La primera etapa entre Liga de Deportes de Alajuela y Puntarenas FC concluyó sin goles, pero dejó una impresión profunda en Alberto Toril, quien enfrentó una de sus
La primera etapa entre Liga de Deportes de Alajuela y Puntarenas FC concluyó sin goles, pero dejó una impresión profunda en Alberto Toril, quien enfrentó una de sus noches más difíciles desde su llegada al fútbol costarricense. La tensión en el ambiente era palpable y las expectativas de los aficionados estaban por las nubes, pero el desenlace del partido alteró el rumbo de la competencia desde el inicio.
El delantero español se vio envuelto en una controversia a tan solo 11 minutos de juego cuando fue expulsado en el minuto 11 debido a una entrada violenta sobre Kliver Gómez. La decisión del árbitro Adrián Chinchilla fue clara después de revisar la jugada en el VAR, optando por mostrarle la tarjeta roja directa. Fue una falta evidente, cuya gravedad justifica la sanción impuesta, dejando a su equipo con un jugador menos en un momento crítico del encuentro.
Con la inesperada salida de Toril, Óscar Ramírez se vio obligado a redefinir completamente su estrategia, un hecho que él mismo reconoció en una posterior conferencia de prensa. La expulsión tuvo un efecto dominó sobre el esquema del equipo, alterando la planificación previamente diseñada para competir con eficacia. Ramírez, un experto en ajustar tácticas sobre la marcha, tuvo que reorganizar a sus jugadores para soportar la presión de jugar con un elemento menos durante el resto del partido.
«Teníamos un plan que evidentemente cambió después de la expulsión», remarkó Ramírez, mientras sus jugadores se esforzaban por mantener la compostura bajo la presión de un adversario que se encontraba en ventaja numérica. El equipo se vio obligado a priorizar la defensa, sacrificando su capacidad ofensiva en la búsqueda de un resultado positivo.
Toril dejó el campo de juego evidentemente afectado por los acontecimientos. Fue uno de los primeros en abandonar el vestuario, sin ofrecer declaraciones y con la cabeza baja. A pesar de no hablar ante las cámaras, más tarde se sintió obligado a expresar sus sentimientos a través de sus redes sociales, reflejando el peso de su error y la responsabilidad que siente como jugador.
En una historia publicada en su cuenta de Instagram, quiso hacer pública su penitencia escribiendo:
«Solo puedo disculparme con todo ligismo. ¡Lo siento!», junto a una imagen en blanco y negro que simultáneamente muestra dos emojis: unas manos rezando y una cara triste, simbolizando su pesar por la situación.
No pasó mucho tiempo antes de que varios compañeros de equipo mostraran su solidaridad con el delantero. Rashir Parkins fue uno de los primeros en reaccionar:
«Estamos juntos», escribió, complementando su mensaje con un emoticono de corazón rojo y negro.
Del mismo modo, el defensor Alexis Gamboa también expresó su apoyo:
«Conseguimos esto juntos», acompañando su mensaje con emojis de fuego, un león y, nuevamente, un corazón negro para reforzar la unidad del grupo.
La expulsión de Toril presenta un significativo desafío para Ramírez en la preparación para la vuelta de la semifinal, programada para el miércoles 14 de mayo a las 6:45 pm en el estadio Alejandro Morera Soto. Sin el apoyo de su delantero estrella y teniendo en cuenta que Jonathan Moya apenas se integra al equipo tras una lesión, la liga deberá replantear su enfoque ofensivo.
A pesar de los contratiempos, Celso Borges estará disponible tras haber cumplido con su sanción, lo que ofrece algo de esperanza al equipo. La serie se mantiene igualada 0-0, y aunque Toril no podrá contribuir directamente en el próximo encuentro, su ferviente deseo de recuperar la situación es evidente: se disculpó abiertamente y espera que sus compañeros le ayuden a llegar a la final.
