julio 12, 2025
Costa Rica

Migrantes expulsados ​​por los Estados Unidos en Costa Rica con permiso para trabajar – Reporte Tico

  • julio 9, 2025
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Migrantes Cathal. Cortesía SAN JOSÉ, 9 de julio (ELPAÍS.CR) – El Gobierno de Costa Rica decidió extender el período de permanencia y el permiso de subsidios de subsidios

Migrantes expulsados ​​por los Estados Unidos en Costa Rica con permiso para trabajar

 – Reporte Tico

Migrantes Cathal. Cortesía

SAN JOSÉ, 9 de julio (ELPAÍS.CR) – El Gobierno de Costa Rica decidió extender el período de permanencia y el permiso de subsidios de subsidios a 25 migrantes expulsados ​​por los Estados Unidos en el territorio, en febrero pasado, dentro del marco de un acuerdo bilateral entre los dos países.

La medida proporciona a estas personas una extensión de seis meses bajo una categoría de estadía humanitaria.

Los beneficiarios de esta resolución son parte de un grupo más grande de 200 personas (disposiciones de asiático, africano y europeo) que fueron transferidos a Costa Rica por decisión por parte del gobierno de los Estados Unidos. Al llegar, el grupo se distribuyó en dos vuelos: el primero el 20 de febrero y el segundo del 25 del mismo mes. Todos recibieron ingresos excepcionales para la permanencia transitoria en .

La Dirección General de Migración y Extranjeros (DGME) confirmó que los 25 migrantes que todavía están en Costa Rica están en el Centro de Atención al Migrante (CAPMI), ubicados en los corredores, en la parte sur d.

La resolución enfatiza que estas personas «no son bienvenidas a ningún programa, como el retorno voluntario a sus países de origen o refugio», por lo que se les otorga una condición especial de protección en una categoría humanitaria.

La decisión se responde en parte a las preguntas internacionales y locales sobre el tratamiento de estos migrantes desde su llegada.

Varias organizaciones de derechos humanos, incluido el Centro de Justicia y Derecho Internacional (CEJIL), el Servicio Jesuita para Migrantes (SJM) y el Comité de Servicio de Americanos de Americanos (AFSC), informaron violaciones repetidas de los derechos fundamentales de este grupo de personas.

En un informe conjunto, estas entidades acusaron el costo del gobierno de mantener a los migrantes detenidos arbitrariamente, negando el acceso a los mecanismos de protección internacional y exponerlos a una posible persecución y escenarios de riesgo.

Según el documento, las autoridades también habrían violado el derecho de los migrantes de la salud, su integridad física y emocional, así como sus proyectos de vida.

La resolución publicada por el DGME no se refiere directamente a estas quejas, pero la concesión del permiso de trabajo y la extensión de la permanencia se interpreta como una respuesta a la presión ejercida por la comunidad internacional y por las organizaciones que defienden los derechos humanos.

Un limbo migrador sin precedentes

El caso ha generado una discusión nacional e internacional debido a su carácter inédito. Aunque Costa Rica ha sido históricamente un país que recibe migrantes y refugiados, la transferencia forzada de personas expulsadas por los Estados Unidos marca un precedente en la gestión de la inmigración en la región.

A diferencia de otros procesos coordinados o de restablecimiento voluntario, los 200 migrantes fueron enviados a Costa Rica sin, ya que han informado de organizaciones y algunos expertos legales, se les dio una oportunidad clara de solicitar asilo en los Estados Unidos o para presentar sus casos ante el tribunal.

«La transferencia forzada de estas personas, sin garantías de procedimiento o acceso a la protección internacional, es una violación flagrante del derecho internacional y pone en duda la soberanía del costoso estado en la toma de decisiones migratorias», dijo la directora regional de Cejil, Viviana Krsticevic.

La situación también ha generado tensiones políticas. Aunque los sectores cercanos al gobierno justifican la medida como una acción humanitaria de conformidad con los compromisos bilaterales, otros actores sociales y políticos cuestionan la falta de transparencia entre Costa Rica y los Estados Unidos, así como la ausencia de una política clara para garantizar los derechos y el bien de las personas transferidas.

Permiso de trabajo: una medida paliativa

Según algunos analistas, la autorización para trabajar durante seis meses representa una medida paliativa en una situación que ha dejado a estas personas en una extremidad legal.

El acceso al empleo formal puede representar una ruta de integración temporal, pero no resuelve problemas de sustantivos vinculados a su estado de inmigración.

«El permiso de trabajo no elimina el hecho de que estas personas no tienen una solución definitiva. Su situación aún es incierta y, sin una política de protección integral, están expuestas a nuevas formas de vulnerabilidad», dijo la abogada de derechos humanos y especialista Carolina Monge.

Por ahora, los 25 migrantes todavía están bajo custodia estatal en el Capmi de los corredores, esperando una posible resolución en su futuro. Algunos de ellos han expresado, a través de intermediarios, su deseo de mudarse a terceros países o iniciar procesos de regularización en Costa Rica, pero hasta ahora no se ha publicado un plan específico a este respecto.

El DGME no ha informado si se espera que este permiso se extienda a otros migrantes del grupo inicial que han dejado el refugio o abandonado al país o si los Estados Unidos habrán nuevas deportaciones en el mismo esquema.

Continuar las quejas en la investigación

Las quejas sobre violaciones de derechos humanos aún están activas. Varias organizaciones han presentado recursos legales y solicitudes de investigación ante casos nacionales e internacionales. La Oficina del Defensor del Pueblo también solicitó al Ministerio del Interior y la Policía, así como al DGME, un informe detallado sobre la gestión de casos y las garantías ofrecidas a las personas transferidas.

«El estado de cosecha estatal tiene la obligación de proteger a cualquier persona dentro de su territorio, sin discriminación debido a su situación de nacionalidad o inmigración. Debe garantizar condiciones decentes, acceso a la salud y protección contra cualquier riesgo, especialmente cuando se trata de personas que han sido expulsadas sin un debido proceso», dijo el defensor de los habitantes, Angie Cruickshank.

Este episodio destaca los desafíos que Costa Rica tiene en la migración y los derechos humanos en un contexto regional cada vez más complejo.

La decisión de lograr permisos de trabajo temporales podría ser un primer paso hacia una política más humanitaria, pero también plantea preguntas sobre la capacidad del estado para responder a nuevas presiones de inmigración y garantizar un respeto sin restricciones a los derechos fundamentales de todas las personas, independientemente de su origen.