Cuando se enfrentan dos perros, el instinto inmediato de muchos propietarios es intervenir físicamente para separarlos. Sin embargo, esta reacción, aunque comprensible, puede ser muy peligrosa. Las personas que intentan ponerse entre dos animales en la lucha total con un alto riesgo de ser seriamente mordidos, incluso por su propia mascota.
La clave en estos casos es mantener la calma y evitar actuar por impulso. Uno de los consejos más importantes que dan los expertos no es ser colocado entre los perros. En medio del conflicto, los animales están tensos, asustados y no distinguen entre un atacante y un humano que quiere ayudar.
Es aconsejable mantener la distancia y observar el entorno: ¿hay algo que pueda usar como barrera o distracción? Además, si decide intervenir, hágalo con la ayuda de otra persona. Un método que puede funcionar, aunque requiere cuidado, es tomar perros por las patas traseras y levantarlos, haciendo que pierdan el equilibrio y se separen.
Otro punto clave: no los grites. Los gritos solo aumentan el nivel de agresividad en los animales.
Una vez que los perros están separados, es esencial mantenerlos alejados, calmados y bajo control con una correa. No debe ser regañado ni castigado en ese momento, ya que solo el estrés aumentará. En caso de heridas, vaya al veterinario de inmediato.
Finalmente, recuerde que la mejor intervención es la prevención. Evitar situaciones de tensión entre los perros, aprender a leer el lenguaje corporal canino y conservar el autocontrol son medidas fundamentales para proteger tanto a los animales como a las personas involucradas.