordó la culminación del torneo de manera honesta. «No entramos en la fase de la manera que deseábamos. Al principio, los resultados no fueron los que esperábamos, pero el final ha sido positivo y hemos fortalecido nuestra defensa. El equipo se siente unido y cercano», añadió Hernández, enfatizando el proceso de mejora al que se han sometido.

En cuanto a Deyver Vega, quien se encuentra en recuperación tras una cirugía, comentó sobre el cambio de dinámica en el equipo: «Dependimos de un resultado, sí, pero eso fue por lo que hicimos al inicio del torneo. El equipo ha cambiado, estamos más motivados y deseamos demostrarlo. Aunque no era el ingreso que esperábamos, hemos cosechado una serie de buenos resultados. Paulo identificó lo que estaba mal, mejoró lo que era positivo, y los resultados son evidentes».

Vega también fue contundente: «No éramos muy apreciados, pero aquí estamos, con humildad y responsabilidad, avanzando paso a paso y con una gran hambre de obtener el título». Esta disposición del equipo es un reflejo del compromiso que tienen con su crecimiento y objetivos.

Deportivo Saprissa ahora se preparará para enfrentar a Herediano en las semifinales, un duelo que promete ser intenso y emocional. Se espera que esta serie sea una especie de venganza, ya que en el último torneo fueron eliminados por el actual campeón nacional. Esta vez, no obstante, llegan heridos, pero con su orgullo intacto y un mensaje claro: El monstruo está vivo.