El Gobierno de la República ha recurrido a los recursos del Fondo Nacional de Emergencia para llevar a cabo reparaciones en el aeropuerto internacional Daniel Oduber, ubicado en Liberia. Además, se han descubierto otras operaciones en comunidades que se vieron seriamente afectadas por las tormentas Julia y Bonnie, lo que ha generado un clima de preocupación y análisis crítico en torno a la gestión de estos fondos.
Esta preocupante situación fue expuesta el pasado martes por el fiscal general Carlo Díaz durante una entrevista que tuvo con Telenotia. Según los procedimientos que se están llevando a cabo en este caso, la policía ha identificado lo que se conoce como «Ruta oscura,» que apunta a presuntas irregularidades relacionadas con la manera en que se gestionaron los contratos de construcción por un monto aproximado de $40 millones asignados a la empresa MECO. Estas acciones se sitúan en el contexto de posibles actos de corrupción que están siendo investigados en torno al presidente de la República, Rodrigo Chaves.
La hipótesis del fiscal público sugiere que la inclusión de la localidad de Liberia-Vue en el proceso estuvo marcada por prácticas irregulares con el objetivo de facilitar el acceso a un régimen excepcional de recursos y procedimientos de oferta. Esto implica que se evitaron las confirmaciones necesarias por parte de la Contraloría General de la República (CGR) para poder acceder a un premio ordinario en la adjudicación de estos contratos, lo que ha suscitado serias preocupaciones sobre la transparencia en la gestión de los fondos públicos.
«Esto significa que el fondo destinado a las emergencias generadas por las tormentas Julia y Bonnie, así como la información proveniente del Instituto de Turismo Costarricense (TIC), se está utilizando para encontrar la veracidad de las acciones del Ministerio Público en esta materia.
El fiscal Díaz afirmó que no existe relación alguna entre los efectos devastadores de la tormenta Bonnie y el deterioro de la terminal aérea. Esto se torna más intrigante considerando que la expansión firmada por el presidente Chaves y la entonces ministra de la Presidencia, Natalia Díaz, tuvo lugar el 21 de junio de 2023, casi un año después de la emergencia que se había declarado.
El fiscal también destacó que esta situación fue rechazada en un informe elaborado por el Laboratorio Nacional de Materiales Estructurales y Modelos de la Universidad de Costa Rica (Laname-UCR), lo cual añade una capa más de complejidad al caso. En la información que se compartió, el comando de búsqueda emitido por el Tribunal Penal de Finanzas y el Servicio Público revela la existencia de un informe fechado el 4 de septiembre de 2024, del cuerpo auxiliar de la Asamblea Legislativa.
«(El documento) indica que, en ausencia de una conexión causal entre la tormenta tropical Bonnie y el deterioro del Landboo, se proporciona daño al interés público. Esto también sugiere que las denuncias de daño al Ministerio Público de Finanzas derivan del uso de ¢11.987.1 millones en esta emergencia.»
En este contexto, se ha obtenido una copia del documento que menciona estas inconsistencias. Sin embargo, el departamento de supervisión ha señalado que la nota técnica DFOE-SOS-NT-00001-2024 fue enviada al Ministerio Público y no es posible brindar acceso a este contenido.
Talica.com se ha mantenido en vigilia sobre el desarrollo de este proceso y ha solicitado información a la Oficina de Prensa de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencia (CNE). Mientras tanto, José Miguel Villalobos, abogado del presidente Rodrigo Chaves, defendió la adjudicación de los contratos y rechazó las acusaciones formuladas por el fiscal.
«Los fondos provenientes del Instituto de Turismo Costarricense están siendo utilizados de manera absolutamente correcta, dado que el aeropuerto Daniel Oduber es un motor turístico crucial no solo para Guanacaste, sino para la economía de todo el país. No se ha demostrado lo que el fiscal menciona, lo que fue respaldado por un video que fue publicado este miércoles por el propio presidente.»
Este escándalo ha generado un clima de desconfianza, donde hay sospechas de influencias e injerencias en contra de la hacienda pública. Alejandro Picado, presidente ejecutivo de la Comisión de Emergencia, así como la supervisión de esta entidad, están bajo revisión por parte de las autoridades. Ambos actores esperan la audiencia respectiva en relación con las medidas cautelares que se tomen por este asunto.
En esta misma línea, el exministro de Obras Públicas y Transportes, Mauricio Batalla, así como el director de aviación civil, Marcos Castillo, también se encuentran en una situación similar, en espera de esclarecer su participación en estos hechos. La lista de acusados complementa a otros exfuncionarios, incluyendo al exministro Luis Amador y el exdirector de aviación civil, Fernando Naranjo, así como otros funcionarios involucrados, lo que genera un contexto de gran tensión política y social en el país.
Adicionalmente, se ha informado que el presidente Chaves está investigando a Díaz a través del decreto que emitió para definir las áreas afectadas por los fenómenos naturales mencionados previamente.