julio 13, 2025
Sucesos

Claudia Dobles: «El gobierno de Carlos Alvarado literalmente se comió la bronca» – Reporte Tico

  • junio 22, 2025
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Claudia Dobles, hasta hace poco primera dama de la República, se convirtió esta semana en la única candidata presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC) para el 2026.  En

Claudia Dobles: «El gobierno de Carlos Alvarado literalmente se comió la bronca» – Reporte Tico

Claudia Dobles, hasta hace poco primera dama de la República, se convirtió esta semana en la única candidata presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC) para el 2026. 

En sus espaldas está el resurgir de un partido al que el electorado borró de Zapote, Cuesta de Moras y todos los cantones del país en cuestión de dos años, un proceso que dice ya inició con una profunda reflexión de la agrupación y un mea culpa por todo lo que se hizo mal.

Por eso, habló de los aciertos y fallos del gobierno de su esposo, Carlos Alvarado, así como de lo que para ella está bien y mal con el de Rodrigo Chaves.

También habló de su visión política, de los cuestionamientos sobre oportunismo y de cómo será ese intercambio de roles con el expresidente Alvarado.

A continuación, la entrevista completa:​

¿Cuándo y cómo nació esa idea de aspirar a la presidencia de la República?

Desde principios de este año compartí por medio de mis cuentas de redes sociales que yo estaba entrando en un proceso de análisis y reflexión de si tomar este paso, es un paso que se tiene que dar con mucha responsabilidad y con mucha convicción, entonces compartí que lo estaba meditando, que lo estaba analizando y que tenía que hacer los contrapesos también personales y familiares; y bueno, definitivamente con la coyuntura que tenemos al día de hoy, con la situación que tenemos país que nos presenta grandes retos pero también nos presenta importantes oportunidades de hacer transformaciones y cambios necesarios, es que tomé la decisión y estoy convencida de que este no es el momento para quedarse al margen y que hay que actuar para poderle dar resultados a la gente.

Don Otón Solís, en septiembre de 2024, puso su nombre en la palestra y dijo, con convicción, que usted sería la candidata del PAC. Eso no puede ser una coincidencia.

Sí lo fue, yo le agradezco muchísimo al día de hoy y en su momento también le agradecí muchísimo, dije que esa era la opinión de él y que yo le agradecía y que la asumía, digamos, con muchísimo honor de que él hubiera pensado en mí, pero ciertamente en ese momento esa fue la opinión de él.

Yo en ese momento de hecho dije que yo estaba en un proceso de mis estudios, de mi trabajo en investigación y que de todas formas me parecía que no era el momento de hablar de eso. Eso pasa justamente el año pasado, yo este año lo que digo es voy a pensarlo, voy a reflexionarlo y luego pues hace ya algunos meses tomé la decisión, pero sí ha sido un proceso y no, no estuvo, no estuvo ni coordinado ni mucho menos.

¿Y había fantaseado con esa idea, por ejemplo, cuando su esposo era presidente?

Bueno, antes de poder servirle al país como primera dama, toda mi carrera profesional fue en el sector privado, entonces de hecho originalmente mi ruta de vida profesional la vi en el sector privado hasta que tuve la oportunidad de servirle al país, y a partir de ahí lo que sí te puedo decir es que la satisfacción… Yo he estado en el sector privado, he estado en el sector público y he estado en la academia con grandes satisfacciones en las diferentes áreas, pero sí te puedo decir que la satisfacción de poder lograr acciones concretas que le mejoren la calidad de vida a la gente, esa satisfacción solamente la da el sector público, y pues un deseo de que ciertas cosas continuaran, no que las continuáramos nosotros, por supuesto que no, porque el primer compromiso que un servidor público tiene que hacer es que cuando termina su término y su periodo se tiene que ir, pero sí el deseo de eventualmente poder volver a servir, servir se puede hacer desde muchas áreas, servir se puede hacer desde el sector privado y desde la academia, por supuesto que sí, pero en esta coyuntura en específica me parece que es el momento de servir directamente desde el Poder Ejecutivo.

