octubre 18, 2025
Costa Rica

El informe regional revela una mayor migración inversa en la ruta Costa Rica – Panamá – Colombia – Reporte Tico

  • agosto 29, 2025
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San José, 29 de agosto (Elpaís.cr) .- La migración a la región vive un giro inesperado y sin precedentes: el retorno masivo de migrantes desde el norte al

El informe regional revela una mayor migración inversa en la ruta Costa Rica – Panamá – Colombia

 – Reporte Tico

San José, 29 de agosto (Elpaís.cr) .- La migración a la región vive un giro inesperado y sin precedentes: el retorno masivo de migrantes desde el norte al sur del continente.

Esto fue documentado por la Comisión del Defensor del Pueblo de los habitantes de Costa Rica y los defensores del pueblo de Panamá y Colombia, con el acompañamiento de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (Oacnudh).

El informe, titulado « migración inversa en la ruta de Costa Rica – Panamá – Colombia: protección y necesidad de una respuesta humanitaria regional », revela que entre enero y agosto de 2025 más de 14,000 personas regresaron de México y Estados Unidos a Colombia, en contraste con la reducción drástica del flujo migratorio del norte, que cayeron 97% en comparación con 2024.

Restricciones y devoluciones requeridas

Según el defensor del pueblo de Colombia, Iris Marín Ortiz, este fenómeno responde al endurecimiento de las políticas migratorias en los Estados Unidos y las restricciones de tráfico en la jungla de Darién.

«La imposibilidad de ingresar a los Estados Unidos, el miedo a los arrestos, las deportaciones y el agotamiento de los recursos está obligando a miles de personas a regresar, sin medir las condiciones de libertad o la información apropiada para decidir», dijo.

Las principales razones para el rendimiento fueron el negativo de ingresar a los Estados Unidos (49%), cambios en su política de inmigración (46%), temor a arrestos o deportaciones (17%) y falta de recursos económicos (34%).

Violaciones y riesgos diferenciados

El informe se nutre de 182 testigos directos de migrantes, con un 97%venezolano, muchas de ellas mujeres, niños y adolescentes en vulnerabilidad.

Los hallazgos advierten que las mujeres y las niñas enfrentan riesgos acentuados, como violencia sexual, trata de personas y discriminación. «En lugares como Miramar (Panamá), Paso Canoas y las áreas del Caribe y el Pacífico colombiano, duermen en parques, casas abandonadas o espacios improvisados, expuestos al abuso y la explotación», dijo la comisión.

El 86.8% de los entrevistados dijeron que eran víctimas directas o que conocen casos de violencia durante el viaje de Darién. Los sequretings, la extorsión y los robos también se informaron en México y Guatemala.

Falta y desconfianza institucional

Otros hallazgos preocupantes es la ausencia de atención humanitaria en lugares críticos como Colón y Puerto Miramar, donde los migrantes enfrentan altos costos de transporte, precariedad extrema y violencia.

La falta de confianza en las autoridades agrava la situación: el 76% en Panamá, el 75% en Colombia y el 42% en Costa Rica no informaron actos de violencia por miedo o desconfianza de las instituciones.

«La respuesta del estado es insuficiente y fragmentada», dijo Jonathan Santana, director de relaciones internacionales del Defensor del Pueblo de Panamá.

Redes criminales y rutas de alto riesgo

La Comisión también verificó la presencia de redes de tráfico transnacionales de migrantes, que controlan la migración inversa a Costa Rica, Panamá y Colombia. Estas redes cobran hasta $ 280 por persona en transferencias marítimas precarias, con graves riesgos de accidentes.

En junio de 2025, un bote con 38 personas que viajan desde Panamá al Pacífico colombiano sufrieron un accidente en alta mar, dejando lesiones, incluidas mujeres embarazadas y personas con discapacidades.

Las rutas que regresan también han forzado los riesgos de reclutamiento, la explotación laboral y la violencia sexual debido a la presencia de grupos armados ilegales, especialmente en el shock colombiano.

Colombia: epicentro de migración inversa

El país estadounidense del sur se ha establecido como un punto crítico de retorno. Solo entre enero y agosto, la migración Colombia registró a 14,422 personas en flujo inverso en áreas como Capurganá y Turbo (Antioch), con habilidades institucionales limitadas para responder.

Medellín también se convirtió en un paso clave: el 75% de los que llegan al tráfico de Necocline a través del capital antioquí. Sin embargo, las dificultades persisten en proporcionar refugio, atención de salud mental y protección de mujeres embarazadas y personas LGBTIQ+.

Llamar a la acción regional

El informe concluye que la migración inversa es un rendimiento forzado y que la protección de los derechos debe ser el eje de la respuesta.

Los defensores recomiendan un enfoque regional, interinstitucional e interseccional, con protocolos diferenciados para niñas, adolescentes, mujeres, sisodives y personas con discapacidades.

También instan a los estados a garantizar la justicia y el acceso a la protección internacional, expandir los canales de movilidad regulares y adoptar un protocolo regional para el cuidado infantil migrante, de acuerdo con los estándares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

«Es hora de fortalecer la cooperación regional y el apoyo internacional. Solo por una acción conjunta es posible prevenir el abuso y asistir a migrantes y refugiados con dignidad», dijo Andrés Sánchez Thorin, un representante de derechos humanos de las Naciones Unidas para América Central.

El defensor de los habitantes de Costa Rica, Juan Carlos Pereira, enfatizó la relevancia del control de la tierra: «La aplicación de las herramientas de derechos humanos nos permite definir acciones inmediatas y regionales para enfrentar este fenómeno y continuar posicionando la movilidad humana en la agenda pública».