mayo 10, 2025
Farandula

«Fue histórico»: el pianista catalán recuerda su presentación en la inauguración de la telética

  • mayo 10, 2025
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Rosa María Olasz nació en la vibrante ciudad de Barcelona en el año 1935. Ahora, con 90 años, posee un recuerdo agudo que le permite relatar con claridad

«Fue histórico»: el pianista catalán recuerda su presentación en la inauguración de la telética

Rosa María Olasz nació en la vibrante ciudad de Barcelona en el año 1935. Ahora, con 90 años, posee un recuerdo agudo que le permite relatar con claridad los momentos clave que han marcado su vida y, por ende, también la historia de Costa Rica. Uno de esos hitos ocurrió en un día memorable: el 9 de mayo de 1960, durante la inauguración del Canal 7. Aunque su conexión con el canal no era directa, ella tuvo la oportunidad de tocar el piano en la primera transmisión de televisión, acompañando a un talentoso tenor catalán, lo que representa un capítulo significativo en la historia de la televisión costarricense.

«Desafortunadamente, pasé por una guerra muy dura, la guerra española, de 1936 a 1939. Posteriormente, viví un terrible período de posguerra, enfrentando muchas dificultades, pero a pesar de todo, seguí adelante», comparte Rosa María con un brillo nostálgico en su mirada.

Desde su niñez, Rosa María se formó musicalmente en una escuela de Barcelona, una preparación que, sin que ella lo supiera, sería fundamental para ese día histórico en Costa Rica. En 1956, se casó con un joven costarricense que había viajado a Europa para continuar sus estudios. (Ver video adjunto).

«Se graduó en La Sorbona en 1955 como optometrista. Pasó un tiempo trabajando en París, en la Embajada. Después de casarnos, también residimos allí. Fue en París donde conocí a Don José Figueres Ferrer», dice con orgullo.

Sin embargo, la situación en Europa tras la Segunda Guerra Mundial era complicada, lo que llevó a la pareja a tomar la difícil decisión de mudarse a Costa Rica.

«En 1959 llegamos aquí desde Barcelona, viajando en barco hasta Panamá. Desde allí tuvimos la suerte de encontrar una familia muy buena y trabajadora», narra.

Esta nueva oportunidad le permitió conocer al tenor con quien compartiría el escenario en la apertura de Canal 7.

«Un día, tuve el antojo de ir al cine moderno, que ya no existe. Estábamos sentados y en la fila había un matrimonio con una niña. Escuché que hablaban en catalán y dije: ‘Son compatriotas’. Los saludé y descubrí que el hombre era ingeniero textil.

Cuando se enteró de que Rosa María tocaba el piano, no dudó en invitarla a acompañarlo. Doña Rosita, como le gusta que le llamen, menciona que ella y el tenor forjaron una gran amistad. Aunque él falleció, la conexión con su familia perdura hasta el día de hoy.

La invitación para actuar en Canal 7 no tardó en llegar.

«No sé quién o cómo me llamaron desde Canal 7 para proponerme participar en la inauguración. El tenor me pidió que lo acompañara y acepté. Así fue como estuve presente ese día tan especial.»

Rosa María recuerda vívidamente la atmósfera del 9 de mayo de 1960.

«Las instalaciones estaban ubicadas en Cristo Rey. Cuando entré, la sensación era abrumadora, era como un barco gigante. El ambiente estaba preparado para la fiesta, con mucha luz, música y mesas. Seguramente había personal del gobierno, aunque en ese momento no conocía a nadie.»

Durante la ceremonia de apertura, tiene la impresión de que el Padre René Picado fue el orador, aunque no puede recordarlo con certeza. También hubo un recital de violín interpretado por un músico llamado Alfírez Prado.

«Todo fue muy hermoso, muy aplaudido». Luego llegó su momento junto al tenor: «Mi amiga cantó ‘Donna è Mobile’ de Rigoletto, y yo la acompañé al piano. La ovación fue increíble. Pero ya era tarde y como tenía una niña, decidí retirarme y regresar a mi hogar».

Este día representó un antes y un después para la comunicación en Costa Rica. Inicialmente, la televisión era limitada con horarios cortos y pocas producciones. Con el tiempo, se convirtió en una herramienta esencial, ofreciendo noticias, entretenimiento, deportes, y algo que Rosa María admira especialmente: el trabajo social. En ese entonces, muchas aldeas carecían de medios de comunicación. La llegada de la televisión fue un gran avance que benefició a todos, según la Sra. Rosita.

A 65 años de ese evento histórico, ella se siente afortunada.

«Me siento feliz de haber estado allí. En realidad, no participé de forma activa, simplemente estuve presente. El tiempo me ha ofrecido la oportunidad de recordar ese momento significativo. En aquel entonces, no sabíamos el impacto que tendría».

Su vida ha continuado entre la música y el mundo de la óptica. Aún acompañó al tenor durante un tiempo, pero su actividad principal se transformó en el negocio familiar. En 1970, ganaron una licitación del Fondo de Seguridad Social de Costa Rica para proveer anteojos nacionales.

Rosa María también fue una figura importante en 1992, junto con su esposo, quien falleció hace casi seis años.

«Estoy aquí, gracias a Dios, bien, especialmente en mi mente. Por supuesto, hay cosas que no recuerdo, pero han sido muchos años, 90 años. He vivido mucho: de una guerra a otra guerra».

Finalmente, reflexiona profundamente sobre el significado del 9 de mayo.

«Solo quería comentar por qué estuve allí. No tenía nada que ver con el canal, todo se debió a ese amigo tenor. Pero fue un día histórico. Abrió nuevas puertas al mundo. Hoy contamos con Internet, televisión y teléfonos, pero en ese entonces no había nada. No vivíamos en el mismo mundo; no conocíamos las ventajas que vendrían más adelante. El trabajo social ha sido crucial desde el inicio del canal.