¿Laura Fernández gana o pierde al negarse a participar en los debates?
– Reporte Tico
noviembre 13, 2025
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Mientras los distintos candidatos a la presidencia de la República buscan la manera de presentarse ante el electorado, la candidata de Pueblo Soberano, Laura Fernández, se niega a
Mientras los distintos candidatos a la presidencia de la República buscan la manera de presentarse ante el electorado, la candidata de Pueblo Soberano, Laura Fernández, se niega a participar en debates o foros contra sus rivales en la contienda por Zapote.
El último ejemplo ocurrió apenas este miércoles, cuando Fernández se retiró de participar en el debate organizado por la Junta de Pensiones y Jubilaciones del Magisterio Nacional (Jupema), en el que estaban presentes 15 de los 20 candidatos.
Ante la pregunta, la campaña de Fernández se limitó a repetir la respuesta que ya le había dado a Evelyn Fachler en su programa Por tres razonesdonde la politóloga inicialmente dijo que uno de sus mayores desafíos en la campaña era darse a conocer, pero poco después insistió en que no participaría en ningún debate hasta enero próximo.
«Tengo una agenda de campaña muy estratégica y todos los debates importantes y relevantes para este país están programados para el próximo enero», explicó.
Allí mencionó, como ejemplos, que participaría en el debate organizado por el Tribunal Supremo Electoral y también en Radio Columbia, así como en espacios organizados por el Estado de la Unión.
«Estoy atendiendo la agenda de campaña con un gran sentido de responsabilidad. Por supuesto, no puedo ir a todas las cosas que siempre me invitan», concluyó.
¿Pero es esta una buena estrategia?
Los expertos coinciden en que el riesgo de que Fernández pierda capital político en los debates es alto dada su posición en las encuestas, pero están divididos sobre si ese es el camino correcto para ella u otro candidato.
«Me parece arriesgado e inapropiado (no participar en los debates) si ella supone que tiene una ventaja suficiente y una presencia pública mucho mayor que sus oponentes, entonces desde ese punto de vista sería arriesgado y, en última instancia, contraproducente para ella exponerse a las ideas del debate.»
“Por otro lado, es un cálculo que te puede beneficiar hasta el momento, pero si me preguntas si esto te ayuda a mantener tu capital electoral y la ventaja que las encuestas dicen que tienes, ni tú ni yo lo sabremos”, explica Rotsay Rosales, coordinadora del Observatorio Nacional de Política de la Universidad de Costa Rica.
Rosales destacó que si bien la presentación de ideas y propuestas a la ciudadanía puede entenderse como lo que se puede desear o esperar, este discurso no es una prioridad en el análisis estratégico de las campañas.
En esta línea coincide el politólogo Sergio Araya, quien señala que la estrategia de Fernández y su círculo de asesores parece estar encaminada a arriesgar lo menos posible su capital y evitar escenarios que escapan a su control o al de su equipo de campaña.
Sin embargo, subraya que una decisión de este calibre debería ser fruto de una estrategia muy precisa.
“Es decir, se realizan mediciones, se crean escenarios, se analizan costos y beneficios y se busca el escenario de menor riesgo o, lo que es lo mismo, el más favorable”.
“Porque es obvio que esa estrategia de invisibilidad o discriminación de lugares a donde ir también puede tener una debilidad, puede crear un efecto boomerang, porque cuando ella empieza a no participar en los espacios, y de manera sistemática, lleva a que los candidatos no quieran desacreditarla en el propio debate, sino precisamente construir una narrativa que vaya en la dirección de desacreditar su ausencia o no presencia”, dijo Araya.
Precisamente ayer, tras su ausencia en la Sala Jupema, la candidata de la Coalición Agenda Ciudadana, Claudia Dobles, presentó al público su “contador de debates” en el que detalla todas las ausencias de Fernández, que ya incluye dos debates y cinco foros.
«Costa Rica debe escuchar todas las voces y confrontar ideas. La democracia surge del diálogo, no de correr o esconderse. Quienes queremos liderar este país tenemos el deber de dar la cara e informar a la ciudadanía», pidió Dobles.
El otro punto, no menos importante, es que las encuestas sugieren actualmente que más de la mitad del país aún no sabe por quién votar, y que esta masa de indecisos podría inclinar la balanza electoral hacia un lado o hacia el otro.
“Alejarse de este tipo de espacios genera menos desgaste y puede controlar la creación de una imagen negativa, pero también puede causar problemas a la hora de atraer votantes indecisos.
“Estudios electorales y postelectorales muestran que alrededor del 25% de los electores toman decisiones en los meses de noviembre y diciembre y que los debates son el lugar que más utilizan los ciudadanos para recabar información. Entonces si no te expones y no participas en los debates, también pierdes la oportunidad de ganar esa votación, lo que podría ser aprovechado por los demás candidatos participantes”, afirmó José Andrés Díaz, politólogo investigador del Idespo-UNA.
Antecedentes peligrosos
En el mismo análisis, los expertos recordaron que el caso de Fernández está lejos de ser el primero de un candidato que rechaza el debate público en Costa Rica.
El caso más recordado es sin duda el de Óscar Arias en las elecciones de 2006, donde se negó a participar en debates incluso durante la interna Campaña de Liberación Nacional en la que derrotó a Antonio Álvarez Desanti.
Precisamente de esta campaña electoral recordamos una frase del expresidente que ha resurgido en las redes sociales y que se fundamenta en la postura actual de Fernández: «Las águilas viven en las cimas y cometerían un gravísimo error si bajaran al barro a pelear con los caracoles», dijo al diario. la nación hace dos décadas.
En esta elección presidencial, Arias derrotó a Ottón Solís por apenas 1,12%, es decir, sólo 18.169 votos.
«Óscar Arias se abstuvo sistemáticamente de votar o se negó prematuramente a participar en los debates, especialmente los organizados por las universidades públicas. Allí el cálculo fue diferente, en una situación de altísima polarización por el tratado de libre comercio y Óscar Arias se identificó más fuertemente con una de las dos tendencias controvertidas.»
«Evidentemente era demasiado arriesgado y hasta hostil para él participar en un debate así y fue una elección que estuvo muy reñida, no sé si decir perdida, pero estuvo muy reñida… Entonces no hay nada nuevo de doña Laura, sino de alguien que gana, como pensaba Arias, y no quiere arriesgar su capital», dijo Rosales.
El otro caso es mucho más reciente.
“En 2018, Fabricio Alvarado también siguió una estrategia similar, reduciendo su participación en los debates con Carlos Alvarado e incluso estableciendo, al principio, una estrategia en la que filtraba preguntas de la prensa o pedía que se las enviaran con antelación antes de dar entrevistas, lo que finalmente resultó también contraproducente porque no le daba visibilidad más allá de las ideas que una parte del electorado había preconcebido en la primera vuelta”, recuerda Díaz.
Los expertos también coinciden en un último punto: fueron los debates los que llevaron a Rodrigo Chaves a la retina popular hace casi cuatro años.
«En estos tiempos, dado el perfil del electorado que tenemos, no es especialmente recomendable evitar tantos espacios de debate. Creo que es una estrategia equivocada en un contexto donde la lealtad al electorado es ahora mínima y, además, donde hay una alta volatilidad del electorado», explicó Araya.