octubre 21, 2025
Deportes

No se puede pedir a los jugadores que entreguen si se les debe dinero. – Reporte Tico

  • octubre 21, 2025
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En el fútbol, ​​como en cualquier trabajo, la dedicación nace del compromiso, pero también del respeto.Y en el caso del Club Sport Herediano, hay una línea muy delgada

No se puede pedir a los jugadores que entreguen si se les debe dinero.

 – Reporte Tico

En el fútbol, ​​como en cualquier trabajo, la dedicación nace del compromiso, pero también del respeto.
Y en el caso del Club Sport Herediano, hay una línea muy delgada que se está rompiendo: No se puede exigir alma a un grupo de jugadores si, al mismo tiempo, no cumplen lo prometido.

Durante las últimas semanas, Jafet Soto Molina Ha cuestionado duramente a sus jugadores.
Les ha señalado por «falta de compromiso», por «no tener alma», por «no mostrar hambre». Incluso ha advertido que, si fuera necesario, jugará con niños.
Pero ahora se sabe, confirmado por El azulejo y por el periodista Enrique Villegas en paralelo 10– eso Fuerza Herediana SA mantiene pendiente económica con la plantilla: un premio ofrecido tras el bicampeonato del pasado mes de mayo, que aún no ha sido cancelado del todo.

Entonces, ¿cómo pedir actitud, sacrificio y compromiso cuando el liderazgo no cumple su parte del trato?
No hay motivación que se resista a una promesa incumplida.


La confianza también se paga

El dinero no lo es todo, pero Sí, es una expresión de respeto..
Un premio no es un regalo; Es un premio al esfuerzo, a las concentraciones lejos de casa, a los entrenamientos silenciosos y a los títulos que hoy adornan las vitrinas del club.

Cuando esa recompensa no llega, el mensaje que se envía es demoledor: que el esfuerzo no tiene valor real.
Y ahí es cuando los equipos empiezan a desmoronarse desde dentro, no por falta de táctica, sino por falta de confianza.

Hay tensión en el vestuario herediano.
el equipo lleva siete partidos sin ganar, cuatro derrotas consecutivas y es séptimo en la tablafuera de las posiciones de clasificación.
Pero más allá del aspecto deportivo, hay un desgaste emocional que parece pesar más que cualquier sistema táctico.


La factura invisible de la desconfianza

Puedes tener un gran entrenador, buenos jugadores y suficientes recursos, pero si se pierde la palabra, el vestuario queda vacío.
Eso es lo que parece estar pasando con Herediano: una descomposición que no se ve en la mesa, sino en las miradas y actitudes.

Jafet Soto siempre ha sido frontal, y eso se agradece en un fútbol donde abundan los discursos tibios.
Pero también hay que mirar hacia arriba, hacia la estructura de liderazgo, porque no se puede pedir lo que no se da.
Si el club no cumple, es poco probable que el jugador se rompa el corazón por una camiseta que se siente menos respaldada que nunca.


El punto de ruptura

Herediano es un club acostumbrado a competir, jugar finales, pelear por títulos.
Por eso esta crisis duele más.
Pero si realmente quieres retomar el rumbo, primero debes sana tus cuentas internaseconómico y emocional.
Pagar lo adeudado, reconocer lo prometido y reconstruir la confianza desde dentro.

Sólo entonces se podrá volver a exigir la entrega.
Porque en el fútbol, ​​como en la vida, no hay pasión sin justicia.