¿Cómo se imagina en ese rol?

Me imagino como presidenta, como una presidenta que logra entender los retos de transformación y de cambio que requerimos al día de hoy con un sistema público que responde y que nos dio muchísimos réditos por muchos años, pero que responde a una visión, a una dinámica, a una manera de producir, a una manera de comunicarse, a una manera de movilizarnos que ya no es la de la Costa Rica del 2025 y que la gente está cansada de que esas instituciones que su misión, su visión, sus procesos, sus equipos responden a una realidad que ya no es la de hoy, no le den resultados y que tenemos no solo que mejorarlas, tenemos que transformarlas, cambiarlas, en algunos casos hacerlas nuevas, así es como me veo y para ese reto que es grande justamente vamos a necesitar la capacidad de articular con el sector productivo, el sector privado, con el sector público, con la academia que genera insumos, que genera información vital para tomar decisiones y con la sociedad civil participando activamente en mecanismos de participación y democracia directa en los que yo creo y me creo capaz justamente porque he tenido la oportunidad de trabajar y de servir en esas diferentes áreas que puedo ser ese puente que logre esos cambios y esas transformaciones. 

¿Y en el rol familia? ¿Ya lo conversó con don Carlos y su hijo Gabriel?

Ese fue uno de los principales factores de reflexión, lo digo con toda honestidad. Yo soy mamá, mi principal prioridad también es el bienestar de mi hijo y este deseo de poder servirle al país también viene con sacrificios personales y lo hablamos, lo hablamos ya no con aquel niño que estuvo en una campaña con tres pasando a cuatro años, sino con un muchacho que va a cumplir 12 años, que ya tiene un entendimiento de las cosas diferente, pero que a la vez es posiblemente mi mayor motivación, porque es un niño que ama Costa Rica, él ama Costa Rica y yo quiero que él siempre se siga sintiendo orgulloso del país del que él es y eso significa que necesitamos a un país que sea de oportunidades, que cierre brechas, que le genere esperanza a la gente, sobre todo a la gente joven, de que va a poder tener una mejor calidad de vida, de que va a poder eventualmente adquirir una casa, de que eventualmente va a poder tener una vida balanceada y no pegarse cinco horas en una presa, de que va a tener trabajo digno, entonces si bien eso es un balance delicado de la vida personal y la posibilidad de poder servir, también lo hago por él. 

¿Y cómo funcionará? Porque Gabriel estudia en Estados Unidos y don Carlos trabaja allá.

Gabriel está deseando regresar a Costa Rica, aquí está nuestra familia, aquí están nuestros amigos, nuestra vida está aquí, ahora los papeles se invierten porque curiosamente en algún otro momento, y nosotros dichosamente creo que somos una familia que se apoya mucho, en algún momento cuando yo dirigía y era directora país para una oficina en el sector privado en Panamá, Carlos se vino a Costa Rica, vivíamos en Panamá, Carlos se vino a Costa Rica a hacer campaña, yo me quedé en Panamá. No me vine porque nosotros tenemos que pagar deudas, pagar la hipoteca, como cualquier otra familia y eso significa que alguien tiene que tener un ingreso, en ese momento yo me quedé en Panamá, Carlos se vino a Costa Rica a hacer campaña y eventualmente yo me vine.

Carlos se va a quedar en Estados Unidos donde él tiene un trabajo en una universidad allá y él va a ser la persona que pueda generar los ingresos que permitan que yo pueda presentar mi nombre y hacer toda la campaña, entonces los papeles se invirtieron y me parece que también eso demuestra que nosotros somos dos personas que se apoyan, se colaboran y una familia pues que entiende que estos procesos son complejos pero que nos han mantenido siempre unidos.

Hablamos de política. ¿Por qué el PAC? ¿Por qué es ese el partido con el que usted quiere conseguir el objetivo de ser presidenta?

