octubre 27, 2025
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Gloria Navas: «No quisiera que me dijeran narcoabuela, pero es el malcriado del Presidente» – Reporte Tico

  • octubre 27, 2025
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Gloria Navas llegó a la Asamblea Legislativa en 2022 como uno de los rostros más conocidos en la fórmula de Nueva República y posiblemente de todo el actual

Gloria Navas: «No quisiera que me dijeran narcoabuela, pero es el malcriado del Presidente» – Reporte Tico

Gloria Navas llegó a la Asamblea Legislativa en 2022 como uno de los rostros más conocidos en la fórmula de Nueva República y posiblemente de todo el actual Congreso.

Con una larguísima carrera en Derecho a sus espaldas, la más longeva de las actuales diputadas exhibe en su currículo haber sido abogada litigante, fiscala y jueza.

Sus atestados la convirtieron en vicepresidenta del directorio durante los primeros dos años de su gestión, además de asumir la presidencia de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico, una de las más importantes de cada cuatrienio. 

Sin embargo, su visita a un privado de libertad en La Reforma, en abril de 2024, le costó su salida del partido con el que llegó a Cuesta de Moras, la fractura definitiva con el presidente Rodrigo Chaves y su Gobierno y un apodo que ella califica de insulto, pero que sabe tomar con humor.

Con la jovialidad que le caracteriza y el aire tranquilo que permiten los años,Gloria Navas atendió a .com: 

Acercándose al cierre de su paso como legisladora, ¿qué le ha parecido la experiencia en la Asamblea?

A mí siempre me ha interesado muchísimo comunicarme con la ciudadanía. Soy una persona que nací en un hogar donde mi padre, que era abogado, siempre nos educó a nosotros en la parte cívica de la importancia de la Constitución y los derechos fundamentales, pero jamás me imaginé que podía llegar a la Asamblea Legislativa.

Don Fabricio Alvarado me había invitado y me dijo que si yo quería ser diputada, había iniciado un movimiento ciudadano para defender los derechos precisamente de la ciudadanía en el gobierno de don Carlos Alvarado, e incluso todavía estoy como abogada en nombre de la ciudadanía por la acción popular en el caso UPAD que está vigente en este momento todavía en los tribunales de justicia. De tal manera que ese entusiasmo de defender la ciudadanía me llamó la atención, consulté con mis hijas y me dijeron, ‘mami, usted está loca’ y le dije ‘bueno, si estoy tan loca debe ser algo bueno’, entonces dije que sí.

Cuando estaba aquí el primer día que nos juramentaron como diputadas y me vi en una curul, honestamente yo dije, será cierto o me lo estaré soñando, pero me gustó, me agradó y comencé a desarrollar una parte de mi vida que no estaba acostumbrada que era cambiar de una abogada litigante, de una abuela, a convertirme en legisladora. Y esa es una de las primeras enseñanzas que uno tiene.

Usted inició su paso por Cuesta de Moras con un perfil bastante alto: vicepresidenta del directorio, presidenta de la Comisión de Seguridad, con esa imagen de exjueza y experta. Luego se declara independiente y el perfil, al menos público, cambia. ¿Por qué?

Yo digo que la valoración es buena. Lo primero me sorprendió mucho, porque yo venía por Nueva República y que don Rodrigo Arias, que iba a proponerse como presidente de la Asamblea Legislativa en esa primera legislatura, me llamara por teléfono y me dijera que le gustaría que yo lo acompañara en la vicepresidencia me asustó, porque yo venía de otro partido y que Liberación Nacional, con 19 diputados, pensara antes en mí fue algo sorpresivo pero muy agradable y acepté esa posición y tuve una experiencia durante dos años seguidos que me enseñaron muchísimo en cuanto al manejo parlamentario.

Todo eso significó un cambio tremendo y también don Rodrigo me dio la oportunidad de sustituirlo a él en muchas oportunidades, así que el teje y maneje del gobierno de la Asamblea Legislativa estuvo en mis manos durante mucho tiempo en esas sustituciones y eso ha sido algo tremendo para mí, para mi vida y también el orgullo de servirle al país, eso es muy importante; pero también el debate, las diferentes posiciones de los partidos políticos, la importancia de la democracia, el peso y contrapeso entre los diferentes grupos y también cómo se fue perfilando la situación del Poder Ejecutivo.

