El abogado de Alejandro Arias Mongas, conocido en el ámbito criminal como el «Diablo», ha mencionado recientemente que no existe ningún contacto ni comunicación entre su cliente y su familia, a pesar de la notoriedad de su situación actual. La DEA (Administración de Control de Drogas) ha emitido una recompensa de $500,000 por información que lleve hasta su captura. Este anuncio llama la atención sobre la gravedad de los cargos que enfrenta Arias Mongas. (Ver video adjunto de Soapoticias).
Durante una reciente declaración, el representante legal de Arias Mongas cuestionó la validez de algunos aspectos de la investigación en curso y ha destacado que varios elementos del expediente, como fotografías cruciales, se encuentran ausentes. Esto plantea dudas sobre la autenticidad y la veracidad de las pruebas presentadas en contra de su cliente. Además, su abogado sugiere que no hay pruebas definitivas que vinculen a Arias Monge con el audio amenazante presentado por la acusación. Este punto es crucial, ya que sin evidencia concreta, la defensa sostiene que el caso carece de sustento sólido.
El apodo «Diablo» no es casualidad; se le considera uno de los delincuentes más buscados por la DEA en los Estados Unidos. Según las investigaciones de las autoridades estadounidenses, Arias Monge ha estado involucrado en redes criminales que facilitan el tráfico de cocaína desde Colombia hacia los Estados Unidos, pasando por países como Costa Rica, Honduras, Guatemala y México. Este tipo de actividad ilegal no solo pone en riesgo a las comunidades donde opera, sino que también tiene implicaciones internacionales, pues involucra un complicado entramado de conexiones transgresoras a lo largo de múltiples fronteras.
Las denuncias van más allá de las actividades de narcotráfico. La DEA ha indicado que la organización de Arias Monge también emplea tácticas de intimidación en Costa Rica, utilizando armas de fuego y amenazando a la población con la difusión de noticias y videos que muestran actos violentos. Las autoridades han logrado identificar diversas células criminales que han operado bajo su mando en las siete provincias de Costa Rica, lo que resalta la amplitud y complejidad de sus operaciones delictivas.
La defensa de Arias Monge critica la tendencia a asociar todos los crímenes y grupos de narcotráfico del país con su cliente, argumentando que esto puede ser un mecanismo de simplificación excesiva y, potencialmente, injusta. Actualmente, se le busca en Costa Rica por múltiples delitos que incluyen narcotráfico, así como participación en asesinatos y robos. Estas acusaciones han generado un ambiente de miedo y desconfianza entre los ciudadanos, quienes se sienten cada vez más inseguros en su propio entorno.