32 infecciones por influenza han llevado al Hospital Calderón Guardia a tomar decisiones cruciales para abordar y contener el brote que ha afectado a varias personas. La situación ha causado preocupación no solo en los administradores del hospital, sino también en la comunidad, que busca información sobre la propagación de la enfermedad.

En una consulta llevada a cabo por .com, se pudo conocer que el área más impactada dentro del sistema de salud es el servicio de Operación con 18 casos activos. Este número indica la seriedad del brote y la necesidad de implementar medidas rápidas y efectivas. Mientras, en los pasillos del hospital, específicamente en el área de medicamento, se reportan ocho diagnósticos adicionales de la enfermedad; además, en la sección de Emergencias, hay información que habla de seis pacientes que también han sido diagnosticados con influenza.

«Estamos enfrentando un brote influyente, por lo que tuvimos que desarrollar el ‘Plan 21’, que consiste en 21 días de medidas de prevención destinadas a contener la propagación de infecciones,» comentó la Dra. Tania Jiménez Umaña, directora general del hospital. Esta estrategia es fundamental no solo para gestionar el brote actual, sino también para preparar al hospital ante posibles futuros incidentes similares.

Las nuevas disposiciones tomadas son obligatorias y deben ser cumplidas por todos: pacientes, visitantes y funcionarios del Centro de Salud. Las reglas están diseñadas para minimizar el riesgo de contagio y son las siguientes:

• Se exige el uso de una máscara para todas las personas que ingresen al hospital, sin excepción, para garantizar la protección de todos.
• Es obligatorio realizar un lavado de manos o usar gel de alcohol al entrar en las instalaciones del hospital, lo cual es una medida estándar en la lucha contra gérmenes y virus.
• Está permitido que solo una persona por paciente realice visitas. Esta restricción busca reducir el número de personas en el hospital y minimizar el riesgo de contagio.
• Las visitas de abuelos a recién nacidos han sido suspendidas como medida protectora para salvaguardar a la población más vulnerable, que incluye a los ancianos y a los bebés.

«Estas decisiones están orientadas a proteger tanto a nuestros pacientes como a sus familias y a nuestro personal de salud. Agradecemos su comprensión y cooperación,» señaló el hospital, enfatizando la importancia de la colaboración de todos en este esfuerzo para frenar el brote.