Desde mayo del año pasado se logró implementar extradiciones de costarricenses a Costa Rica solicitadas por otros países ha recibido 14 solicitudes formalesla mayoría de ellos procedentes de Estados Unidos, y todos relacionados con presuntos delitos de narcotráfico.
El cambio de ley marcó un hito en la cooperación judicial internacional, pero también abrió Preguntas sobre si el país tiene los recursos y la capacidad suficientes para procesar por sí solos a individuos asociados con grandes estructuras criminales.
Uno de los casos más recientes es el de Gilbert Bell Fernández, conocido como “Coca machista”demandado por la justicia estadounidense por su presunta implicación en el tráfico internacional de drogas.
Ante las críticas de que un posible dependencia de la justicia extranjera, El fiscal general Carlo Díaz sostiene que el número de extradiciones no refleja debilidad sino coordinación internacional.
«No lo vemos como una debilidad, sino como una herramienta más para luchar contra el crimen. A veces son investigaciones conjuntas».esta vez“Estamos cumpliendo lo que teníamos planeado antes de que se aprobara la ley”, afirmó Díaz.
Las preguntas incluyen por qué la mayoría de estas personas estaban en libertad hasta que llegó la solicitud de extradición, yEl fiscal explicó que en varios casos ya se habían adoptado medidas cautelares contra las personas buscadas o que el proceso era inminente.
«Los juicios en Costa Rica están cumpliendo su fase normal. Incluso hay algunos que fueron solicitados en extradición y estaban en prisión preventiva por los casos costarricenses. Otros estaban esperando que concluyeran los juicios o que se hicieran los debates o audiencias correspondientes, digamos», indicó.
Cuando se le preguntó si la extradición podría usarse como un “atajo” para juzgar a personas en el extranjero que el sistema local no había podido procesar, Díaz respondió enfáticamente:
“No lo vemos como un atajosino como coordinación. Este tipo de delito –la trata internacional de personas– afecta a múltiples naciones, por lo que son necesarias investigaciones conjuntas. “Nos fijamos objetivos comunes, incluso con personas de alto nivel, y recurrimos a la cooperación internacional para lograr resultados”, explicó.
El Fiscal General esperaba que el número de solicitudes de extradición siguiera aumentando a un ritmo similar al actual, reconociendo que el proceso recae en una unidad con recursos limitados: la Oficina de Asuntos Internacionales (WATRI), que emplea sólo a tres fiscales.
Sin embargo, Díaz asegura que el país aún está en condiciones de atender esta cantidad de solicitudes.