Carlos Felipe García ha sido confirmado como el primer secretario de la Junta Directiva tras una estrecha coordinación en el proceso electoral .

García obtuvo este puesto en una segunda ronda, conocida como Daniela, después de que ninguno de los cuatro candidatos iniciales lograra alcanzar los 29 votos mínimos requeridos para ser elegidos. Este escenario resalta la dinámica complicada de la política actual.

El candidato de la Social Cristiana, quien solo recibió 20 votos en la primera ronda, sorprendió a muchos este 1 de mayo, dado que no formó parte de las conversaciones mayores. Las negociaciones que llevaron a la repetición de la votación tenían su orígenes en un acuerdo orquestado por el PLN, que incluía una fórmula que también integró elementos del PUSC, PLP y el bloque independiente.

Este movimiento, apoyado por él mismo, reafirmó además la fractura interna que aún persiste dentro de la ruptura social cristiana, mostrando una vez más cómo sus voces se dividieron en este 1 de mayo. Durante esta jornada, el ambiente estaba cargado de tensiones y la política quedó al descubierto.

En contraste, Rojas, otro de los candidatos, había recibido 28 votos en la primera ronda, pero su apoyo disminuyó a 27 en la segunda ronda. Esto subraya la complejidad del escenario electoral y las dinámicas cambiantes entre los candidatos y sus respectivos partidos.

¿Cómo se distribuyeron estas voces?

Sin lugar a dudas, la elección de García se ha convertido en uno de los aspectos más intrigantes del actual Congreso. Su éxito electoral fue el resultado de una combinación de votos provenientes de su propia fracción, una parte del PLN, el Frente Amplio, la Nueva República, y casi el total de la decisión, circunstancia en la que incluso Ad Acuña se votó a sí mismo (cancelado).

Rojas, por su parte, logró captar otra parte del apoyo de los Verdiblancos y de los Cristian Socialistas, además del respaldo del PLP y parte del bloque Independiente. Este fenómeno indica una repartición clara de preferencias que marcan cómo se distribuyen las fuerzas políticas en el Congreso.

Un detalle notable es el caso de Vanessa Castro, quien ha sido vista como una de las aliadas más fuertes de García. Sin embargo, su negociación de la vicepresidencia con el PLN y el PUSC añadió una capa más de complejidad a esta situación, destacando cómo las alianzas políticas pueden variar y reconfigurarse a lo largo del tiempo.

La elección de la Primera Secretaría no fue un proceso sencillo, dado que este cargo ocupa el segundo lugar en importancia dentro de la Junta Directiva, solo por detrás de la Presidencia. Este puesto implica una gran responsabilidad, ya que conlleva muchas de las tareas administrativas fundamentales que regulan cómo opera la República, abarcando desde la construcción y gestión de proyectos hasta la concesión de permisos y la asignación de recursos.