mayo 4, 2025
Deportes

El hombre Ramírez, sin filtros

  • mayo 3, 2025
  • 0

Lo que comenzó como una simple entrevista destinada a ser publicada en el sitio web oficial de Alajuelense se transformó en algo mucho más significativo. La conversación entre

El hombre Ramírez, sin filtros

Lo que comenzó como una simple entrevista destinada a ser publicada en el sitio web oficial de Alajuelense se transformó en algo mucho más significativo. La conversación entre el periodista y ÓScar «El Macho» Ramírez se tornó honesta y profunda, despojándose de las típicas poses o frases vacías. Ramírez no vino a hablar de títulos o de las glorias de su pasado, sino que se centró en su regreso al lugar donde siempre ha encontrado su verdadero hogar. En esta charla, compartió cómo esta importante decisión lo reconectó con su esencia más auténtica: su inigualable pasión por enseñar, observar y construir en la quietud.

«No quería dirigir de nuevo …«, enfatizó, mientras recordaba que su ilusión al retirarse era dedicarse únicamente a su granja. Esa era su otra pasión, un sueño que anhelaba culminar, rodeado de sus cultivos en la tranquilidad del campo. Cultiva cítricos, como naranjas y limones, aromas que lo transportan a su infancia. Para él, la infancia representa la etapa más hermosa de la vida.

Sin embargo, un giro inesperado alteró sus planes.

«Entré en coche … y el Bichito revivió. Durante su visita a las ligas menores, se hizo evidente que aún podía contribuir. Se dejó llevar por esos recuerdos de cuando soñaba con alcanzar la cima. Se sintió motivado a ayudar, no de manera nostálgica, sino por convicción. Se dio cuenta de que estos jóvenes jugadores sentían esa pasión, la canalizaban, y su tarea era guiarlos.


El juego más especial: no dio una sola indicación

El entrenador que condujo a la liga hacia la conquista de cinco títulos no recuerda su momento más especial en la final o en un clásico. Su respuesta es inesperada y reveladora.

«Fue en un partido contra Herediano. Nos expulsaron a varios jugadores y nos vimos incapacitados de dar instrucciones. Pero eso resultó ser una bendición. Los jugadores, ellos mismos se reorganizaron: formaron un 4-4-1, se entregaron al juego, y al finalizar la primera mitad estábamos ganando 2-0. Le comenté a Mauricio Montero, mi asistente: Este es el juego que soñé. No porque interviniera, sino porque ellos entendieron cada aspecto del juego. Solo los observé. El resultado final fue 3-0. Para mí, eso representa la mayor satisfacción.

El entrenador sonríe al evocar cómo esos jugadores que al principio eran reacios, incluso tímidos, terminaron convirtiéndose en líderes, verdaderos artistas dentro del campo. «Al final, todos participaron, presentaron ideas, y comenzaron a entender el fútbol desde una nueva perspectiva.«


Hombre de hoy: menos giros, más claridad

Después de haber dirigido en una Copa Mundial y haberse alejado del banquillo durante varios años, ÓScar Ramírez se siente distinto. Hoy adopta un enfoque más directo y resuelto. A lo largo del tiempo, ha madurado y los cambios en su vida lo han transformado. Afirma que preocuparse en exceso puede resultar contraproducente. «Ahora, lo que elijo es ser más práctico.»

Sus palabras no son de arrogancia, sino de la plena serenidad de alguien que ha vivido lo suficiente como para conocerse mejor. «Hoy en día, delego. Confío en un extraordinario cuerpo técnico. Wardy Alfaro y Bryan Ruiz son pilares fundamentales. Recientemente, incluso editamos un video juntos; él lo tiene listo al instante. Si menciono algo táctico, al día siguiente ya está preparado. Antes me costaba soltar el control, pero ahora disfruto el proceso.»

El regreso de Ramírez tampoco habría sido posible sin la influencia decisiva de Bryan y Wardy. «Pero con Wardy, cuando viajamos a Brasil, pude apreciar su capacidad. Bryan aporta experiencia y conocimientos. Ambos son el complemento perfecto. Fueron parte del soporte que me impulsó a regresar, a pesar de que este no era un anhelo que estaba buscando.


Tolucha a la hoja

Ramírez recuerda una anécdota que quedó grabada en su memoria. «Enfrentamos a Toluca en México, y después del partido, dos simpatizantes rivales me esperaron al final. Me dijeron: ‘Profesor, lo felicitamos … ¡qué equipo!’ Esas son las cosas hermosas del fútbol, que significan más que cualquier marcador.

Luego está su refugio, Hoja. «La comunidad me adoptó. Belén ya se había expandido, pero en Hoja, cada mañana despierto con el canto de las Chicharras. Es un lugar de paz, de recuerdos, de raíces profundas.«


El objetivo: convencer a los jugadores de que puedes

Ramírez tiene una misión clara. No promete títulos ni fantasías; su enfoque está en el proceso y la convicción.

“¿Qué consejo me daría a mí mismo? Que es crucial ganar el campeonato, pero lo más importante es cómo guiar al grupo para que crea en ello. Hay que estar presente en los entrenamientos, diciendo: ‘Esto puede ser nuestro campeonato’. De ahí surge la necesidad de reforzar ese deseo, que el equipo lo sienta como alcanzable, que lo sueñe en voz alta.

El almuerzo lo estaba esperando en el auto, junto a su hijo Andrés, quien ahora se convirtió en su analista de video. Sin embargo, antes de concluir, Ramírez dejó una frase poderosa que resume su sentir:

«Este es un vicio … uno de los buenos. El fútbol sigue llamándome. Y aquí estoy, en mi casa».


ÓScar Ramírez ha regresado sin haberlo buscado, pero con la claridad de que su lugar es el campo. Con la apariencia de un maestro, el alma de un campesino, y un corazón rojo y negro, «El Macho» ha regresado. Y sueña con devolver la gloria a la liga.