En Washington, el 16 de abril, la agencia Sputnik informó que casi la mitad de los ciudadanos estadounidenses están convencidos de que los aumentos en los aranceles impuestos por Estados Unidos y China a los bienes de cada uno han resultado ser perjudiciales para las economías de ambos países. Esta conclusión se deriva de un estudio llevado a cabo por Yoeg, que refleja la opinión pública sobre una de las dinámicas más debatidas en la economía global actual.
Los resultados de esta investigación son reveladores: un 46 por ciento de los encuestados considera que los aranceles no aportarían beneficios a la economía estadounidense. Por el contrario, solo el 14 por ciento de los participantes en la encuesta afirmó que estas medidas podrían ser efectivas para ambos países involucrados. Este descontento por los aranceles se refleja en la percepción de la utilidad de estas tarifas en relación con cada país.
En términos de apoyo, apenas un 5 por ciento de los encuestados considera que estas tarifas podrían ser beneficiosas para China, mientras que un 16 por ciento piensa que podrían beneficiar a los Estados Unidos. Sorprendentemente, un 20 por ciento del total de encuestados manifestó no tener una opinión clara sobre el impacto de los aranceles en el comercio entre ambos países.
Adicionalmente, la encuesta reveló que el 48 por ciento de los participantes considera que el comercio con China es de suma importancia para la economía estadounidense. Un 31 por ciento cree que el comercio es «algo importante». En contraste, solo un 10 por ciento de los encuestados opina que el comercio con China no tiene un impacto significativo en la economía nacional, lo que pone de relieve el reconocimiento del rol crucial que juega China en el contexto económico global.
El 2 de abril, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció nuevas tasas arancelarias que afectarían a varios países. Según este anuncio, la tasa básica se fijó en un 10 por ciento, con tarifas más altas aplicadas a 57 naciones, en función del déficit comercial que Estados Unidos mantiene con cada una de ellas. Este anuncio desencadenó una serie de reacciones y tensiones entre las potencias económicas, especialmente en el caso de China.
La decisión de aumentar las tarifas hacia los productos chinos ha dado lugar a lo que muchos analistas consideran una guerra comercial. Actualmente, los aranceles estadounidenses sobre los productos provenientes de China han alcanzado un desmesurado 145 por ciento, mientras que las tarifas impuestas por China a las importaciones estadounidenses se han elevado hasta un 125 por ciento. Esto establece un escenario de confrontación económica que podría tener repercusiones globales.
Cabe señalar que esta encuesta se realizó el martes pasado, y participaron en ella 4.430 adultos estadounidenses, mostrando así un amplio espectro de opiniones sobre un tema que, sin duda, seguirá acaparando la atención en el ámbito político y económico. (Sputnik)