San José, 9 de mayo (Ocio/UCR) .- En los sofisticados laboratorios del Instituto Clodomiro Picado (ICP), parte integral de la Universidad de Costa Rica (UCR), se está gestando un proyecto que se encamina rápidamente hacia la materialización de un sueño: el desarrollo de una solución salvavidas que ingresa a la etapa global.
Este innovador esfuerzo se traduce en Primera antiveno Costa Riquenya, con un sello de UCR, capaz de salvar la vida humana contra el envenenamiento causado por tres especies de escorpiones letales que provienen del norte de África y del Medio Oriente: Andoctonus austral, Buthus mondochei y Leiurus quinquestus.
El producto ha sido bautizado como Scorpitab-ICP y representa una respuesta científica y solidaria a un problema de salud desatendido. A pesar de que durante décadas el ICP-UCR ha sido un referente global en la producción de antivenos para mordeduras de serpientes, Esta es la primera ocasión en la que un equipo del instituto ha desarrollado un antídoto neutralizante específicamente para el veneno de escorpión, con un alcance internacional.
El avance del proyecto ha sido notable. En tan solo un año y medio, el equipo ha logrado llegar a la fase de estudio de estabilidad del producto, enviando muestras a Marruecos, donde se llevan a cabo pruebas preclínicas utilizando venenos característicos de la región.
La Dra. María Herrera Vega, investigadora de la Sección de Desarrollo de Tecnología ICP-UCR y coordinadora del proyecto, expresa su entusiasmo: «Esta antivena puede salvar a los niños en Marruecos, Egipto o Sudán. Esta es la motivación que nos impulsa y el impacto que buscamos lograr». Este proyecto implica la colaboración de más de 30 profesionales del Instituto, quienes trabajan unidos hacia un objetivo común.
¿Qué tipo de impacto podríamos esperar? De acuerdo a un estudio de 2008 publicado por The Scientific Journal Evento trópico, se estima que a nivel mundial, Más de 1.2 millones de personas son envenenadas cada año por escorpiones, resultando en más de 3.250 muertes anuales. Se cree que para el año 2025, esta cifra podría incrementar considerablemente.
La mitad de estos envenenamientos ocurren en la región de Mena (que abarca partes de África del Norte y del Medio Oriente), especialmente en áreas de alta vulnerabilidad económica, donde los escorpiones representan una amenaza significativa y, a menudo, invisible.
Por ejemplo, en Marruecos, el informe de Evento trópico indica que entre 2016 y 2020, hubo más de 127,000 accidentes por picaduras de escorpiones, resultando en 231 muertes. Aunque la tasa general de mortalidad podría parecer baja (entre 0.45% y 4.9%), en regiones vulnerables como Sudán, estas cifras tienden a ser mucho más altas, afectando particularmente a niños, adultos y mujeres embarazadas.
La situación es alarmante: «En Sudán, nos informaron que los cementerios infantiles están llenos debido a los escorpiones. Es una verdadera tragedia. La mayoría de las muertes ocurren durante la temporada de lluvias, cuando los escorpiones entran en las casas tras las inundaciones», relata Herrera.
Así es como comenzó todo
La motivación del ICP-UCR para desarrollar este nuevo antiveneno surge de la desatención que ha padecido la industria en este campo.
Hasta hace poco, un laboratorio farmacéutico internacional se encargaba de producir el antiveneno principal contra el escorpión venenoso en esta región. Sin embargo, al igual que ha sucedido con otros tratamientos para enfermedades tropicales, la producción se detuvo.
La razón detrás de esta interrupción fue la falta de rentabilidad del medicamento, un problema que, similar a lo que ocurre con el envenenamiento ofídico, afecta principalmente a las poblaciones de menores recursos económicos.
Antes de la retirada de esta compañía, se creó un vacío. Sin antivenenos disponibles en el mercado y sin capacidad local para producirlos, miles de personas quedaron desprotegidas.
Fue en este punto crítico que el ICP-UCR decidió desarrollar una formulación que aborde el desafío del envenenamiento por escorpiones en la región MENA; no con fines comerciales, sino motivados por una vocación científica y humanitaria.
«Un farmacéutico producía suero anti-escorpión para África, que era la referencia, y luego cesó su producción. Actualmente, no hay disponible el suero. Nuestro objetivo es alcanzar y superar la calidad de este producto.«, afirma M. Sc. Andrés Sánchez Brenos, otro de los investigadores principales implicados en el proyecto.
