San José, 12 de agosto (Elpaís.cr). – La Escuela Costa Rica encendió las alarmas a los resultados preliminares de una investigación nacional que confirma la presencia generalizada de microplásticos en las playas, aguas costeras y organizaciones marinas en , con posibles riesgos para la salud pública, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de los ecosistemas.
El estudio, desarrollado por el Centro de Investigación de Ciencias de la Marina y Limnología (CIMAR) con la participación del Laboratorio Químico Juan Guillermo Sagot, miembro de la Facultad de Químicos, detectó microplásticos en todas las playas evaluadas, incluidas las aguas del Golfo de Nicoya y Gulf Dulce.
En la provincia de Pistarenas, por ejemplo, concentraciones de hasta 2.934 partículas por metro cuadrado. La mayoría correspondía a fibras sintéticas de ropa abandonada y redes de pesca.
Pero el hallazgo más preocupante, según los investigadores, es que estas partículas no solo contaminan el medio ambiente, sino que ya se han encontrado en las especies marinas marinas de consumo humano habitual, como peces, camarones, bivalvos y langostas de agua dulce. Muchos de ellos contienen productos químicos tóxicos, como Bisfanol-A (BPA), relacionados con el cáncer, las alteraciones hormonales y la toxicidad celular.
«Estos plásticos llegan al océano en varias rutas, y lo más preocupante es que nos devuelven a través de la cadena alimentaria. Ya no es solo una preocupación ambiental: estamos hablando de la salud pública», dijo Sagot.
Impactos detectados por el estudio:
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Fauna marina: Ingestión de microplásticos debido a peces, tortugas, moluscos y aves, con consecuencias como lesiones internas, obstrucción digestiva, hambruna y muerte debido a la asfixia.
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Consumo humano: Detección de partículas en especies que forman parte de la dieta costosa.
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Químicos: Presencia de compuestos como BPA, asociado con enfermedades graves.
A nivel internacional, estudios anteriores han detectado microplásticos en la sangre, los pulmones e incluso en la placenta humana, lo que fortalece la preocupación por su capacidad para entrar y permanecer en el cuerpo. Aunque los efectos a largo plazo aún se están investigando, la evidencia apunta a la exposición constante.
Costa Rica participa en redes científicas como Remarco y la Iniciativa de Nutec Plastics de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), pero el problema también tiene raíces locales: se estima que esto Reciclar menos del 5% de los desechos plásticos d.
Los ríos como tárcoles transportan grandes cantidades de basura al mar, especialmente durante la temporada de lluvias, cuando las corrientes dispersan fragmentos de plástico en ambas costas. El 90% de las muestras analizadas en arena y agua contenían fibras sintéticas, lo que indica como fuentes principales el lavado doméstico de ropa sintética, redes de pesca fantasma y el uso ampliado de plásticos desechables.
La contaminación no conoce los bordes: los microplásticos detectados en el Caribe podrían provenir de otras regiones, mientras que los generados localmente pueden alcanzar ecosistemas distantes.
El impacto económico también se refiere. «La industria del turismo podría comprometerse seriamente si el deterioro progresivo de las playas y los ecosistemas costeros persiste», dijo Sagot, recordando que la imagen de un país limpio y biodiversario es clave para atraer a los visitantes.
Con datos consolidados hasta 2024, los investigadores esperan publicar los resultados finales este año para compartirlos con la comunidad científica y la población.
«Este es el momento de transformar la preocupación en soluciones. La ciencia nos proporciona herramientas y tenemos la capacidad de liderar un cambio responsable en la gestión de plásticos. Estos hallazgos son un llamado para avanzar hacia prácticas políticas más sostenibles y más consistentes», dijo Sagot.