julio 13, 2025
Costa Rica

El gobierno de Rodrigo Chaves legaliza los niveles más altos de pesticidas en el agua potable – Reporte Tico

  • junio 25, 2025
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San José, 24 de junio (. La medida, publicada en la Gacette oficial, ha desencadenado una fuerte ola de críticas a los sectores académicos, técnicos, comunitarios y ambientales,

El gobierno de Rodrigo Chaves legaliza los niveles más altos de pesticidas en el agua potable

 – Reporte Tico

San José, 24 de junio (.

La medida, publicada en la Gacette oficial, ha desencadenado una fuerte ola de críticas a los sectores académicos, técnicos, comunitarios y ambientales, que consideran el cambio como un retroceso serio en la protección del agua y la salud pública en .

La modificación de la regulación legaliza las concentraciones de sustancias peligrosas, como los metabolitos de clorotalona, ​​un pesticida prohibido en Costa Rica para 2023 por su naturaleza cancerígena. Estos compuestos se habían detectado en al menos 69 fuentes de agua en la parte norte de Carthage, excediendo los límites establecidos por las regulaciones actuales hasta el lunes. Ahora, con la reforma, el gobierno «legaliza» la presencia de este desperdicio, que, para los críticos, representa una forma de cubrir la falta de acciones para lidiar con la contaminación ya mostrada en estas fuentes.

Las organizaciones ecológicas y los movimientos sociales expresaron su rechazo frontal del decreto. El frente ecológico de Cyresas denunció que la reforma «erosiona el derecho al agua consagrada en la constitución política y es una regresión en cuestiones ambientales». El bloque verde declaró que el nuevo estándar es «anti -científico, insalubre y desproporcionado, dando una carta blanca a la industria agróxica para contaminar el agua con impunidad».

El decreto fue adoptado a pesar del rechazo de un gran grupo de actores que participaron en el proceso de consulta pública. Se incluyen universidades públicas: la Universidad de Costa Rica (UCR), el Instituto de Tecnología (TEC), la Universidad Técnica Nacional (UTN) y la Universidad Nacional (una), que, en sus pronunciamientos, alertaron los riesgos para la salud y el medio ambiente y cuestionaron las fundaciones científicas y técnicas de la reforma. Las universidades solicitaron, entre otras medidas, la creación de un comité técnico intersectorial, el fortalecimiento de los protocolos de control y la eliminación de los cultivos contaminantes en las áreas de carga de agua.

La Oficina de Ormbudsman también se opuso al decreto, que solicitó la priorización de la bien y la protección del medio ambiente; Aresep, quien advirtió sobre la tasa de impactos derivada del aumento de los costos de análisis de riesgos; y la Academia Nacional de Ciencias, que consideró la reforma un ataque al comienzo de la precaución y una disminución de la salud pública.

Estas voces agregaron grupos ambientalistas, organizaciones sociales, sindicatos y consejos como Ariel Robles Barranes, Rosaura Méndez Gamboa y Kattia Cambronero Aguiluz.

La reforma introduce el valor de alerta del valor máximo admisible tradicional, que, según los expertos, permite niveles más altos de contaminantes sin un apoyo técnico sólido o una metodología clara para la evaluación y el control.

El ex presidente del Instituto de Aguqueductos y Sabiduros de Costainuctos (AYA), Yamileth Astorga, criticó la medida para aumentar el riesgo de cáncer en la población y las reglas de ruptura como la ley de agua, que establece áreas de protección de al menos 200 metros en las fuentes.

Dado este escenario, los sectores ambientales y académicos anunciaron que instituciones como el Consejo Nacional de Rectores (Conare), la Oficina del Defensor del Pueblo y otros actores serán llamados a definir acciones legales y técnicas que revertirán el decreto y restaurarán los estándares de protección del agua potable en .

La publicación de esta reforma, en lugar de abordar la emergencia ambiental que surge de la contaminación de las fuentes de agua, representa un giro preocupante de las políticas de salud pública para los sectores críticos y las políticas de protección ambiental bajo la administración de Chaves.

Los grupos han advertido que no descartan movilizaciones o recursos judiciales para detener lo que describen como «legalización de la contaminación».

La controversia de este decreto se suma a otros temas recientes a la política ambiental del gobierno actual, en un momento en que Costa Rica enfrenta desafíos crecientes para el uso intensivo de agroquímicos y la protección de sus fuentes de agua.