MADRID 18. (Europa Press) – En un reciente comunicado, la Casa Blanca anunció que está considerando la posible liberación de Jerome Powell, el actual presidente de la Reserva Federal Americana (Fed). Esta noticia surge a raíz de las tensiones políticas que han surgido en el entorno de la administración del expresidente Donald Trump, quien ha criticado la actuación de Powell desde la Oficina Oval. Trump ha manifestado su descontento en varias ocasiones, lo cual ha incrementado la presión sobre Powell en momentos críticos para la economía estadounidense.
Las declaraciones del asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, revelan que «el presidente y su equipo continúan estudiando este tema», aunque no proporcionó detalles específicos sobre el resultado de dichas deliberaciones. Esta incertidumbre ha generado un gran interés en los mercados y entre economistas que siguen de cerca las decisiones de la Fed, especialmente en un contexto económico que demanda respuestas rápidas y efectivas.
La controversia se intensificó después de que la República Takon, en el marco de una conferencia de prensa con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresara su descontento con Powell. Meloni, quien ha dejado clara su postura sobre las decisiones de política monetaria, insinuó que su insatisfacción podría tener repercusiones. «Lo informé. Y si quiero que se vaya, se irá muy pronto», advirtió, dejando entrever un clima de expectativas y posiblemente de cambios inminentes en la dirección de la Fed.
Es importante señalar que Powell ha sido objeto de críticas por su supuesta «lentitud» en la reducción de los tipos de interés, algo que el presidente de los Estados Unidos ha mencionado en sus mensajes en redes sociales. La falta de acción más rápida en este sentido ha llevado a frustraciones entre algunos sectores que consideran que la Fed debería adaptarse más rápidamente a las condiciones cambiantes del mercado y de la economía en general.
El panorama se complica aún más al considerar que el mandato de Powell como presidente de la Reserva Federal se extiende hasta el año 2026. Además, su papel como gobernador de la institución se mantiene hasta 2028, lo que significa que cualquier decisión sobre su permanencia en el cargo podría tener implicaciones significativas no solo para la política monetaria de EE. UU., sino también para la dirección futura de la economía global. No obstante, la intersección de la política con la economía en este momento particular podría resultar en modificaciones que podrían afectar a millones de ciudadanos en el país, así como a los mercados internacionales que dependen de las decisiones de la Fed.