La clasificación de Deportivo Saprissa a las semifinales del torneo Clausura 2025 fue una experiencia angustiante. Aunque el equipo había hecho su parte al conseguir una victoria convincente de 0-3 ante Pérez Zeledón en el estadio municipal del Valle General, el desenlace de su clasificación dependía de otros resultados. Los jugadores y aficionados tuvieron que lidiar con una espera ansiosa por conocer su destino una vez finalizado su partido.
Los Tibaseños no podían estar tranquilos, ya que el resultado de su clasificación no dependía exclusivamente de su actuación. Mientras celebraban en la Gramilla sintética, el duelo entre Carthaginés y Sporting aún estaba en juego. Con cada minuto que transcurría, la incertidumbre se hacía más palpable. La pregunta en el aire era si esa victoria sería suficiente para asegurar su pase a la siguiente ronda.
Con los teléfonos móviles en mano, los jugadores, el cuerpo técnico y los aficionados se agrupaban en pequeños círculos, todos ansiosos por mirar las pantallas y seguir el desenlace del otro partido. Fue un momento tenso; esos tres minutos que parecían una eternidad mantenían a todos al borde de sus asientos. La transmisión desde el estadio Fello Meza indicaba que el partido entre Misty y Josefinos se acercaba a su final. Si el encuentro terminaba en empate, Saprissa quedaría eliminado. En ese instante, un suspiro colectivo se oyó cuando el puntaje se mantenía en 1-2 a favor de Sporting, y la reacción fue inmediata: locura desatada.
Celebración púrpura, Comunión Total
Confirmar ese resultado fue un alivio monumental; Saprissa selló su clasificación sumando 39 puntos, superando a los Cartaginés, que terminaron con 38. Mariano Torres, con el puño en alto, fue uno de los primeros en correr hacia los aficionados que vitoreaban. Tras él, el entrenador Paulo César Wanchope llegó, visiblemente emocionado, agradeciendo con gestos y canciones a los seguidores que habían viajado hasta Pérez Zeledón para apoyar al equipo.
La escena estuvo llena de abrazos entre los jugadores, lágrimas de alegría y gritos de «¡sí, se pudo!» que marcaron un cierre dramático para un equipo que había enfrentado momentos inciertos y parecía estar al borde de la eliminación. Sin embargo, esta vez, el relato concluyó de manera positiva, demostrando la resiliencia del equipo.
Ahora, Saprissa se prepara para enfrentarse a Herediano en las semifinales. La noche dejó en claro que el espíritu de lucha y la convicción en el vestuario púrpura están más vivos que nunca, listos para afrontar el próximo desafío.