Yo creo firmemente que las ideas fundacionales que le dan nacimiento al partido siguen tan vigentes en el momento en que el partido nace como el día de hoy. La idea de que Costa Rica puede estar mejor sigue estando vigente al día de hoy, la idea de que el Estado tiene que ser eficiente, tiene que dar resultados, tiene que ser transparente, tiene que tener parámetros éticos, eso sigue estando tan vigente en ese momento como está aún más vigente al día de hoy.

La idea de una Costa Rica de oportunidades que cierra las brechas que tenemos y sobre todo las brechas que tenemos con las mujeres, las brechas que tenemos entre las zonas urbanas y las zonas rurales, esas ideas de territorio, de equidad, de transparencia, siguen estando tan vigentes al día de hoy y yo creo que si hay algo poderoso son las ideas, más allá de las instituciones y los partidos, las ideas de cuál es la Costa Rica que queremos, la idea de que Costa Rica tiene que cambiar, puede transformarse y que tenemos valientemente que hacer esos cambios.

¿Pero cuál será la estrategia? Porque usted, a diferencia de otros actores interesados en la presidencia, tiene que levantar a un partido que para muchos está muerto.

Yo lo que siento es que yo y las personas que queremos servir tenemos la tarea de levantar las banderas de la estrategia, de las ideas claras, de cuáles son las acciones que queremos tomar, cuál es la propuesta país, cómo lo vamos a hacer, cuáles son los cambios que pensamos que se tienen que dar, esa es la responsabilidad que yo siento y como le digo yo lo que siento es que las ideas fundacionales que siguen estando en el partido y de la gente que está detrás son las que más importan, pero la responsabilidad es con el país, con el país que requiere resultados, con la mamá que quiere que la escuela de su comunidad funcione.

Yo, que soy mamá, con el deseo de no sentir cada vez que mi hijo salga a la calle le va a pasar algo por el tema de seguridad, con la persona joven que quiere tener una aspiración de poder tener vivienda digna, con la persona que no quiere gastar tres más horas de su día ahogado en una presa, esa es la responsabilidad, es con la gente que tenemos una responsabilidad o así lo siento yo.

Mi responsabilidad es de dar una ruta, una estrategia clara, cuáles son las ideas transformadoras y cómo lo vamos a accionar para la gente.

Pero si usted dice que las ideas fundacionales del partido están ahí y que se mantienen, ¿qué fue entonces lo que provocó ese golpe en las elecciones del 2022, en las municipales del 2024? ¿Qué cuota de responsabilidad tiene el partido o, por ejemplo, don Welmer Ramos, en que sucediera lo que sucedió?

Bueno, por supuesto que han habido errores, han habido fallos y hay una cuota de responsabilidad de todas las personas que hemos participado ahí. Nos hemos equivocado, el partido humildemente ha pasado por un proceso de reflexión, un congreso ciudadano que justamente lo que hizo fue entender cómo fallamos, qué cosas no se hicieron bien, qué podemos mejorar y cuál es la propuesta país que le íbamos a presentar a la ciudadanía de cara al 2026, con humildad, con transparencia, bajo el entendido también de que el partido tiene a su vez, como estamos diciendo que las instituciones tienen que cambiar, tienen que adaptarse a la realidad del 2025, el partido tiene que cambiar, tiene que adaptarse a la realidad del 2025, tiene que asumir su responsabilidad de las cosas que no hemos hecho bien y tiene que adaptarse de cara al futuro.

Posiblemente de las cosas más importantes en las que yo creo que tanto el Partido Acción Ciudadana como cualquier otro partido tiene que hacer es que tenemos que oír más a la gente, darle mecanismos de participación, yo creo firmemente en la democracia participativa y en los mecanismos de participación de democracia directa.

