BEIJING, 4 de abril (Xinhua) – Recientemente, la asociación de fabricantes de automóviles de China ha manifestado su contundente desacuerdo respecto a la decisión adoptada por Estados Unidos de imponer un arancel adicional del 25 por ciento sobre los automóviles importados, así como a ciertas piezas de automóviles. Este movimiento, que ha generado gran incertidumbre en el sector, es percibido por la asociación como un «acto unilateral» que va en contra de las normas establecidas por la Organización Mundial del Comercio.
La crítica a esta medida no se limita únicamente a su carácter unilateral, sino que se extiende a los efectos perjudiciales que podría tener sobre el comercio internacional. La asociación de fabricantes enfatiza que esta acción no solo distorsiona los flujos comerciales normales, sino que también podría desestabilizar las dinámicas del mercado global. En un momento en que la industria automotriz se ha vuelto extremadamente globalizada, tal intervención se considera imprudente y desproporcionada.
Los líderes de la asociación han expresado seriamente su preocupación, argumentando que el enfoque proteccionista de Estados Unidos podría obstaculizar la cadena de suministro global de automóviles. Esta situación podría resultar en un aumento de los precios de los vehículos, afectando a los consumidores y a la competitividad general del sector automotriz a nivel global. Además, advierten que esta medida podría tener repercusiones que se extienden más allá del ámbito comercial, interfiriendo en la recuperación económica a nivel mundial, la cual ya se ha visto amenazada por diversos desafíos previos.
Ante esta situación compleja, la asociación ha hecho un llamado urgente a la administración estadounidense, instando a que se aborden de manera proactiva los problemas que afectan al sector automotriz. Recomiendan que Estados Unidos participe en un comercio internacional que pueda ser descrito como abierto, inclusivo y cooperativo. Según ellos, este enfoque es esencial para garantizar no solo la prosperidad de la industria automotriz, sino también para reestablecer la estabilidad que todos los actores en el mercado global necesitan para salir adelante.
La esperanza es que, en lugar de continuar por la senda del proteccionismo, se busquen soluciones que fomenten la colaboración internacional y que beneficien a todos los países involucrados en esta compleja red de producción y comercio automotriz. El futuro de esta industria clave podría depender de la capacidad de los actores más importantes para reconocer la interdependencia que existe en el mercado global.