¡Gracias CCSS! Un corazón mecánico ha vuelto a manos de Don Henry.
abril 1, 2025
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A los 56 años de edad, Henry Sánchez, un residente de Coronado, experimentó una transformación notable en su vida gracias a la implantación de un corazón mecánico, un
A los 56 años de edad, Henry Sánchez, un residente de Coronado, experimentó una transformación notable en su vida gracias a la implantación de un corazón mecánico, un procedimiento realizado por el equipo profesional del Hospital Rafael Opgel Calderón Guardia. Esta intervención es un testimonio del avance en las tecnologías médicas y la dedicación del personal médico a la salud y el bienestar de sus pacientes.
El procedimiento fue llevado a cabo tras años de lidiar con insuficiencia cardíaca avanzada, una condición que deterioró significativamente su salud y que dificultó su acceso a un trasplante, el cual no era una opción viable. Henry, que había enfrentado múltiples desafíos relacionados con su condición, se encontró con una nueva opción que le ofreció esperanza y la posibilidad de una mejor calidad de vida.
«Siento que antes, todo lo que he hecho antes, y puedo hacerlo ahora. No hay límites», compartió Don Henry al reflexionar sobre los cambios positivos en su estado de salud desde la operación. Su entusiasmo es contagioso y refleja la felicidad que siente por recuperar la energía y vitalidad que había perdido durante años.
Tras ser descartado para un trasplante, Henry fue informado sobre la opción de recibir el último modelo de dispositivo de ayuda ventricular, el Heartmate III. «Me desperté y era completamente diferente, porque la sangre llegó a todas las demás partes que no habían llegado antes… era un riego por parte del cuerpo, cerebro, órganos principales, en los pies», explicó el paciente, quien siente un profundo agradecimiento hacia la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y todo el equipo humano que estuvo a cargo de su recuperación.
Alexander Sánchez Cabo, gerente médico del CCSS, subrayó la complejidad del procedimiento y su importancia: «No es cualquier procedimiento. Es una cirugía de especialización complicada y muy alta, que no solo demuestra la capacidad técnica del CCSS, sino también nuestra dedicación a la vida de las personas y con acceso a tratamientos de calidad para todos». Esta declaración refleja el esfuerzo constante de la institución por mejorar y ofrecer a los pacientes lo mejor en cuidados de salud.
Tania Jiménez Umaña, directora general del hospital, compartió que este avance resalta el compromiso del sistema de salud con la innovación tecnológica y el acceso equitativo a tratamientos modernos y efectivos. La cirugía fue llevada a cabo por un equipo multidisciplinario altamente capacitado, lo que garantizó el éxito del procedimiento.
El Heartmate III se diseñó específicamente para proporcionar apoyo circulatorio continuo a pacientes que sufren de insuficiencia cardíaca avanzada. Este dispositivo se encarga de bombear sangre cuando el corazón no logra hacerlo de manera adecuada, minimizando complicaciones y mejorando la calidad de vida a largo plazo de quienes lo utilizan.
Heartmate III, o Heart Mechanical Heart, es un último dispositivo ventricular tecnológico diseñado para proporcionar soporte circulatorio continuo.
Previo a la cirugía, Henry fue sometido a una evaluación exhaustiva que incluyó estudios de imágenes detallados, como ecocardiogramas, tomografías y resonancias magnéticas, para analizar su corazón y su estructura. También se realizaron pruebas de laboratorio para evaluar su función renal, hepática y de coagulación. Posteriormente, un equipo multidisciplinario compuesto por cardiólogos, cirujanos cardíacos y otros especialistas revisó su caso para asegurar la adecuada preparación para el procedimiento.
La cirugía, que constituye una operación mayor, requiere anestesia general, y durante el procedimiento, se conecta al paciente a una bomba de circulación extracorpórea para la oxigenación. El cirujano realiza una incisión en el tórax para acceder al corazón y colocar el dispositivo, que se sitúa parcialmente en el órgano y en la cavidad torácica. Una vez colocado, el dispositivo se prueba y calibra para asegurar un flujo sanguíneo continuo, lo que incluye verificar posibles fugas y asegurar su funcionamiento correcto. Este proceso puede durar entre cuatro y seis horas.
Después de la cirugía, Henry mostró una notable recuperación, experimentando mejoras significativas en su calidad de vida, con una marcada reducción en síntomas tales como fatiga extrema, problemas respiratorios y acumulación de líquidos. Su caso representa el segundo procedimiento de este tipo en la historia del país y también en la región centroamericana, siendo el primero realizado, también en Calderón Guardia, donde se colocó un dispositivo similar de manera temporal.