julio 16, 2025
Costa Rica

Las mujeres costeras y rurales de Costa Rica rechazan el proyecto de la conferencia 4 × 3 – Reporte Tico

  • julio 16, 2025
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San José, 16 de julio (Elpaís.cr) .- La red de mujeres costeras y rurales de Costa Rica expresó su rechazo categórico en el proyecto de ley. 24,290, que

Las mujeres costeras y rurales de Costa Rica rechazan el proyecto de la conferencia 4 × 3

 – Reporte Tico

San José, 16 de julio (Elpaís.cr) .- La red de mujeres costeras y rurales de Costa Rica expresó su rechazo categórico en el proyecto de ley. 24,290, que aumenta la implementación de días hábiles de 12 horas durante cuatro días consecutivos (con tres días de descanso).

La organización, compuesta por mujeres de territorios históricamente marginados, denuncia que esta reforma profundizaría la desigualdad de género, aún más condiciones de trabajo femeninas y limitaría el acceso de las mujeres a los derechos básicos como el descanso, la salud y el tiempo libre.

El proyecto, promovido por los sectores de negocios y apoyado por el ejecutivo bajo el argumento de «modernización y flexibilidad laboral», ha llevado a una fuerte oposición entre las organizaciones sociales, académicas y sindicales.

Para la red, el 4 × 3 representa un accidente que ignora las realidades diferenciadas de las mujeres, particularmente las de las áreas rurales y costeras donde las condiciones de vida ya son precarias.

Un día doble invisible

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), las mujeres en Costa Rica asignan entre 4 y 6 horas al día en el trabajo en casa y la atención no remunerada. La red advierte que los largos días hábiles impuestos por el modelo 4 × 3 no consideran esta segunda carga de trabajo que cae desproporcionadamente a las mujeres, amenazando su salud física, bienestar emocional y desarrollo profesional.

«La supuesta flexibilidad laboral no se traduce en un bien cuando las mujeres tienen que trabajar durante 12 horas, regresar a casa por la noche y continuar con un segundo día cuidando a sus hijos, los ancianos o los enfermos, sin el apoyo del estado o el acceso a servicios básicos como guarderías o transporte nocturno», dijo la red en una pronunciación pública.

Impacto en territorios históricamente excluidos

El rechazo del proyecto tiene una clara base territorial y social: las áreas rurales y costeras donde muchos de los miembros de la red viven en severas limitaciones en infraestructura, servicios públicos y oportunidades de empleo.

Un estudio realizado por el investigador Claribel Sánchez Arias, de la Universidad de Distancia Estatal (UNED), revela casos como «Mariana», una madre soltera que trabajó durante los días nocturnos de 12 horas y apenas logró dormir dos horas al día por sus responsabilidades de atención.

Estos tipos de situaciones, según Sánchez, no son excepcionales, sino representativas de una estructura de trabajo diseñada con las mujeres más vulnerables.

«En estas áreas no hay suficientes centros de atención o redes de transporte público o apoyo adecuados. La imposición de un modelo 4 × 3 implica más horas de hogar sin ninguna garantía de apoyo social para las trabajadoras», dice el investigador.

La situación se compone aún más para las mujeres indígenas y africanas, que enfrentan una triple discriminación: por género, etnia y clase social.

Los datos de la FAO indican que el 40% de las mujeres rurales en América Latina no tienen sus propios ingresos. En Costa Rica, más del 26% de las mujeres viven en áreas rurales, muchas en condiciones de informalidad laboral, con bajos ingresos y sin protección social.

Compromisos internacionales en cuestión

La red de mujeres costeras y rurales también cuestiona la coherencia del proyecto 24,290 con los compromisos internacionales firmados por . Entre ellos se encuentra la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW), el Acuerdo de 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODG 5 (Igualdad de género) y ADG 8 (trabajo decente y crecimiento económico).

«Costa Rica se ha comprometido con el mundo para erradicar la violencia y la discriminación laboral contra las mujeres. Sin embargo, este proyecto debilita estos compromisos al legalizar las formas de explotación laboral con el pretexto del desarrollo económico», dice la declaración de la red.

Mientras que los países latinoamericanos como Chile, Colombia, México y Ecuador se están moviendo hacia la reducción de las horas de trabajo para mejorar la calidad de vida y fomentar el capital, Costa Rica, según las mujeres organizadas, estaría en la dirección opuesta.

Demandas concretas de los territorios

Dado este paisaje, la red de mujeres costeras y rurales ha planteado un conjunto de demandas claras:

  1. Archivo inmediato de la factura 24.290: La red exige una propuesta que considera regresiva y perjudicial para la población trabajadora, especialmente las mujeres del procedimiento legislativo.

  2. Apertura de un diálogo nacional: La organización propone abrir espacios para consultar con organizaciones de mujeres, sindicatos, académicos y otros sectores sociales, para discutir las verdaderas reformas laborales con un enfoque de derechos humanos y equidad de género.

  3. Creación de un sistema nacional de atención universal y libre: Se necesita una política pública integral que permita a las mujeres ejercer su derecho a trabajar sin sacrificar su salud o su vida personal.

  4. Fortalecer las inspecciones laborales con un enfoque de género: La red pide que el Ministerio de Trabajo realice controles efectivos en áreas libres, máquinas y sectores agrícolas donde los abusos laborales proliferan, especialmente hacia las mujeres.

«El modelo 4 × 3 no es progreso, es regresión. Nuestras condiciones de vida no pueden seguir siendo moneda para atraer inversiones a expensas de la parte posterior», dice el documento.

Una red amplia y articulada

El documento cuenta con el apoyo de varios grupos locales que conforman la red, incluido el colectivo de Samara empoderado, United Talamanca, el Movimiento Feminista de Santa Teresa y la Asociación de Emprendedores Samara – Emprendedores Samara – Zona Azul, entre otros.

Estas organizaciones, presentes en diferentes partes d, han desarrollado proyectos para el empoderamiento económico, la educación comunitaria y la defensa del territorio, consolidando así una voz colectiva que hace visibles las demandas de las mujeres rurales y costeras.

En su mensaje final, la red reitera: «Las mujeres costeras y rurales no son variables de ajuste para beneficiar a las grandes empresas. Nuestros derechos no son negociables».

Con este posicionamiento, las mujeres organizadas en los márgenes d se suman a un movimiento nacional que cuestiona no solo la forma, sino también el fondo del modelo económico que promueve la reforma laboral actual. Un modelo que, lejos de cerrar las lagunas, amenaza con expandirse.