Papa Francisco: Guía Espiritual de la Iglesia Católica
- abril 22, 2025
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El mundo ha recibido la triste noticia del fallecimiento del Papa Francisco, quien ha dejado este plano terrenal a la edad de 88 años. Este suceso fue confirmado
El mundo ha recibido la triste noticia del fallecimiento del Papa Francisco, quien ha dejado este plano terrenal a la edad de 88 años. Este suceso fue confirmado
El mundo ha recibido la triste noticia del fallecimiento del Papa Francisco, quien ha dejado este plano terrenal a la edad de 88 años. Este suceso fue confirmado oficialmente por el Vaticano en una declaración divulgada a través de su canal de Telegram. La lamentable noticia se produce un día después de que el pontífice, con una notable valentía frente a su estado de salud, se presentara ante la multitud desde el balcón de la Basílica de San Pedro para celebrar la Pascua, lo que se ha convertido en su último mensaje para el mundo.
El cardenal Kevin Farrell tuvo la difícil tarea de comunicar esta noticia a los fieles, afirmando: «Queridos hermanos y hermanas, con dolor profundo tengo que anunciar la muerte de nuestro Santo padre Francisco». En ese momento, mencionó que el pontífice había regresado a la casa del Padre a las 7:35 de la mañana (05:35 GMT), destacando su dedicación a la iglesia y al servicio del Señor a lo largo de su vida.
El fallecimiento del Papa Francisco ha suscitado reflexiones a nivel mundial sobre su legado. Desde su elección al papado, ha sido un agente de cambio en la iglesia católica, así como un influyente actor en la geopolítica moderna. Su último mensaje, pronunciado desde el histórico balcón de la Basílica durante la celebración de la Pascua, resonará de manera significativa en los corazones de quienes lo siguieron, reflejando su inquebrantable espíritu ante las adversidades de su salud.
Recientemente, el Papa había enfrentado serios problemas de salud, habiendo sido hospitalizado durante un extenso periodo de 38 días debido a una severa neumonía. A pesar de estos desafíos, el 23 de marzo, recibió el alta, aunque las fuentes del Vaticano afirmaban que su estado seguía siendo delicado y que había ocurrido al menos dos episodios críticos de salud en el año anterior.
A pesar de su convalecencia, Francisco hizo un esfuerzo notable para participar en la misa de Pascua y realizó la tradicional bendición «Urbi et Orbi» desde el balcón. Durante este último evento, deseó a todos un «Domingo de Pascua feliz» y enfatizó la importancia de «libertad de pensamiento y tolerancia» en su mensaje, haciendo un ferviente llamado a la paz y la convivencia en un mundo muchas veces fracturado por diferencias.
La Plaza de San Pedro se llenó de miles de fieles que esperaban con ansias verla después de semanas de incertidumbre sobre su salud. La aparición del Papa fue recibida con una ovación ensordecedora, interpretándose como un testimonio de su fuerza espiritual y su inquebrantable conexión con los creyentes, a pesar de los signos visibles de su batalla contra la enfermedad.