Básicamente, el único mecanismo que nosotros hemos accionado es el referéndum, realmente hay muchas formas de que la gente tenga voz y voto y tenga mayor impacto, mayor incidencia, más decir en las políticas públicas que se hacen del ejecutivo, que tengamos retroalimentación, si lo que estamos haciendo la gente está sintiendo que le beneficia o no, pero también en el legislativo y una invitación a que estos sean mecanismos que se apliquen en todo el Estado con una visión de Estado abierto, de Estado digital, con una modernización donde la gente realmente siente que tiene participación, mucho más allá que una vez votando cada cuatro años.

La democracia tiene que ser muchísimo más participativa y más activa, eso es uno de los temas que yo creo que el partido está entendiendo, tiene que transformarse, tiene que abrirse y tiene que evolucionar para poderle dar también a la ciudadanía lo que necesita en el 2025.

Y en esa necesidad de transformación, de reinventarse, como también la tienen otros partidos tradicionales, ¿Cómo está su fórmula? ¿Ya están los nombres que la acompañaría usted en esa campaña electoral? ¿Veremos rostros nuevos o tradicionales?

Hay un grupo de personas muy buenas, muy talentosas, con muchísimas ideas que han estado colaborando, repito, no detrás de una persona sino detrás de una idea de mejorar el país y hay una invitación, como le digo, que las instituciones de los partidos, que son instituciones, tienen que cambiar. Hay una invitación a que podamos sumar gente, sumar gente que no está necesariamente en el partido pero que cree en esta idea, entonces ahí yo lo que te diría es que estamos en un proceso de sumar, estamos en un proceso de abrirnos a escuchar, a modificar y a dar una propuesta que sea coherente con las necesidades de la gente, hay talento mucho dentro del partido y hay talento afuera que también queremos convocar. 

¿Pero hay nombres? Por ejemplo, las vicepresidencias o diputaciones.

Nosotros no estamos priorizando la repartición de puestos, estamos priorizando las ideas y cómo poderlas concretar primero y luego pasaremos a ver quiénes son las personas que tienen el mejor perfil para que esas ideas se puedan llevar a cabo, se puedan hacer realidad. 

Y para esas ideas se necesitan votos, doña Claudia, ¿cuál es el electorado que usted cree que tiene el PAC en este momento?

Es que eso sería pensar que nosotros estamos planteando una propuesta desde una estrategia electoral nada más y realmente no es así, nosotros estamos planteando una propuesta para la mejora de Costa Rica, es decir, para todos los costarricenses, no una estrategia que responda de una manera más transaccional a un voto, como decir este es el público al que le queremos llegar y esto y aquello… No, no, estamos planteando una propuesta para el país que convoque a las personas y que la gente se sienta convocada porque siente que lo que estamos planteando le va a dar respuesta a sus necesidades.

Y en ese análisis le voy a preguntar por el gobierno de don Carlos Alvarado. ¿Qué cree usted que hizo bien y qué hizo mal la administración Alvarado Quesada?

Yo creo que el gobierno y la administración anterior enfrentaron retos a los cuales no nos habíamos enfrentado nunca antes, y también reformas que eran necesarias y que eran impostergables.

Yo creo que ese es un gobierno que se comió realmente la bronca de hacer cosas que eran necesarias, que eran responsables, pero que eran absolutamente impopulares. Como una reforma fiscal que era impopular, pero que era necesaria para la estabilidad macroeconómica del país. Al día de hoy, los datos de macroeconomía que tenemos son resultado de esas decisiones difíciles que se tomaron en la administración anterior.

Las acciones que se dieron, se dieron en esa administración. Y gracias a eso, que tuvo un costo político importante y que tuvo una transición dolorosa para mucha gente, es la que nos tiene al día de hoy, no en un default, sino en una macroeconomía que va hacia arriba y que a partir de ahí podemos construir. Y eso justamente se hizo, que fue un sacrificio, no del Gobierno, de la gente, de las personas, se hizo justamente para poder tener una política económica más inclusiva y una política social que pudiera hacer las inversiones que fueran necesarias.

