Si algo es imperdonable es visitar Puerto Viejo y no ver el amanecer.
Esta vez decidimos hacerlo de una forma diferente: cogiendo una tabla, un remo y adentrándonos en el mar a practicar paddle surf.
El recorrido comenzó a las 4:30 de la mañana, sobre el río Ernesto, un lugar rodeado de naturaleza donde la quietud sólo es interrumpida por el sonido del agua. El recorrido nos llevó por un manglar donde pudimos observar tortugas antes de conectarnos con el mar abierto.
Al llegar a Playa Punta Uva el panorama era de postal: el clima cálido, el cielo teñido de tonos dorados y el agua tan cristalina que desde la tabla podíamos ver los corales bajo nuestros pies.
Uno de los momentos más impresionantes del recorrido fue el paso por una cueva natural ubicada bajo un mirador muy conocido en la zona. La luz del amanecer se filtraba entre las rocas creando un juego de reflejos que parecía una ventana al mar, una experiencia casi mágica.
Cada amanecer en el Caribe es diferente, pero hacerlo sobre una tabla convierte el momento en algo más profundo: una invitación a vivir el presente, a agradecer y dejar que el mar haga el resto.
Podéis revisar el reportaje completo en el vídeo de portada.