Al principio, ya que usted mencionó sobre el tema de la Comisión de Seguridad, también fui la coordinadora del grupo que se formó de los tres poderes de la República (en la agenda de seguridad), incluso el propio Presidente (Rodrigo Chaves) mencionó que yo iba a coordinar ese grupo con miembros también de los tres poderes para trabajar en proyectos de seguridad, de tal manera que esa experiencia fue muy positiva: yo entraba a la Casa Presidencial también invitada agradablemente por el Presidente de la República.

 

Hay una imagen suya, durante ese mismo periodo, donde se le ve sonriente caminando de la mano del presidente Chaves. ¿Cuándo se acabó eso?

En algún momento algunas de las leyes que comenzaron a plantearse se comenzaron a analizar y en mi opinión, que ha sido mi experiencia de muchísimos años en materia penal y procesal penal, venían con muchos defectos o con choques constitucionales. Esa primera parte de irle diciendo al Presidente que este proyecto está malo, esto hay que enderezarlo, a él no le comenzó a gustar.

La primera confrontación que yo tuve clara con él fue con el primer reseño, con el tema del 9-1-1, que como la regla fiscal no iban a tener dineros para pagar sueldos ni la actividad del servicio y el Presidente lo rechazó porque levantamos la regla fiscal y tuvimos una primera confrontación.

Ahí yo recuerdo que yo le dije al Presidente ‘no sea tan orgulloso’, incluso yo creo que hasta le dije que no fuera tan malcriado. Desde ahí comenzaba ya la confrontación y la crítica a los proyectos del Poder Ejecutivo pues no le gustaron, entonces comenzó una división.

También Doña Pilar Cisneros y yo teníamos una muy buena relación, yo la conocía como periodista y habíamos hablado incluso de que ella se uniera al movimiento ciudadano y hablamos de política y cómo a ninguna de las dos nos interesaba y después terminamos siendo las diputadas las dos. Tuvimos una buena relación también el primer año, pero también ella se fue inclinando hacia la posición del Presidente de la República y a la fecha tenemos una seria confrontación a esos niveles, en el sentido que parte de la responsabilidad que nosotros tenemos que tener, y que yo la siento personalísima, es la cobertura de nuestro principio democrático. Entonces esos primeros años, primeros dos años, fueron muy interesantes.

Luego salí de Nueva República, no estuve de acuerdo con la posición de que ellos decían que yo no defendía a la víctima, que donde yo les había ayudado precisamente hasta redactar el proyecto que tenía que ser en materia de seguridad para Nueva República durante las elecciones, entonces yo no iba a aceptar eso bajo ninguna circunstancia, que me hicieran imputaciones totalmente ilegítimas en mi opinión y opté por la independencia. ¿Y por qué tomé esa decisión? Bueno, porque consideré que con el partido ya no tenía nada que hacer.

Entonces, en resumen, para mí ha habido tiempos de sentirme muy importante, otros tiempos de sufrimiento, de llorar, pero yo soy una persona que estoy acostumbrada a las pruebas de la vida y me levanto precisamente por la fe. Tengo que confesarlo. Hasta tengo un hijo que falleció en un accidente de tránsito de 30 años. Entonces son pruebas fuertes en la vida y eso lo vuelve a uno más resistente.

 

Usted llega al Congreso de la mano de un partido muy conservador, pero esa no es la primera impresión que usted da. ¿En algún momento se dio cuenta que su visión no encajaba en Nueva República?

Es muy interesante esa pregunta, porque aquí hay una confusión entre la fe y lo que es la politiquería. Te lo digo con toda tranquilidad.

