A el presidente del Deportivo Saprissa, a Juan Carlos Rojas, presentó las críticas que rodeaban al club en el medio de una de sus etapas más complicadas de los últimos años: eliminados en la fase de grupos de la Copa Centroamericana, con dos torneos seguidos sin títulos y un entorno cargado de preguntas.
En un artículo de opinión publicado en El observadorRojas reconoció que ser presidente de Saprissa es «un gran privilegio, pero también significa vivir todos los días en el centro de la tormenta». Recordó que hace solo 15 meses celebraron tetracampeonato, mientras que hoy la narración gira en torno a la crisis, los reproches y las descalificaciones personales.
Para la jerarquía púrpura, gran parte de lo que enfrenta el club tiene que ver con un cambio en la forma de hacer periodismo y en la dinámica de las redes sociales. «Los incentivos actuales recompensan el escándalo y la controversia sobre el análisis y el contexto. Se vende más con el circo que con la perspectiva. Y cuando el rigor se renuncia y la búsqueda de la verdad, lo que queda no es periodismo: es un espectáculo puro», dijo.
Rojas, quien en el pasado fue muy activo en las redes sociales, explicó por qué ahora prefiere el silencio: «Siempre estoy dispuesto a discutir y explicar con los argumentos, pero lo que vivimos no es un debate: es un espacio de juicios resumidos, donde muchos esperan que solo uno levante la cabeza para que caiga sobre él. En ese entorno, callarse no es esconderse: se refiere a participar en un juego ese juego».
El líder citó al ex presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, y su famoso discurso en «Hombre en la arena»Aludiendo al hecho de que lo verdaderamente valioso es exponer, arriesgar y liderar, incluso si eso implica cometer errores: «Es fácil gritar desde las gradas, tipo de anonimato digital o hablar desde la comodidad de un micrófono. Lo difícil es ingresar a la arena, exponer y plomo, sabiendo que cada error se usará como condena, pero también confía en que vale la pena el esfuerzo».
Finalmente, Rojas pidió una reflexión colectiva sobre la forma en que se conversa y critica, no solo en el fútbol, sino también en la sociedad: «Si queremos un mejor fútbol y una sociedad mejor, necesitamos recuperar la decencia en nuestras conversaciones: un periodismo que informa con responsabilidad, una crítica y redes fuertes pero justas que son espacios de verdad y no destrucción».
Con este mensaje, el presidente de Saprissa intenta mover el debate más allá de los resultados inmediatos y poner en la mesa un problema sustantivo: cómo se mide, critica y el liderazgo se entiende en el medio de la tormenta.