El papel del turismo frente a la gentrificación – Reporte Tico
- septiembre 10, 2025
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En Costa Rica, la gentrificación se ha convertido en un tema central en el debate sobre el desarrollo de la ciudad y los turistas. Los precios inmobiliarios están
En Costa Rica, la gentrificación se ha convertido en un tema central en el debate sobre el desarrollo de la ciudad y los turistas. Los precios inmobiliarios están
En Costa Rica, la gentrificación se ha convertido en un tema central en el debate sobre el desarrollo de la ciudad y los turistas. Los precios inmobiliarios están disparando en destinos de viajes como Tamarindo, Santa Teresa o Monteverde, y las comunidades locales tienen cada vez más dificultades para permanecer en lugares que han estado viviendo durante generaciones.
En el medio de esta realidad, es común escuchar que el turismo es «la gran falla». Sin embargo, es una simplificación injusta y peligrosa para atribuir toda responsabilidad a la actividad turística. El turismo sostenible, que ha dado el reconocimiento internacional de Costa Rica durante más de tres décadas, no es la raíz del problema. Lo que generó una mayor presión sobre la construcción de viviendas en destinos turísticos fue sobre todo la expansión no controlada de las rentas a corto plazo a plataformas digitales que han convertido las casas familiares en alojamiento exclusivo para los visitantes.
La experiencia de Monteverdes muestra que en unos pocos meses, el control urbano sobre los permisos redujo la oferta de casas turísticas de 900 a 700 y trajo docenas de casas al mercado para los residentes. Este ejemplo muestra que es posible con reglas claras y una aplicación efectiva para aliviar los efectos de la gentrificación sin tener que demonizar el turismo.
Un turismo planificado y bien regulado puede ser un aliado en la solución. Es cuando crea un empleo decente, abre oportunidades, la economía circular impulsa y respeta la carga de los objetivos. No se trata de detener el turismo, sino de transformarlo en una herramienta que cumpla con la ley de las comunidades para vivir y prosperar en sus territorios.
Este año, la Conferencia Internacional de Planeta Sostenible, People, Peace (P3) puso el tema en el centro de la discusión. Hubo el borrador del Manifiesto Nacional del Turismo sostenible, que recolecta compromisos para evitar la expulsión de las comunidades, para garantizar el acceso a un espacio de vida decente en destinos turísticos y para promover planes de planificación territorial que generen desarrollo, conservación de la naturaleza e identidad cultural.
El manifiesto no tiene la intención de inventar la realidad o evitar la responsabilidad. Admite que los efectos de la gentrificación son reales, pero explica que el turismo sostenible debe ser parte de la respuesta. En este documento, la planificación local se fortalece, articulando las pautas de vivienda accesible y, sobre todo, no caen en discursos simples que reducen un fenómeno complejo a un solo culpable.
La gentrificación no puede expuesta a una sola trinchera. Requiere regulación justa, inversiones en espacio de vida asequible, alianzas con comunidades locales y pautas públicas que reconocen la realidad especial de cada objetivo. El turismo no puede y no debe asumir este desafío en solitario, pero no debe verse como un obstáculo. Bien gestionado, el potencial de ser una parte fundamental de la solución tiene.
En Costa Rica ya hemos demostrado que el turismo sostenible puede ser el motor de desarrollo, preservación e integración social. Ahora tenemos que demostrar que en vista de la expulsión de las comunidades de sus propias áreas, también puede ser una señal. La pregunta no es si el turismo contribuye a la gentrificación o no. La verdadera pregunta es cómo logramos este turismo, que es un instrumento de cohesión social en lugar de un factor de fragmentación.
La respuesta pasa por acciones colectivas. Y esta es la oportunidad: hacer del turismo un aliado de las comunidades en lugar de un oponente.