Costa Rica se enorgullece de contar con un entorno natural donde florecen espectaculares variedades de flores, las cuales son admiradas tanto por los Ticos como por los visitantes que vienen de diversas partes del mundo. Las exuberantes coloraciones y la belleza de estas flores han hecho de este país un destino imperdible para aquellos que buscan una conexión profunda con la naturaleza.

En la actualidad, el agroturismo ha cobrado una relevancia significativa en el paisaje turístico del país, y este lugar es un claro ejemplo de esa tendencia. A diario, excursiones organizadas y grupos de visitantes llegan con entusiasmo para disfrutar de la maravilla de las flores y para aprender más acerca de esta flor en particular. La interacción con la naturaleza y la oportunidad de conocer el proceso de cultivo de estas hermosas plantas crean una experiencia enriquecedora para todos.

Este campo de girasoles es verdaderamente impresionante; en estos momentos, alberga más de 600 mil flores, y este periodo representa el pico de la temporada de cultivo, que se extenderá hasta mediados de mayo. Esta explosión de color no solo embellece el paisaje, sino que también se convierte en un atractivo irresistible para quienes desean disfrutar de un día diferente, lejos del bullicio de la vida urbana.

Erick Porras, el visionario detrás de este hermoso proyecto, empezó su aventura hace varios años, impulsado por la alegría que siente al ver a una persona sonreír al contemplar un girasol. Su pasión por la horticultura y su amor por la naturaleza han dado vida a un espacio donde las flores no solo crecen, sino que también fomentan una sensación de felicidad y bienestar entre los visitantes. Esto convierte al campo en un lugar ideal para compartir momentos inolvidables en compañía de amigos y familiares.

En total, hay 10 variedades distintas de girasoles cultivadas aquí, lo que no solo añade diversidad al campo, sino que también ofrece a los visitantes una experiencia única y fascinante. Algo especialmente atractivo es que las personas que llegan a este lugar tienen la oportunidad de capturar recuerdos que perdurarán en el tiempo, ya que hay más de 11 puntos estratégicos diseñados para que los amantes de la fotografía puedan aprovechar al máximo la luz y el color que ofrecen los girasoles. La combinación de estos elementos crea el escenario perfecto para fotos inolvidables que se pueden compartir en redes sociales o simplemente atesorar en el corazón.

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