La tensión está en el aire mientras se espera el gran choque entre Liga Deportiva de Alajuense y Puntarenas FC. Esta noche, uno de estos dos equipos se asegurará un lugar en la tan esperada final del Torneo Clausura 2025. Sin embargo, antes de que el balón comience a rodar, el entrenador de los rojos y negros, Óscar Ramírez, tiene un mensaje especial dirigido a todos los apasionados seguidores de Manuda que asistirá al estadio.

Ramírez tiene un deseo claro: quiere un estadio lleno de energía desde el inicio hasta el final. En diversas ocasiones, ha expresado su descontento por el silencio que, en ocasiones, inunda el Alejandro Morera Soto. Para este miércoles, se muestra firme en que esa atmósfera no debe repetirse.

“A lo largo de los años, hemos enfrentado el problema de que, en ciertos momentos, los aficionados tienden a callar. Desde mi primera conferencia, he mencionado que los primeros 30 minutos son cruciales, porque si logramos un objetivo en ese período, las emociones se intensifican. Pero si no sucede así, es ahí donde el apoyo del público se convierte en una necesidad”, mencionó Ramírez.

El técnico subrayó la importancia del comportamiento de la afición, afirmando que puede influir de manera directa en el desempeño del equipo. Esto es especialmente relevante en partidos reñidos donde la concentración se vuelve fundamental para lograr la victoria.

“El juego no puede ser siempre dominado por nosotros. Debería haber momentos en los que el adversario también encuentre su ritmo, y es ante esto que debemos actuar con comprensión y apoyo. Por lo tanto, necesitamos educar a nuestros seguidores más acerca de cómo comportarse en estas situaciones”, agregó Ramírez.

Asimismo, el entrenador hizo una comparación con el clásico español entre el Real Madrid y el Barcelona, subrayando que la carga emocional es constante y se siente intensamente, sin que el resultado sea lo único que importe en esos instantes.

“En el fútbol, hay que saber manejar los tiempos. Si estamos ganando 1-0, no podemos desesperarnos por buscar el segundo gol a toda costa. A veces, es mejor dosificar el juego, invitar al rival a actuar y luego aprovechar los espacios que surgen. Esto es parte del manejo de la situación”, explicó el entrenador.

Ramírez enfatizó que el ambiente que rodea al equipo, generado tanto por la hinchada como por la prensa, puede marcar la diferencia en el rendimiento del conjunto. “Somos muy emocionales como afición. Cuando sentimos que no se nos respeta, reaccionamos. Pero cuando somos los favoritos, a veces la situación cambia. Por eso es crucial prepararnos mentalmente para todos los escenarios posibles”, reflexionó.

El técnico recordó cómo, durante su período anterior en Alajuelense, los enfrentamientos contra rivales como Carmelita eran especialmente difíciles, debido a la presión emocional que estos partidos conllevaban.

“Estos tipos de encuentros no se entrenan. Se juegan con el corazón, y eso es algo complicado de controlar. Es vital que también eduquemos a los aficionados para que entiendan que los adversarios juegan lo que tienen bajo la manga en estos partidos decisivos”, compartió Ramírez.

Por último, el entrenador confesó con entusiasmo que él y su familia están disfrutando de esta nueva etapa en el club, y que su regreso al banquillo ha sido un verdadero «despertar» que le ha permitido reflexionar sobre muchas experiencias pasadas, esta vez con una mayor madurez.

Esta noche, cuando la Liga Deportiva de Alajuense se enfrente a Puntarenas en el Morera Soto, no solo estará en juego un pasaje a la final, sino que también se pondrá a prueba la conexión emocional entre el equipo y sus seguidores. Para Óscar Ramírez, esa relación puede ser el factor decisivo en este crucial encuentro.