San José, 29 de agosto (Elpaís.cr). – Costa Rica ha pasado por la mayor disminución en la inversión pública para la educación desde 1980, que está cometiendo los éxitos históricos del sistema y amenazando con profundizar la desigualdad social.
Esto es revelado por el Décimo Estado de la Educación, que documenta una contracción real del gasto educativo entre 2018 y 2023 y advierte sobre los riesgos de consolidar un modelo exclusivo y regresivo si no se hace de inmediato.
El informe indica que después de un período de expansión, la inversión total en educación cayó un 6% en términos reales en los últimos cinco años, mientras que en educación general la reducción alcanzó el 7%.
En el caso de la educación primaria, la contracción fue aún más drástica: 14% menos en la inversión real, lo que coloca la prioridad fiscal del sector en el 4,4% del gasto del gobierno general en 2023, casi tres puntos porcentuales más bajos que el registrado en 2000.
«Este retroceso compromete la capacidad del sistema para mantener éxitos históricos y avanzar en áreas estratégicas, como la cobertura completa de los programas, la educación técnica, el aprendizaje de inglés desde una edad temprana y la mejora de la infraestructura educativa», dijo Dagoberto Murillo Delgado, un investigador de informes.
Programas sociales en riesgo
Entre 2019 y 2024, los programas de ingresos variables, destinados a garantizar oportunidades para estudiantes vulnerables, sufrieron una reducción del 19.1% de sus presupuestos. Si esta tendencia continúa, el sistema educativo podría consolidar un modelo regresivo, «desconectado de las necesidades d», advierte el documento.
Uno de los efectos más preocupantes ha sido la caída de la inversión en los gastos de capital, que en cinco años se redujeron en un 75%, del 6.5% al 1.7% del gasto educativo. Esto ha afectado directamente la infraestructura, el mantenimiento y la construcción de escuelas.
«Para un país con un retraso histórico en la infraestructura educativa, la reducción de este gasto tiene un doble efecto: no ha habido asistencia existente y lo que no se puede construir aún se pospone», agregó Murillo, enfatizando que muchas instituciones continúan operando en las salas de la comunidad o en los aula improvisadas.
Bajos en zonas rurales e indígenas
El informe también advierte que las escuelas unidocentes, rurales e indígenas son las más afectadas por la desigualdad educativa. Estas modalidades, que sirven a poblaciones en áreas remotas, sufren de deficiencias de infraestructura, conectividad y cobertura curricular.
En estas instituciones, que representan el 33% de las primarias d, solo el 32.9% de los estudiantes reciben clases de inglés y solo el 12.5% de la informática. Además, muchos carecen de agua potable, electricidad y comedor de estudiantes.
«En las escuelas unidocentes e indígenas, las lagunas históricas persisten que limitan el acceso a la educación integral. El mantenimiento del acceso a una oferta curricular empobrecida es incompatible con los principios de equidad y calidad», dijo Murillo.
Decisiones cuestionadas
Otro hallazgo preocupante del informe es la eliminación, del Consejo Superior de Educación (CSE), de programas estratégicos como el Programa Nacional de Tecnología de la Información Educativa (pronie MEP-FOD) y el programa integral de afectividad y sexualidad (PAYSI).
Ambas decisiones se tomaron «sin procesos de soporte técnico o evaluación sólida», que ha dejado el sistema sin alternativas claras para la inclusión digital o la educación integral en la sexualidad.
El nuevo Programa Nacional de Capacitación en Tecnología (UNFT), que reemplazó a Pronie, no tiene elementos clave como el presupuesto suficiente, los equipos, la enseñanza y los horarios de acompañamiento. En el caso de Paysi, fue reemplazado por el Programa de Educación de Paz y Coexistencia, que casi no incluye dos contenido sobre educación sexual, lo que representa un revés en los derechos humanos, según el informe.
Maestros en condiciones adversas
La crisis también afecta a los maestros. Entre 2020 y julio de 2024, se procesaron 14,793 solicitudes para la reubicación de la salud, el 74%de los maestros, siendo la principal causa de psiquiatría (35.3%) y ortopédico (15.4%).
Cinco años después de la aprobación de la ley sobre la adaptación docente, las pruebas de ingresos aún no se aplican, privando al sistema de un mecanismo clave para aumentar los estándares de calidad. A esto se agrega la sobrecarga, los salarios estancados y la baja inversión en capacitación continua.
Crisis de aprendizaje: PISA resulta en caída libre
El país también enfrenta un deterioro en el aprendizaje de las competencias fundamentales. En las pruebas de PISA 2022, Costa Rica obtuvo su peor desempeño histórico, ubicado en los años 60 de 81 países.
Nueve de cada diez estudiantes se ubicaron en los niveles más bajos de matemáticas y la distancia con el promedio de la OCDE es de hasta dos años y medio de retraso escolar.
«El país está graduando a los estudiantes de secundaria con niveles de razonamiento matemático y comprensión de lectura del tercer o cuarto grado de escuela», dijo el investigador Jennyfer León Mena.
Un pacto educativo urgente
El décimo estado de educación plantea la necesidad de un nuevo pacto educativo nacional que reafirme el valor público de la educación y garantice su sostenibilidad. Este acuerdo debe involucrar al estado, las comunidades educativas y la sociedad civil, con objetivos claros, visión y mecanismos de control a largo plazo.
«El desafío es político y social: la educación debe ser una prioridad nacional para apoyar la democracia, la equidad y el desarrollo humano», concluye el informe.