El técnico Óscar Ramírez tomó posesión como nuevo director técnico de la Liga Deportiva Alajuelense la tarde de este domingo en el emblemático estadio Alejandro Morera Soto. Este evento marcó un nuevo capítulo en la historia del club, con la esperanza de que su experiencia y conocimientos contribuyan a mejorar el rendimiento del equipo en los próximos partidos.

Ramírez reflexionó sobre el tiempo que ha pasado desde su última aparición en el fútbol, reconociendo que desde agosto de 2024 ha estado pensando en la posibilidad de asumir el mandado de un equipo. En su declaración, dejó claro que mantiene una buena relación con Alexandre Guimarães, mostrando respeto y camaradería hacia él. Además, mencionó lo importante que ha sido Celso Borges en su trayectoria y cómo su presencia ha influido en su decisión de regresar al banquillo.

¿Cómo se toma el tiempo para llegar allí y con esta presión?

Lo tomo con mucha responsabilidad y sé lo que vengo a hacer. Un exjugador una vez me comentó que la institución a veces necesita el respaldo de quienes han estado aquí. Se trata de estar a disposición y en servicio al equipo. Aunque no me siento completamente tranquilo en esta nueva etapa, encontrarme con mis hijos al llegar a casa me ha ayudado a calmar mis nervios. Cuando Don Joseph me hizo la propuesta repetidamente, al principio le dije que no, pero con el tiempo, sentí un fuerte deseo de volver. Es un desafío no fácil de asumir, pero lo hago con total responsabilidad, reconociendo las expectativas que la gente tiene. Si puedo aportar de alguna manera, haré lo posible. No quiero quedarme con los brazos cruzados mientras las cosas suceden. La situación es seria, especialmente a esta edad, pero siento que tengo la energía y la convicción necesarias para generar un impacto positivo que se refleje, con suerte, en el partido del clásico que se llevará a cabo mañana (lunes).

¿Qué analiza Paulo César Wanchope como técnico y el juego que se aproxima?

Un clásico siempre implica una gran cantidad de emociones y sacrificios. He tenido el placer de observar a su equipo desde el automóvil y he conversado sobre estrategias con jugadores jóvenes. La ventaja que tengo es que, aunque él no ha tenido la oportunidad de verme, yo ya he visto cómo juega su equipo. Wanchope tiene un estilo particular y ha dirigido siete partidos. Yo solo estoy en mi tercer día, lo que añade un elemento emocional al partido y nos brinda la oportunidad de lograr algo significativo.

¿Cómo es tu relación con Alexandre Guimarães?

ConGuima somos colegas desde 1990 y hemos compartido experiencias en eventos tan importantes como la Copa del Mundo. Él me ha solicitado que cuide a su hijo, quien es un lazo valioso para esta institución. Estos son temas que conversé con Don Joseph, ya que le mencioné mi intención de estar presente en la Liga, y esa intención no ha cambiado. Guima no tiene motivos para pensar que llego con malas intenciones. Estoy aquí por la urgencia del momento, y si puedo contribuir de alguna manera, será perfecto. Mi relación con Guima es buena, y la primera persona con la que hablé fue Celso; no hubo ningún problema por cuestiones de malentendidos.

¿Sabes lo que se ve como la última esperanza del liguismo?

Si lo considerara desde un punto de vista egoísta, probablemente hubiera permanecido en casa, evitando este riesgo y no habría dado este paso. Sin embargo, con la edad, reconozco que uno debe estar abierto a lo que el futuro pueda ofrecer. Este es un último intento de mi parte por aportar felicidad a los aficionados. No se trata de mí, sino de llevar tranquilidad a la situación de la Liga Deportiva Alajuelense.

La publicación Óscar Ramírez: «Sé a lo que vengo» apareció primero en un periódico adicional.