En medio del profundo dolor que aún la acompaña por la lamentable muerte de su hijo Julián Figueroa, la reconocida artista Maribel Guardia parece haber tomado un nuevo camino, uno que se enfoca en una Ruta de reconciliación.
Durante una reciente reunión con varios miembros de la prensa, Maribel comentó que está dispuesta a dialogar y sanar las diferencias que la han distanciado de Imelda Garza, quien es la viuda de su hijo y la madre de su querido nieto, José Julián.
«Lo que más me gustaría es que Imelda esté feliz, que Dios la acompañe, porque es una niña… Todas las noches rezo por ella. Ella lo ama y yo también lo amo, y lo que queremos es lo mejor para él», afirmó Guardia con un tono conciliador, según las declaraciones compartidas por Hola.com.
La tensión entre Maribel y Imelda ha sido evidenciada públicamente y, en ciertos momentos, subieron al campo legal en torno a la custodia y la crianza del menor. Esta situación compleja ha generado un clima de incomprensión y desconfianza que ha afectado a ambas familias.
No obstante, Maribel ha dejado en claro que no mantiene bloqueado a Imelda en ninguna de sus redes sociales o en la aplicación de WhatsApp, lo que muestra un gesto de apertura y disposición hacia un futuro diálogo colaborativo.
«Estoy abierto al diálogo», expresó con firmeza.
Aunque Maribel eligió evitar abordar las graves acusaciones sobre amenazas telefónicas que ha enfrentado, su enfoque parece estar centrado en lo que considera esencial: el bienestar de su nieto. Esto revela la profundidad de su amor y compromiso hacia la familia, incluso en momentos de crisis.
Además, la artista compartió que ha tomado la difícil decisión de mover las cenizas de su hijo a un nicho en una iglesia que se encuentra cerca de su hogar, cumpliendo así con el deseo expresado por Julián en vida. Este paso se considera un acto de amor y respeto hacia su memoria.
«Me dijo: ‘No quiero que papá salga de la casa’. Luego estarán allí para que el niño, si no lo vuelvo a ver, tenga acceso a las cenizas de su padre», reveló Maribel con evidente emoción.
Pasados ya dos años desde la trágica muerte de Julián, Maribel continúa honrando su memoria y trabajando por la unidad familiar. Su esperanza es que con el tiempo, la paz pueda prevalecer en torno a su nieto, y que ambos, tanto ella como Imelda, puedan encontrar un punto en común en beneficio de José Julián.