Ciudad de Guatemala, Guatemala.– Llegó la hora de la verdad para la Liga Deportiva Alajuelense. Este miércoles 3 de diciembre el conjunto rojinegro podría consagrarse tricampeón de la Copa Centroamericana de Concacaf. Si no lo logra, cederá su corona a Xelajú de Guatemala.

El técnico Óscar “Macho” Ramírez tiene claro lo que quiere ver de su equipo en el partido final, con la serie empatada 1-1 y el gol de visitante como desempate.

Antes del habitual reconocimiento al césped sintético en el Estadio Cementos Progreso -sede del partido-, Ramírez habló con los medios de comunicación en el Media Day de la Concacaf y envió un mensaje claro: todos en su equipo deben tener los pies en la tierra.

Aunque ya tiene definido el once titular, no lo compartirá con los jugadores hasta el miércoles. Lo que sí confirmó es que Bayron Mora será el portero titular, ante la lesión de Washington Ortega.

Ramírez advirtió que deben tener especial cuidado con las transiciones ofensivas del Xelajú, pero también cree que el equipo puede lucir bien en una cancha más grande como la de Cementos Progreso. El ambiente de 13.000 aficionados no le preocupa: «El ambiente no ha dificultado nuestras visitas. Esperemos que tampoco este miércoles».

En caso de empate 1-1, el partido pasaría a la prórroga, e incluso a los penaltis. Y Alajuelense ya se prepara para ese escenario, luego de la decepción de la serie anterior desde el punto penal.

«El tiempo ha sido uno de nuestros enemigos con el trabajo en el campo. Jugamos el domingo, algunos participaron, otros hicieron trabajo diferenciado… pero estábamos practicando penales», reveló el técnico.

Durante la conferencia, el trofeo de la Copa Centroamericana estuvo a su lado, pero prefirió no prestarle demasiada atención, tal vez como cábala. Aún así, no evitó la pregunta sobre qué significaría volver a conquistar el título regional.

«Sería un logro importante. Siempre que se gana es importante y la historia del club lo avala. Sería muy bonito, por supuesto, pero aún quedan noventa y tantos minutos contra un buen equipo», afirmó.

Más de mil miembros de la liga decidieron viajar a Guatemala, muchos de ellos sin boletos, dispuestos a pagar altos precios de reventa. Ramírez, como es habitual, llamó a la moderación.

«Entiendo la emoción de la afición, pero tenemos grandes rivales delante. Este miércoles es el paso más importante. Un poco de moderación… En estos partidos hay que jugarlos. No me gusta tirar las campanas al aire, porque las cosas hay que hacerlas, hay que ejecutarlas», subrayó.

Después de “Macho”, y como marca el protocolo de la Concacaf, hablaron cinco jugadores de la Liga: Anthony Hernández, Celso Borges, Ronaldo Cisneros, Diego Campos y Alexis Gamboa.

Una hora más tarde, el equipo reconoció el campo de Cementos Progreso. Fiel a su estilo, Óscar Ramírez salió a la cancha con un café en la mano. La final está cerca, pero no suelta la cautela. Porque la historia, dice, está escrita en los detalles.