La calidad del aire se produce después del azufre y las cenizas del poás en el nivel «pesado» en Grecia
abril 30, 2025
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El Laboratorio de Química de la atmósfera de la Universidad Nacional de Costa Rica (LQA-AUNA) ha emitido una alerta significativa en relación con la calidad del aire en
El Laboratorio de Química de la atmósfera de la Universidad Nacional de Costa Rica (LQA-AUNA) ha emitido una alerta significativa en relación con la calidad del aire en la región de San Luis de Grecia. Este mensaje de advertencia se clasifica como un nivel «difícil», y es consecuencia de la intensa actividad del volcán Poás, que ha generado la liberación de dióxido de azufre y cenizas en el aire.
La advertencia fue basada en datos recopilados por un dispositivo de medición instalado en el Cantón de Alajuela, el cual ha estado sufriendo las consecuencias directas de la erupción del volcán. La información recogida fue puesta a disposición del sitio web .com, que ha estado siguiendo de cerca este desarrollo.
«La calidad del aire fue variable durante la noche, con valores que fluctuaron entre moderado, malo, muy malo y serio. Las concentraciones de dióxido de azufre mostraron un rango de entre 161 microgramos por metro cúbico (µg/m3) y alcanzaron hasta 552 µg/m3 en el promedio temporal. Además, la cantidad de material de partículas suspendido en el aire, que incluye cenizas, tuvo mediciones de entre 119 µg/m3 y 771 µg/m3,» explica el informe.
«Entre las 12:00 y la 1:45 a.m., se registró una calidad del aire pesada, caracterizada por una alta concentración de dióxido de azufre y materiales particulados, incluidas cenizas de diferentes tamaños,» agrega el documento.
Los niveles alcanzados son extremadamente altos, lo que implica que respirar el aire en esta ciudad no es recomendable. Según el índice de calidad del aire de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (IQA-EPA), las condiciones actuales son potencialmente perjudiciales. Este riesgo se agrava para aquellos que son más sensibles, como las personas con alergias, aunque puede afectar incluso a aquellos que normalmente no tienen problemas de salud relacionados con el aire.
José Pablo Sibaja, director del Laboratorio de Química Atmosférica, comentó que los altos índices de contaminación pueden causar síntomas como vómitos, tos, irritación ocular y en la piel, entre otros efectos adversos. La gravedad de estos síntomas dependerá de la cantidad de gas que inhalan las personas y el tiempo que estén expuestas a estas condiciones.
«Para que se produzcan efectos letales, los niveles tendrían que ser considerablemente más altos, potencialmente hasta 20 veces más que lo que se ha recolectado durante las horas críticas de la madrugada,” precisa el director.
Esto, por supuesto, podría generar síntomas severos como vómitos, irritación cutánea y problemas oculares, que pueden ser muy desagradables para quienes los experimentan. Los resultados obtenidos han sido comunicados de manera adecuada a la Comisión Nacional para la Prevención de Riesgos y la Atención de Emergencias (CNE) y la Cruz Roja Costarricense (CRC) para que se tomen las medidas preventivas necesarias.
El científico también indicó que se espera que las condiciones climatológicas, especialmente las precipitaciones en los próximos días, puedan contribuir a una purificación del aire, ya que estos fenómenos tienden a solubilizar los gases y a arrastrar las cenizas hacia el suelo. Esto podría resultar en un efecto de «Lluvia Ácida», lo que se espera que mejore la calidad del aire pronto.
Gran Escape
Por otro lado, el vulcanólogo Geoffroy Avard ha mencionado los importantes valores de azufre que se están liberando desde el volcán Poás.
El especialista explicó que existen diversos métodos para medir el flujo de gases, pero enfatizó que el más confiable ha permitido determinar que actualmente alrededor de 5,000 toneladas de dióxido de azufre son emitidas diariamente por el coloso. Este volumen es considerado «exagerado» en comparación con las 100 toneladas de gas que se liberaban mientras el Poás se encontraba en calma hace un año, según el experto.
Esto pone en contexto el significativo deterioro que ha experimentado la población que vive en la proximidad del volcán, especialmente aquellos situados bajo los vientos dominantes que transportan las cenizas y los gases.
«Es una incomodidad, sin duda. El gas es irritante, y la ceniza resulta incómoda o molesta. No obstante, no necesariamente causa enfermedades, y aún menos la muerte, por lo que es importante ver el contexto con una perspectiva adecuada,” señala el experto.
«El volcán tiene un comportamiento cíclico y ha producido situaciones similares en el pasado. Si se rememoran las historias de antiguas generaciones, podrían recordar la crisis de Irazú o Poás, sobrepasándola a pesar de la intensidad de aquellos episodios,” agrega.
Además, el experto recordó que se han registrado erupciones que han alcanzado una altura de 4.5 kilómetros, influenciando la dispersión de cenizas y gases en diferentes direcciones debido a las corrientes de viento.
Por ejemplo, las partes más bajas de las erupciones tienden a afectar lugares como Grecia, Sarchí, Río Cuarto, Naranjo, y San Ramón, mientras que los niveles de altura más elevados pueden tener un impacto en San Carlos, extendiéndose incluso a Limón.
En un escenario donde las erupciones alcanzaran alturas aún mayores, es posible que pequeñas cantidades de cenizas puedan incluso llegar a Nicaragua, como se mencionó anteriormente por el vulcanólogo. Por el momento, se desconoce la cantidad exacta de gases que el coloso está liberando, aunque el experto sospecha que son cantidades significativas.