Lamentablemente hicimos el sacrificio, pero esta segunda parte todavía no se ha hecho. Creo que fue una administración que tuvo que enfrentar esas decisiones que estaban dentro de la responsabilidad de la administración, pero también tuvo que enfrentar cosas que estaban absolutamente fuera de nuestro control, como lo fue una pandemia mundial. El COVID-19 fue uno de los eventos, si no es el evento más importante que hemos vivido en los últimos posiblemente 100 años, a nivel de la transformación de la dinámica social que eso tuvo y a nivel del impacto, el impacto en la economía, el impacto en la manera en la que estábamos conviviendo, el impacto en la salud mental de las personas.

Y le tocó a esa administración y esa administración tuvo la capacidad, si bien en un proceso complejo, doloroso, difícil para muchísimas familias costarricenses que se vieron muy afectadas, muchas de ellas en su economía, tuvo la capacidad de decir, nosotros vamos a priorizar la vida de las personas y a partir de la vida de las personas es que vamos a accionar intentando encontrar los mejores balances. Y se ha demostrado que Costa Rica fue un país que manejó la pandemia dentro de los parámetros difíciles, complejos y dolorosos que eran, lo manejó muy bien.

Entonces fue un gobierno que le tocaron situaciones de reformas estructurales que eran necesarias, de transformaciones importantes como la pandemia transformó el mundo. Nosotros salimos de la pandemia en un mundo que es completamente diferente y que es parte de esta narrativa del mundo cambió. Nosotros, las instituciones tienen que cambiar para hacerle frente a esas necesidades de un mundo que no es el que teníamos ni hace cinco, ni hace seis, y menos hace 20, 30 años cuando algunas de las instituciones se visualizaron.

Entonces creo que se enfrentó a grandes desafíos, creo que se enfrentó con honestidad, creo que se enfrentó poniendo a la gente en el centro y por supuesto que no se enfrentó de manera perfecta y se cometieron errores, se cometieron errores a nivel de que debimos haber generado una comunicación muchísimo más directa con la gente, debimos haber generado más información de por qué se estaban haciendo las cosas, de cómo se estaban haciendo para que la gente tuviera la capacidad de poder entender por qué se estaban tomando algunas decisiones, por más impopulares que fueran. 

Creo que a partir de ahí también la comunicación cambió y que esa adaptación se tiene que dar. Creo que muy posiblemente un error fue aunado a que la comunicación tiene que ser diferente, más directa, más rápida, más ágil, más transparente, se intentaron hacer muchas cosas a la vez y hay una capacidad de la gente de afrontar cambios también.

Estas transformaciones también llevan complejidades y creo que se le metió demasiado al sistema muy rápido con el agravante de que también tuvimos la pandemia y eso tuvo un golpe gigantesco en la economía del país y en otro montón de áreas. Y creo que eso fue un error, entender cómo priorizar, cómo moverse, dándole primero a la gente toda la información, entendiendo cuál es el sentir de la gente antes de dar los siguientes pasos, es una lección aprendida definitivamente y eso es algo que se tiene que corregir. 

¿Faltó tacto?

Creo que faltó entendimiento de cómo la gente estaba percibiendo las cosas que estábamos haciendo. Y eso yo creo que es algo que no se puede repetir y que ahora deberíamos ir un paso más allá, dos pasos más allá y generar los mecanismos para tener esa información de parte de la gente y ojalá prácticamente en tiempo real. 

¿Usted habla de un costo político, pero se imagina uno más alto que ese de borrar al PAC del Gobierno y la Asamblea Legislativa?

Cualquier Gobierno, cualquier jefe de Estado que quiera hacer transformaciones y cambios, no solo decirlos, sino hacerlos, va a tener un costo político. Porque los cambios siempre, si se hacen pensando para bien, las transiciones son difíciles y siempre va a haber complejidades, limitaciones, obstáculos, personas que sienten que el cambio no les beneficia. Entonces los cambios siempre van a tener un costo político.

