El recientemente seleccionado Papa Leo XIV, quien anteriormente era conocido como Robert Francis Prevost, tiene una notable conexión directa con Costa Rica. Este nuevo líder de la Iglesia Católica ha generado un gran interés debido a su background y sus vínculos con la comunidad costarricense.

De acuerdo con la información proporcionada por la Dirección General de Migración y Extranjeros, el nuevo Papa Prevost visitó el piso costarricense del 5 al 7 de enero de 2012. Durante esta visita, aún no había sido nombrado obispo, y se desempeñaba como el general superior de la Orden de San Agustín, donde comenzó su camino hacia el liderazgo religioso que hoy ocupa.

Con 69 años, Prevost fue elegido el jueves como el sucesor del Papa Francisco, quien se destacó como el 267º pontífice de la iglesia católica. Leo XIV es significativo porque es el primer Papa en la historia con nacionalidades estadounidenses y peruanas. Nació en la ciudad de Chicago y fue formado como misionero, finalmente convirtiéndose en arzobispo emérito de Chiclayo, ubicado en el norte de Perú.

Su visita a Costa Rica formó parte de una gira pastoral por América Latina. Durante este viaje memorable, se reunió con miembros de su orden y laicos conectados con la comunidad Agustina. Este evento dejó una huella en la memoria de muchos, incluido Fray Glen Arauz, quien también es miembro de la Orden:

«El Papa es el sucesor de Pedro. Este es un acontecimiento significativo para la iglesia, y cuando una figura central de la iglesia nos visita, se siente un gran gozo y satisfacción. Es un trabajo, porque no debemos olvidar que él es nuestro hermano; estamos muy felices. En verdad, no esperábamos que fuera un regalo de Dios».

Según Arauz, Prevost fue seleccionado como obispo de los Agustadores, asumiendo la máxima autoridad en Roma.

«En esta complicada agenda, tuvo que visitar América Latina. De hecho, estuvo aquí en Costa Rica, donde se reunió con sus hermanos y laicos cercanos», recordó.

Aquellos que compartieron momentos con él lo describen como un hombre sencillo y cercano, lleno de espiritualidad y dedicación. Sus interacciones resuenan con aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo.

«Dio su 100% por la orden», expresó un hermano de la comunidad.

Más de una década después de esa corta pero significativa visita a Costa Rica, este misionero, que dejó una impresión positiva en la comunidad, ahora se encuentra como Papa Leo XIV, liderando a más de 1.400 millones de católicos en todo el mundo y marcando un nuevo capítulo en su trayectoria espiritual.

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