La presión en Tibás se intensifica, incluso más allá de lo que ocurre en el campo de juego. Mientras el Club Sport Saprissa se prepara para enfrentarse a su eterno rival, el Herediano, en las semifinales del torneo Clausura 2025, los rumores comienzan a circular en los pasillos del emblemático estadio Ricardo Saprissa. Se dice que Sergio Gila podría estar a punto de dejar de ser el gerente deportivo del club. Sin embargo, Gila ha declarado en una entrevista a La Nación que, hasta el momento, no ha recibido ninguna notificación oficial sobre su posible salida del club.

«La verdad, no tengo idea. Nadie se ha reunido conmigo para comunicarme algo», expresó el directivo, quien asumió el cargo hace un año y nueve meses, ocupando el puesto del anterior gerente, Ángel Luis Catalina. La incertidumbre sobre su futuro se suma a la presión que enfrenta el equipo, que ha tenido un desempeño discreto en la primera fase del torneo. La clasificación llegó en el último momento, lo que ha generado una atmósfera de inquietud entre los seguidores del club.

La noticia sobre su aparente salida se ha esparcido como pólvora a través de los medios y redes sociales, avivada por el bajo rendimiento mostrado por el equipo. Las críticas no solo apuntan a la gestión de Gila, sino también a los cuestionados refuerzos internacionales que se han incorporado a la plantilla, tales como el español Sabin Merino y el argentino Nicolás Delgadillo, quienes no han logrado cumplir con las expectativas de los aficionados.

«Desde el club no tengo información. Puede que hayan tomado decisiones al respecto, pero a mí no me han comunicado nada. Estoy concentrado en esta fase final, buscando el título número 41», agregó Gila. Esta preocupación por el futuro tipo de equipos deportivos agrava la inquietud de los aficionados, muchos de los cuales se han mostrado críticos ante la falta de refuerzos de calidad, el desequilibrio en el rendimiento y el hecho de que el equipo haya tenido que cambiar de entrenador en tres ocasiones durante esta campaña: de Vladimir Quesada a José Giacone y, actualmente, a Paulo César Wanchope.

A todo esto, se suma una declaración que ha causado indignación: Gila mencionó hace unos meses que el club estaba invirtiendo «la mayor cantidad de dinero en la historia de Saprissa«, una afirmación que choca con los resultados que se han conseguido hasta ahora.

Ante la pregunta directa acerca de si había celebrado alguna reunión reciente con la dirección del club para definir su futuro, fue claro:

«Si hubiese habido algún tipo de reunión o algo por el estilo, totalmente falso».

A pesar de la tensión en el aire, Gila se mostró sereno, incluso dispuesto a considerar una posible salida:
«El club sabe que si no desean que continúe, no habrá inconveniente. No me aferro al cargo».

Por el momento, la versión oficial del Club Sport Saprissa brilla por su ausencia. La dirección no ha ofrecido declaraciones públicas y, como ha sido habitual, cualquier anuncio se realizaría una vez que el equipo termine su participación en el torneo.

Mientras tanto, Gila sigue transitando por hielo delgado, con su futuro pendiendo de un hilo y la sensación de que el desenlace está escrito, aunque aún no se ha verbalizado.

Con información de La Nación.