Lo que no tiene un costo político es decir que uno quiere cambiar las cosas, pero no hacerlo, porque entonces eso se queda en lo que todos queremos, todos queremos que las cosas cambien y que mejoren y que me den respuestas, sin asumir el costo político de realmente accionar esos cambios y caminar ese camino. 

Pero los gobiernos, y no digo que sea algo bueno o malo, aplican ese cálculo político precisamente para no desgastarse o no agotarlo tan rápido como le sucedió al PAC.

Sí, por supuesto que puede haber personas y sectores y grupos que han tenido cálculo político. Realmente eso no debería ser. O sea, si a uno los costarricenses le dan el privilegio de poder servir desde el más alto nivel, desde la jefatura de Estado, el cálculo no debería ser cómo hago yo para mantener mi popularidad, para que entonces la persona que yo quiero poner pueda seguir o el grupo que yo quiero mantener pueda continuar.

Esa no es la política que le da resultados a la gente porque esa es una política calculadora. Yo lo que digo es que más bien es que la administración anterior se comprometió con hacer esas transformaciones y que lo que sí tenemos que tomar en cuenta es cómo se está sintiendo la gente con esas transformaciones y ser sensible a ese sentir para ver si se da más información antes de continuar con los siguientes pasos. Eso es entender el sentir de la ciudadanía y cocrear con la gente, no un cálculo político, son cosas diferentes. 

Entonces yo diría, no, por supuesto que no puede ser que tengamos un cálculo político a la hora de actuar, pero sí entender cómo se van sintiendo las personas con esos cambios, qué hay que ajustar, qué no está funcionando y qué cosas sí pueden seguir adelante. 

Y en ese mismo análisis, le pregunto entonces, ¿qué ha hecho bien el Gobierno de don Rodrigo Chaves y qué está haciendo mal?

Yo creo que este Gobierno ha continuado con una tendencia macroeconómica, que de hecho los últimos números no parecen ser tampoco tan favorecedores, creo que ahí ya estamos empezando otra vez a fallar un poco, pero creo que ha mantenido una responsabilidad fiscal que le fue heredada y que ellos la han continuado. Eso me parece que es importante. 

Creo que el presidente de la República hace bien en indicar que hay cosas que no están funcionando, que hay instituciones que tienen que dar mejor la talla y que esas instituciones posiblemente tenemos que cambiarlas y que transformarlas. Ahora, la pregunta es, si ya sabemos que las tenemos que cambiar y transformar, hagámoslo, empecemos a gestionar, empecemos a actuar para esa transformación.

¿Qué es lo que pasa? Esa transformación solo se puede dar si también, como te decía al principio, tenemos una conversación con el sector privado que se va a ver beneficiado de esos cambios, pero también va a tener un decir en cómo lo está afectando, si le está beneficiando.

El sector público que tiene que transformarse, y eso también tiene un costo político para la persona que lo lleva adelante, la academia que da el soporte y los mecanismos de participación de la ciudadanía para que te puedan ir diciendo si les está funcionando o no les está funcionando.

Entonces, yo lo que diría es, está muy bien el diagnóstico, está bien que se ponga sobre la mesa qué no está funcionando, está bien que se haya continuado con una responsabilidad a nivel macroeconómico que le fue heredada y que gracias a las acciones de otras administraciones les ha dado buenos frutos, pero necesitamos pasar a las acciones, necesitamos ya pasar a vamos a hacer esto y hagámoslo, dejemos de decir que lo vamos a hacer, sino que hagámoslo.

Y en esa ejecución, me llama la atención su insistencia por el tema de las presas, que entiendo va más allá de las viales. ¿Por ahí pasará el mensaje de su campaña?

Es que yo creo que la sensación de la gente es que nada se mueve, no solo en las calles, la sensación de la gente es que las listas de espera en la caja no se mueven, la sensación de la gente es que estamos ahogados en un montón de trámites burocráticos que no se mueven, que no se simplifican, que no se cambian, la sensación de la gente es que estamos atascados, entonces sí, yo creo que estamos en una presa que va mucho más allá de las presas de las calles, y eso es lo que tenemos que llegar y realmente transformar y cambiar para que esas presas empiecen a mover.