En el discurso que hizo Fabricio (Alvarado), y le digo esto con respeto, pero es una crítica que me parece que es aceptable, en el discurso sobre la votación del levantamiento del fuero de improcedibilidad al Presidente de la República con esa acusación penal que se le planteó y que está en el proceso vigente, el discurso de Fabricio fue un discurso totalmente mentiroso, porque el sustento que él hace es una crítica al Presidente de la República que cualquiera cree que está totalmente en contra de él, pero no había ni terminado el discurso cuando ya llegó y se abrazó con todos los del oficialismo, y él está en favor del oficialismo, eso es lo que está haciendo. Entonces hay que comenzar a cargar con lo que para mí es mentira, con lo que en mi opinión es realmente traicionar principios básicos de la democracia, porque me desagrada mucho la actitud del Presidente.

El Presidente como persona me tiene sin cuidado, pero como presidente me parece y todas las posiciones que ha tenido de atacar a la Asamblea Legislativa diciendo que no hacemos nada, de atacar al Poder Judicial, de atacar a la Contraloría General de la República, atacar al Tribunal Supremo de Elecciones, él quiere deshacer el sistema democrático.

Es una persona sumamente peligrosa, es una persona que tiene un antecedente en cuanto a violencia contra la mujer, que es otro de los grandes ataques, él se burla de mí, él me ataca, a mí me tiene sin cuidado eso, estoy lista y tengo un escudo que me defiende, pero sí es un tema nacional que hay que considerar, porque el pretender decir quiero 38 diputados, quiero 40 y no se quiera bajar de la silla presidencial, él quiere quedarse ahí.

Un tipo estilo Bukele que eventualmente termina como uno de los líderes en Nicaragua y en Venezuela, él quiere lesionar el principio democrático, porque quiere hacer las cosas como a él le parecen, a su estilo, y eso es evidente y una declaratoria de una intención para ser un dictador. Parece que es sumamente peligroso y ahora debe sentirse muy molesto con el Tribunal de Elecciones, no solo por la beligerencia política, cuando la protección del equilibrio político y de la democracia en Costa Rica está en la propia Constitución, pero él la irrespeta totalmente y luego trata con esa cantidad de diputados, lo que quiere es cambiar la Constitución. ¿Para qué quiere cambiar la Constitución? Para tornarse un dictador, para hacerse un Bukele, eso es lo que él quiere.

Pero ahí viene otra inquietud, doña Gloria. Usted menciona a don Nayib Bukele en esos términos cuando él es un gran referente del partido con el que usted llegó a este cargo. ¿No vio usted todas esas cosas antes?

No, en ese momento no. Yo siempre había sido liberacionista, pero me había quedado sin partido porque los candidatos no llegaron a la segunda ronda y nos dejaron solos (en la elección de 2018).

Incluso yo había votado por (Luis Guillermo) Solís, precisamente porque no teníamos un partido de Liberación Nacional. En ese tiempo, en esa primera campaña que participó Fabricio, nos hablaron algunos grupos de que si pudiéramos colaborar en el tema de Seguridad. Como ese es el campo mío, yo quise colaborar.

Ahí hicimos un grupo interesante, incluso estaba don Álvaro Ramos (padre), doña Karen (Segura) incluso, que es una de las candidatas ahora de la vicepresidencia (del PLN), con Álvaro Ramos, hijo, y nosotros trabajamos en el tema de seguridad, sinceramente, y apoyamos a Fabricio. Posteriormente, cuando nosotros quedamos, a mí me pareció correcta la posición porque había colaborado en el tema de Seguridad y yo quería trabajar en el tema de Seguridad, me pareció conveniente en esa línea; pero, por supuesto, yo tuve confrontaciones con ellos, precisamente porque yo estoy sospechando en Bukele, de que voy a tomar la fe, agarrar la escritura, una biblia para engañar a la población y luego hacer una megacárcel para meter gente que nadie sabe si ha desaparecido, cuarenta mil personas que no se saben dónde están y no hay debido proceso.

Entonces, con un pueblo que para mí es oprimido, para mí Bukele nunca había sido una opción para aceptarlo y lo dije muchas veces en las reuniones de fracción de Nueva República. Así que yo tuve que haberles caído muy mal, les caí gorda, no creo que era muy simpática para ellos.

