noviembre 17, 2025
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Canartel sobre subasta de espectro: “La mayoría de los medios pequeños y rurales ya dijeron que no pueden participar” – Reporte Tico

  • noviembre 17, 2025
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La subasta del espectro para radio y televisión abierta avanza luego de que la Contraloría aprobara una resolución liberando recursos destinados a ello. Por primera vez el país

Canartel sobre subasta de espectro: “La mayoría de los medios pequeños y rurales ya dijeron que no pueden participar”

 – Reporte Tico

La subasta del espectro para radio y televisión abierta avanza luego de que la Contraloría aprobara una resolución liberando recursos destinados a ello. Por primera vez el país cobrará tarifas por el uso de estas frecuencias, aunque los precios básicos varían de 9.600 dólares por una radio AM a 1,6 millones de dólares para la televisión nacional.

El Gobierno lo defiende como medida para conseguirlo Modernización y organización del espectro. pero la industria advierte contra ello Las nuevas condiciones podrían silenciar a muchos medios de comunicación locales y comunitarios que no pueden soportar los costes o el esfuerzo técnico.

.com habló con Saray Amador presidente de la Cámara Nacional de Radio y Televisión ( Canartel) y Telefides sobre los efectos de este proceso.

1. ¿Cómo ha funcionado el uso de las frecuencias de radio y televisión en Costa Rica hasta la fecha?

Hace muchos años -les pondré el ejemplo de Telefides, que tiene 35 años- había una Oficina de Radiocontrol. Solicitabas una frecuencia y debías cumplir una serie de requisitos técnicos, un proceso que podía durar uno, dos o incluso tres años. Una vez aprobada la solicitud, se podría comenzar la presentación. En aquella época nadie quería tener un medio de comunicación: pocos hogares tenían televisores o radios, por lo que era más un negocio, era una vocación. Y en muchos casos esto sigue siendo así.

2. Uno de los temas más polémicos es la tarifa: ₡6.000 anuales para radio y ₡120.000 para televisión. ¿Por qué no se ha actualizado?

Hay muchos mitos sobre esto. Algunos dicen que estamos explotando un bien público, que pagamos poco y obtenemos mucho, pero eso no es correcto. Hemos patrocinado al menos dos o tres intentos de aumentar la tarifa. El Estado es quien determina cuánto se paga, no las concesionarias. Siempre hemos estado dispuestos a actualizar los cánones, pero es el Estado quien tiene que establecerlos.

3. En medio del debate sobre las subastas surgen desacuerdos sobre la prórroga de las concesiones. El gobierno dice que expiró en 2004, mientras que usted afirma que debería prorrogarse por otros 20 años. ¿Porque?

Porque así lo confirman los contratos firmados en 2004: 20 años, prorrogables automáticamente por otros 20. Bajo esta condición firmamos por todos los medios legales. Un nuevo gobierno no puede venir y cambiar las reglas porque eso pone en peligro la seguridad jurídica del país.

4. El gobierno asegura que la subasta ampliará la cobertura y modernizará el espectro. ¿Qué dudas de este argumento?

En el caso de Telefides la base sería de $1,6 millones porque tendríamos que competir por frecuencia a nivel nacional. Nos duele el alma, pero no podremos participar; Eso significaría no llegar más a las personas más humildes, aquellas que dependen de la señal abierta y gratuita. Además, al ser una subasta, todos podrían ofrecer más y mantener la frecuencia. Y los requisitos técnicos son una locura. Consultamos a expertos internacionales y nos dicen que no tienen ningún sentido técnico. No es una inversión, sino un derroche técnico que no tiene sentido.

Cuando se produjo el corte de energía analógica en 2023, también tuvimos que convertir todo el sistema a digital, lo cual fue muy costoso. Y ahora prácticamente hay que volver a cambiarlo. Les digo, en el caso de Telefides no podríamos participar: los costos iniciales son prohibitivos y los requerimientos técnicos elevarían la inversión a cinco o seis millones de dólares. Es irreal.

5. ¿Cuáles son las principales objeciones del sector a la propuesta del gobierno?

En primer lugar, la falta de respeto a la seguridad jurídica. Cumplimos contratos, pagamos impuestos y garantizamos que se mantenga la cobertura del seguro. Sin embargo, las reglas se cambian unilateralmente. Por tanto, es imposible invertir en un solo país.

La segunda preocupación es el costo. Las señales abiertas cumplen una función social: llegan, de forma gratuita, a la población más pobre que no puede pagar el cable o Internet. Si el acceso al espectro se encarece, este servicio podría desaparecer.

6. ¿Qué impacto específico esperan los medios si la subasta continúa según lo planeado?

La mayoría de los medios de comunicación pequeños y rurales ya han dicho que no podrán participar. No se trata sólo del dinero de la subasta, sino también de las exigencias técnicas: despidos, transmisores duplicados, inversiones que calificamos de “derrochadoras”. Durante 70 años hemos trabajado con equipos estables y ahora se requiere una infraestructura que no está ni técnica ni económicamente justificada.

En el caso de Telefides, retransmitimos misas, rosarios, mensajes de valor y mensajes positivos. Con este nuevo programa ya no podríamos llegar a las comunidades más pobres.

7. El gobierno afirma que las cantidades se basaron en estudios de mercado. ¿Cómo deberías reaccionar ante esto?

Me gustaría ver estos estudios. Telefides lleva 35 años en el mercado y sinceramente no entiendo de dónde salen esas cantidades. Creo que falta conocimiento sobre cómo funciona este sector y la realidad económica de los medios de comunicación nacionales.

8. ¿Cuál sería el mayor impacto para el país si la subasta se realizara tal como está?

Más allá de que Telefides o los medios no puedan asistir, existe un riesgo para Costa Rica. Estas normas fomentan la concentración en manos de quienes pueden pagar, poniendo en peligro la existencia de los medios de comunicación locales y comunitarios. Estos medios podrán seguir transmitiéndose por Internet o por cable, pero ya no llegarán a las zonas rurales donde la señal abierta suele ser la única fuente de información.

9. ¿Qué sugiere la industria como alternativa?

Respecto a la subasta, nos dijeron desde el principio que sería “justa, razonable y equitativa”: los que tenían más pagarían más y los que tenían menos pagarían menos; que los medios regionales y culturales serían tenidos en cuenta, todos. Pero eso resultó ser un canto de sirena. Los precios y los requisitos técnicos no son realistas. Tal como se propone, esta subasta es una utopía para los medios pequeños y rurales que no pueden participar no sólo por razones de costos sino también técnicas. Muchos solo usarían internet o cable, dejando fuera a quienes dependen de la señal abierta y gratuita. Además, se impuso de la noche a la mañana sin darle tiempo al sector a organizarse.