Una de las cosas que se hizo muy bien es que a principios de 2020, lamentablemente justo antes de la pandemia, por primera vez en muchos años, las listas de espera mediante un plan estratégico que tenía la Caja bajaron, por supuesto que después se vino la pandemia, la Caja se vuelca al cuidado de la pandemia y a partir de ahí, con esta administración, esas listas de espera no han bajado, pero se tiene que actuar, se tiene que hacer, se ha podido antes, lo podemos volver a hacer ahora.

Usted y don Carlos, una vez terminado su gobierno, abandonan el país y no es hasta ahora, con los aires electorales, que regresan a Costa Rica. ¿Eso no es oportunismo político?

Yo diría que de entrada la primera responsabilidad de un servidor público que es electo de manera popular es irse cuando termina su término, de entrada. Nosotros realmente buscamos una oportunidad como familia, dando también espacio a una administración que venía entrando, que venía con otras ideas de cómo hacer las cosas, y hay un respeto de dar ese espacio a la nueva administración que siempre tiene que existir.

Siempre tiene que existir, uno no se puede quedar ahí estorbando. Entonces, nosotros como familia también teníamos derecho a buscar oportunidades, yo en lo personal tenía un compromiso conmigo misma de regresar a la academia, era algo que yo había postergado en otras ocasiones justamente apoyando a Carlos en sus campañas, tenía ese deseo de cumplirme a mí misma con una meta que yo tenía en lo personal, y vimos como familia una buena oportunidad y así lo hicimos.

Entonces, realmente como le digo, uno tiene que dar espacio cuando uno sale, tiene que dar espacio a lo que la gente decidió y la gente decidió que lo que quería era una administración que venía con otras ideas, y nosotros dimos un espacio respetuoso a eso.

Siempre que se menciona su nombre, o el PAC, mucha gente insiste en que no puede votar por el partido que trajo a Costa Rica a Rodrigo Chaves; mientras que otros afirman que eso fue lo único que hicieron bien. ¿Qué dicen ustedes de eso?

Bueno, yo creo que no se excluye una a la otra. En el Gobierno anterior hubo una idea, una visión, que yo creo que de hecho algunas personas al día de hoy lo siguen colocando como algo que se tiene que hacer, que es sumar gente más allá de las banderas partidarias. Y la administración anterior, bajo una idea de un gobierno de unidad nacional que se necesitaba para transformar y pasar las reformas necesarias que Costa Rica requería, trajo gente de afuera, de afuera de nuestras banderas, trajo gente talentosa, en algunos casos esas personas dieron muy buenos resultados, en algunos casos nos equivocamos.

En otro lado, Costa Rica libremente, y yo creo firmemente en la robustez de nuestro sistema democrático, Costa Rica en libertad escogió a don Rodrigo Chaves como presidente. Él tenía todo el derecho de presentar tu nombre y Costa Rica lo eligió a él, y eso es así, y eso hay que respetarlo. 

¿Pero en dónde lo ubica usted, en los aciertos o los errores?

Don Rodrigo no duró ni un año en la administración.

Cuando ustedes se van del gobierno, usted como primera dama y don Carlos como presidente, dejaron listo un proyecto de tren eléctrico, quedó listo en medio de aires electorales. El nuevo Gobierno lo archivó y ahora lo desentierra en medio de aires electorales. ¿Usted vio ese proyecto como un tema de campaña? ¿Debería ser un tema de campaña?

Nosotros nunca lo pensamos como un proyecto electoral. Es más, si usted se va a mis declaraciones de principio, nosotros desde el principio dijimos que ese era un proyecto que nosotros no íbamos a inaugurar.