Por otro lado, también se dio una especie de competencia entre don Fabicio y yo, porque yo salía mucho por el tema de Seguridad y creo que eso a él no le gustaba. Incluso en las elecciones de municipales ellos no me tomaron en cuenta para nada, yo no fui a ningún discurso, no me invitaron a ninguna zona, de manera que ya yo sentía que no caía muy bien en ese ambiente.

Muy diferente a la campaña presidencial, donde usted sí era una figura muy visible. ¿Se utilizó su imagen para hacer campaña?

Por supuesto, por supuesto, porque yo siempre aparecía mucho en medios de la prensa, pero por los casos que yo llevaba, porque eran importantes, de alguna manera, porque había sido funcionaria judicial, fui de las primeras mujeres en la Fiscalía General de la República, fue la primera jefe de defensores públicos y cuando a mí me nombraron en la jefatura de defensores públicos ya había pasado por la Fiscalía, donde habíamos entrado en la oralidad, y en la oralidad yo me distinguía mucho como litigante, precisamente en el cuestionamiento, a pesar de ser fiscal del Ministerio Público.

En esa época yo era de las fiscales que tenía mayores condenatorias en una semana, y luego me nombran en la jefatura de defensores públicos, pero siempre con una imagen pública a ese nivel. Entonces, sí, claro, se convirtió en algún momento como una especie de competencia, que yo al principio no la creía, pero después sí lo fui viendo por las diferentes actitudes ahí. Y no digo que fueron todos los compañeros diputados de Nueva República, con ellos por lo general tengo una muy buena relación, pero el líder yo creo que yo le estorbé en algún momento.

¿Se arrepiente de haber llegado con esa bandera al Congreso?

No, no. Estoy acostumbrada a las confrontaciones y la pura verdad que yo tengo una autoestima nivelada correctamente, me parece. No quiero ser jetona, como dicen, ni fachenta ni nada, pero fue la misma crianza que tuve yo en mi casa, la experiencia que he tenido y estuve acostumbrada al combate.

Entonces no, eso no me achicopala como dicen en el lenguaje popular, pero sí hubo una confrontación, creo que era un tema como de celos, y me convencí cuando me hicieron ese escándalo, que no tenía ni pie ni cabeza, y apoyado por el Presidente de la República, porque en ese momento ya yo tenía confrontación con él a esos niveles en el comportamiento de Chaves.

Sobre ese mismo tema. ¿Cómo es que usted pasa de ser una jueza reconocida, litigante de renombre, a ser la ‘narcoabuela’, como muchos le llaman ahora?

Eso es parte de lo que he tenido que aguantar, porque abuela sí soy, canas sí tengo. En este momento tengo 78 años, claro que soy una roca, pero una ‘roquitoqui’ como me dicen mis hijas, pero el tema de ese tipo de insultos es la calidad de la persecución política que uno está recibiendo.

Yo no soy la narcoabuela, he sido jueza, fiscal, litigante, y uno en materia penal a veces defiende a la víctima y a veces a alguien que está sometido a proceso, pero eso no quiere decir que uno se convierta en partícipe de alguna de esas organizaciones criminales o que trafican drogas, jamás. A mí me gusta que se aplique el derecho, que se respete el debido proceso, y cuando yo hablo de debido proceso, la víctima tiene derechos, el derecho penal es para proteger a la víctima, entonces todo eso es un discurso sucio que inició el Presidente de la República, fue el que me comenzó a decir la defensora del narcotráfico.

Cuando ya le caí mal, entonces me vino a atacar en esa línea, pero yo he pasado leyes importantes con respecto a eso, fui una de las abanderadas del JEDO, que es de la jurisdicción de crimen organizado de la Corte Suprema de Justicia, lo manejé, lo coordiné siendo presidente de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico, hicimos las sesiones con los jefes de fracción, explicándolos en qué consistía, y eso ha sido una reforma procesal muy, muy importante. De tal manera que eso es una malacrianza, sinceramente, pero es que ese es el estilo del Presidente, no solo a mí me ha atacado, ha atacado a la contralora general de la República, yo creo que nos estamos peleando hasta el primer lugar de cuál es que es la más atacada de todos.