Antivene puede salvar vidas en África y Medio Oriente. Su desarrollo es una respuesta de solidaridad de la UCR a una enfermedad descuidada. Fotos: Karla Richmond. Imágenes para fines ilustrativos.
El objetivo
El enfoque del ICP-UCR se centra en neutralizar el veneno de tres especies peligrosas de escorpiones mencionadas anteriormente.
Para ello, se importaron los venenos de la firma Latoxana, especializada en este ámbito en Francia. Posteriormente, cuatro caballos fueron cuidadosamente inmunizados contra estos venenos para generar anticuerpos neutralizantes.
El proceso ha seguido un protocolo casi idéntico al utilizado en la producción de sueros antifídicos, con algunas diferencias técnicas debido a la naturaleza particular del veneno de escorpión.
La formulación final resulta en un polvo, es decir, un liofilizado que ofrece una ventaja importante desde el punto de vista logístico: no requiere de una cadena de frío y tiene una duración útil de hasta cinco años. Esto es especialmente ventajoso para países del Medio Oriente, que suelen enfrentar altas temperaturas y, en muchos casos, limitadas opciones para el refrigerio.
De acuerdo con Herrera, «La formulación que hemos desarrollado se entrega en un vial de 10 ml. Esto es equivalente a las presentaciones habituales de 1 ml por vial, de las cuales se requerían 10 viales por paciente. Así que hemos creado una nueva presentación con una sola dosis. Esto reduce los costos, simplifica el almacenamiento y mejora la accesibilidad en áreas remotas».
En la actualidad, se han producido los tres primeros lotes del antiveneno, que se encuentran en la etapa de pruebas de estabilidad. Estos lotes han demostrado ya su potencia neutralizante, superando las especificaciones requeridas por otros productores para este tipo de medicamentos.
Mientras que la recomendación internacional establece una capacidad mínima de neutralización de 50 dosis letales por ml para estas especies de escorpiones, los ensayos de ICP-UCR indican que, en varios casos, su producto alcanza hasta 550 dosis letales neutralizadas por ml para uno de los venenos, 385 para otro, y 400 dosis letales para la tercera especie. Herrera subraya que «el antiveneno de la UCR es casi diez veces más potente de lo que se esperaba«.
El proceso
Con la colaboración de un investigador del Instituto Pasteur en Marruecos, los lotes de antiveneno de la UCR ya están siendo evaluados en pruebas preclínicas.
Estas pruebas se realizan utilizando ratones para confirmar la efectividad del producto contra venenos locales.
Una vez completado este proceso, el siguiente paso será obtener el registro sanitario en Costa Rica y en los países donde se pretende distribuir. Para ello, es necesario completar al menos tres años de estudio de estabilidad y contar con evidencia científica sólida que respalde la duración del producto. Los tres años de estabilidad se cumplirán en 2025.
Además, el antiveneno se probará con otras especies para evaluar la posible reactividad cruzada. Herrera menciona: «Por supuesto, queremos que otros lo demuestren para evitar ser nosotros mismos los que juzguemos nuestras propias conclusiones».
Este avance no habría sido posible sin un equipo multidisciplinario comprometido y colaborativo, desde quienes cuidan y alimentan a los caballos, hasta aquellos que controlan los parámetros fisicoquímicos o gestionan la compra de venenos. Más de 30 personas están involucradas en esta iniciativa que refleja lo mejor de la ciencia costarricense.
Sánchez concluye: «Este suero aún requiere una evaluación clínica para establecer su rendimiento, pero esperamos que responda de la misma manera. Simplemente saber que funcionó y que ha sido efectivo para una persona es ya un gran logro. Sabemos que hemos hecho un buen trabajo al contribuir a salvar vidas».
Con el desarrollo de este antiveneno, el ICP-UCR reafirma su posición como un referente mundial en la creación de soluciones para enfermedades desatendidas. Sin embargo, más allá de la reputación, el verdadero propósito es claro: reducir la mortalidad, aliviar el sufrimiento y disminuir los costos en sistemas de salud frágiles.
“Si un niño en Marruecos lográ recuperarse más rápidamente, si una madre evita perder a su hijo por un envenenamiento tratable, entonces ese será nuestro logro supremo», concluyen los investigadores.