Llega al final listo porque desde el día uno nos dimos a la tarea y con el compromiso de que nosotros queríamos hacer una transformación estructural en la manera en la que Costa Rica se mueve y empezamos a trabajar desde el día uno. Se generaron todos los procesos que se requieren para un proyecto de esta magnitud, sea serio, los estudios de factibilidad, de hecho, se le hizo una ingeniería de valor, se hizo una estructuración financiera, conseguimos el financiamiento. Eso toma tiempo.

En medio de eso se vino la pandemia, y aun así, nosotros tomamos la decisión de ir al Congreso, a la Asamblea Legislativa, a defender el proyecto. Cuando a mí me decían, y lo invito a buscarlo, a mí me decían que Costa Rica nunca más iba a tener presas.

¿Por qué? Porque en medio de la pandemia evidentemente no teníamos presas y nosotros decíamos, este proyecto es un proyecto necesario y transformacional que tiene que seguir adelante. Van a regresar las presas si no hacemos algo.

Van a regresar, después de la pandemia las presas van a regresar si no generamos este proyecto que a futuro nos va a evitar que esas presas regresen. Entonces, nunca fue un proyecto electoral porque en Costa Rica el mayor rédito, para bien o para mal, eso es algo que tiene que cambiar, en Costa Rica el mayor rédito se da cuando usted corta la cinta. Y nosotros siempre supimos que no la íbamos a cortar.

La esperanza era que el proyecto iba a quedar, como así quedó, con un dictamen positivo en la Comisión de Infraestructura, para que la siguiente administración, cualquiera que fuera, pudiera continuarlo. Y yo celebro que después de tres años de tener el proyecto engavetado, la administración actual retoma el proyecto. Mismo trazado, mismo financiamiento, misma tecnología.

¿Cuál es la diferencia? Nosotros proponíamos cinco líneas y 84 kilómetros, la administración por supuesto que le está bajando los costos porque están planteando dos líneas y aproximadamente 50 kilómetros. Por supuesto que va a haber una disminución de los costos, pero en buena hora que lo hagan. Si ellos lo están haciendo de manera electoral o no, yo no lo sé, no me corresponde a mí definirlo. Yo lo que sí le puedo decir es que espero que lo muevan, porque Costa Rica lo necesita y nosotros nos comprometemos a continuarlo con las siguientes tres líneas. 

¿Regresa Claudia Dobles a una mejor o peor Costa Rica de la que se fue?

Claudia Dobles a una Costa Rica que se está enfrentando grandes retos y a una Costa Rica que tiene que tomar decisiones determinadas, rápidas, ágiles, concretas, sobre todo con respecto a la seguridad.

Nosotros no podemos perder nuestro control territorial, que lo estamos perdiendo. Hay que retomarlo. Con respecto a la transformación en la educación, con respecto a una economía que le dé más y mejores oportunidades, sobre todo a todo lo que es áreas fuera del Gran Área Metropolitana y todo lo que es régimen no definitivo, es decir, todo lo que no es zona franca, y una Costa Rica que tiene que tomar decisiones importantes a raíz de una política social que tiene que cuidar e invertir en la gente.

Eso es lo que me encuentro. Hay grandes retos, pero los grandes retos, con determinación, con estrategia y con ideas claras, se pueden convertir en grandes oportunidades. 

Con todo respeto, pero siempre habrá retos, doña Claudia, sin importar el momento. Por eso la pregunta es si, en su visión, este es un mejor o peor país que el que dejaron usted y don Carlos.  

Tenemos una desmejora en Seguridad, tenemos una falta de ruta de Educación, si existió la ruta, pues no se compartió. Tenemos una desmejora en la libertad de prensa. Tenemos desmejoras importantes.

Aparte de eso, tenemos retos que vienen no solamente a nivel nacional, tenemos retos a nivel global, el avance de la tecnología, el avance de la inteligencia artificial, la incertidumbre en el comercio internacional, que nos ponen una capa aquí de complejidad. 

Entonces sí siento que hay una falta de rumbo, un entendimiento que creo que ha sido muy evidente de parte del Presidente de que hay cosas que no funcionan. Pero bueno, entonces ya tenemos que actuar y cambiarlas.