El Presidente odia a la mujer, y me imagino que va a odiar de alguna manera a Laura Fernández, porque es una mujer, y Laura Fernández dice que quiere nombrarlo, si quedara de presidenta, como ministro de la Presidencia. ¿Usted cree que Chaves va a aguantar ser ministro y no presidente? Nombres, no va a andar debajo de las enaguas de una mujer, él odia a la mujer, es una persona que sancionaron en el Banco Mundial por abuso y ahí están las declaraciones de cada una de las mujeres que él ofendió, para mí es un sociópata. Si Medicatura Forense lo valorara dice que es un sociópata, el sociópata con ese problema es el que nunca acepta culpabilidad, y eso se lo estoy hablando técnicamente y viendo la personalidad de él, el sociópata cree que todos los demás son culpables menos él, y véanlo cómo es, es la Asamblea Legislativa la que no observa el problema de la violencia, eso no es cierto, es que el Poder Ejecutivo no ha presentado leyes buenas, la única y se lo reconozco a doña Pilar, es con el tema de la extradición, que yo al principio me opuse precisamente por el choque constitucional, pero cuando se dieron opiniones de que si se podía, lo apoyamos y llegó a ser ley de la República.

 

Para ir cerrando, doña Gloria, usted dice que no se arrepiente ni con el partido que llegó, ni de la experiencia, ¿pero de lo que conlleva ese ataque? Porque no dudo que a usted la reconozcan en la calle.

Vieras qué interesante. Más que todo el escarnio está en los troles esos, yo creo que a esa gente le pagan también pero yo no pierdo mucho el tiempo en eso, pero a veces me da por curiosidad y me meto a ver quién será este tipo que me está diciendo estas cosas y resulta que no tiene ningún perfil ni nada. Lo de la narcoabuela es una pura mentira, pero honestamente desde el punto de vista a mí me ha dado vergüenza con mis nietos, son muchachos universitarios, tengo una periodista comunicadora, otra que es doctora, pero ellos dicen, ‘ay abu, vea cómo le están tratando, qué barbaridad, pero nosotros te amamos’, entonces bueno, no están creyendo nada, porque me conocen cómo soy, soy una persona que soy recta en mis pensamientos, me gusta defender la ciudadanía, me gusta defender el derecho, el debido proceso, esa fue mi crianza, y a veces en el supermercado que voy, de vez en cuando, viera que la cantidad de mujeres, sobre todo mujeres, me felicitan, me dicen doña Gloria siga peleando, no haga casos de esos insultos, y honestamente a mí no me achicopalan, de veras, no quisiera que me dijeran la narcoabuela, obvio que no, pero bueno, es el malcriado del Presidente (…) que es un pachuco, porque no puedo calificarlo de otra manera, un pachuco a mí no me insulta, el que se insulta es él mismo.

 

En mayo se acaba su nombramiento. ¿Qué vendrá para usted entonces?

No, no creo que me quede en mi casa, tengo varios planes ya, uno es que quisiera escribir varios libros, uno que se llama Pasaporte a la Eternidad, con relación al fallecimiento de mi hijo, que es una carga que se me ha hecho más liviana con los años y estando ocupada, pero que se le vaya a un hijo antes es muy difícil, yo creo que no hay un día que yo no llore, imagínese la furia que siento con esa violencia en las calles, cómo no voy a pelear yo por el derecho y que se hagan leyes correctas, entonces por eso es que yo no creo todos esos insultos, pero quiero escribir ese libro.

Quiero escribir un libro de anécdotas judiciales, de cómo no debe hacer uno un trabajo en un proceso como preguntas, a veces que son más bien tontas o mal dirigidas y en lugar de ayudar al cliente lo perjudicamos, cuestiones de esas, chistes que le han pasado a uno con los casos, lo que es las visitas carcelarias, en qué consiste el tema carcelario es sumamente importante y, por otro lado, también me gustaría dedicarme a la consejería a niveles generales: mujeres que han sido agredidas y les da verguenza hacer una denuncia, por ejemplo. Pero voy a estar muy ocupada, realmente.

¿Y en la política?

Diay, yo qué voy a saber. Yo creo que no, creo que es suficiente y quiero hacer otras cosas, me quedan muy pocos años de vida, evidentemente, pero quiero disfrutarlos.