En Washington, el 2 de abril de 2024, se anunció que el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) ha iniciado una serie de despidos masivos, con miles de empleados recibiendo notificaciones en diversas agencias gubernamentales. Esto ha generado una intensa preocupación entre los profesionales de la salud y la comunidad científica en general.

Los recortes presupuestarios que se están implementando son drásticos y afectan a departamentos vitales dentro del HHS. Las agencias como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) han visto reducidas sus capacidades operativas, lo que plantea serios interrogantes sobre la salud pública y las iniciativas de investigación científica en el país.

Como reacción a estos recortes, se ha manifestado el temor de que estas decisiones afecten significativamente la capacidad del país para gestionar y prevenir crisis de salud. Se ha informado que la administración del expresidente Trump despidió a un número considerable de trabajadores federales dedicados a la salud, incluyendo a líderes y científicos que desempeñaron un papel crítico en la regulación de alimentos, medicinas y la vigilancia de enfermedades, así como en la investigación de tratamientos innovadores.

De acuerdo con un informe de Medium, las notificaciones de despido comenzaron a ser enviadas a los empleados a las 05:00 hora local (10:00 GMT), afectando a oficinas encargadas de temas esenciales como la seguridad alimentaria a nivel global y la salud pública. Los empleados se vieron obligados a presentar sus credenciales en la entrada de los edificios donde trabajaban y, tras recibir las noticias de sus despidos, se les indicó que regresaran a sus hogares.

Expertos en enfermedades infecciosas, incluyendo aquellos que luchan contra el VIH, han advertido que los recortes en el HHS expondrán al país a un mayor riesgo de brotes de enfermedades infecciosas y crónicas. La disminución de personal capacitado en agencias clave podría contribuir a un aumento en la vulnerabilidad ante dichas enfermedades.

Robert Califf, excomisionado de la FDA en dos ocasiones, expresó su preocupación al afirmar que la agencia se encuentra en un momento crítico. «La FDA, tal como la conocemos, está llegando a su fin», comentó, señalando que muchos de los líderes con experiencia y conocimiento institucional que son fundamentales para la seguridad y el desarrollo de productos ya no están en sus cargos.

Además, el HHS tiene como objetivo reducir su personal de aproximadamente 82,000 empleados a solo 62,000, como parte de una «reestructuración» en curso que contempla despidos anticipados y un programa de compensación gubernamental.