abril 29, 2025
Costa Rica

Navegación de esclavos daneses en Cahuit

  • abril 28, 2025
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Restos del naufragio de los buques esclavos daneses en Cahina, Costa Rica. Cortesía Cahuita, 28 de abril (Elpaís.cr) .- En un anuncio histórico hecho por la Casa de

Navegación de esclavos daneses en Cahuit

Restos del naufragio de los buques esclavos daneses en Cahina, Costa Rica. Cortesía

Cahuita, 28 de abril (Elpaís.cr) .- En un anuncio histórico hecho por la Casa de la Cultura Calipso, los investigadores han confirmado la identidad de dos naufragios en el Parque Nacional Cahuita: los buques esclavistas daneses conocidos como Fredericus IV y Christianus V. Estas embarcaciones fueron destruidas en el año 1710 como resultado de un disturbio interno y las posteriores tormentas que afectaron la región.

Este hallazgo se presenta como el fruto de un arduo trabajo de investigación que ha durado cerca de nueve años y tiene el potencial de reescribir la historia sobre la llegada de africanos al Caribe costarricense.

La investigación fue liderada por la comunidad a través de Los Embajadores y Embajadores del Mar (CCBEM), en colaboración con la sede de la Universidad de Costa Rica (UCR) en el Caribe, así como con el apoyo de los SINAC y científicos del Museo Nacional de Dinamarca. Los resultados fueron presentados en un evento que se transmitió en vivo por YouTube.

El estudio que dio pie a este importante descubrimiento combinó diversas disciplinas, incluyendo arqueología submarina, historia oral y conocimiento ancestral, contando con la participación de expertos de renombre internacional que aportaron a la investigación.

Durante más de tres décadas, los restos encontrados habían sido atribuidos erróneamente a barcos piratas. Sin embargo, análisis de anclajes, armamento y registros históricos provenientes de Dinamarca, Costa Rica y España confirmaron que realmente pertenecían a la Compañía de las Indias Occidentales y Guinea en Dinamarca, dedicada al tráfico de personas esclavizadas desde África a los Estados Unidos.

Los disturbios que cambiaron su destino

Según documentos históricos, estos barcos partieron desde Copenhague en 1708, llevando aproximadamente 800 africanos esclavizados desde Ghana. Tras un motín fallido en alta mar y otro levantamiento en marzo de 1710, uno de los barcos fue quemado, mientras que el otro logró llegar a Cahuita.

De los aproximadamente 800 africanos a bordo, al menos 650 lograron liberarse, encontrando refugio en Talamanca o siendo capturados en Matina. Entre estos se encontraba Miguel Maroto, quien pertenecía a un grupo de 16 miembros del grupo étnico Mina, llevados a Cartago, y cuya descendencia pervive hasta nuestros días.

Legado que vive en la memoria colectiva

Uno de los hallazgos más conmovedores durante la investigación fue la localización de descendientes directos de Maroto, incluyendo a una mujer de 103 años residente en Cartago que no tenía conocimiento de su herencia africana. «Es emocionante conocer nuestra historia gracias a estos jóvenes», comentó.

Este proyecto se erige como un ejemplo de ciencia ciudadana, rescatando historias orales de pescadores de Cahuita y tejido estas narrativas con evidencia arqueológica. «Esto no es solo ciencia, es un recuerdo de nuestra comunidad afro e indígena», expresó un líder de CCBEM.

El evento completo donde se detallaron estos hallazgos y su repercusión en la historia costarricense está disponible en el canal UNED ONA en YouTube.

Con esta revelación, Cahuita no solo revive un capítulo olvidado de su historia, sino que también rinde homenaje a aquellos que, a pesar de haber sido traídos en condiciones de esclavitud, lograron forjar la identidad y la cultura del Caribe.

Abajo

En septiembre de 2023, Elpaís.cr anunció que las investigaciones seguían señalando la importancia de estos naufragios. Las expediciones realizadas por el CCBEM, con el apoyo de arqueólogos internacionales, analizaron ladrillos, maderas y artefactos diversos para confirmar el origen danés de los barcos.

La investigación también exploró el destino de las personas esclavizadas, cuyo legado podría rastrearse incluso antes del registro oficial en Costa Rica. Este hallazgo subraya la importancia de las comunidades locales en la preservación de su herencia cultural y abre nuevas líneas de investigación sobre la diáspora africana en América Central.