abril 7, 2025
Uncategorized

Cómo redactar para abogados

  • abril 1, 2025
  • 0

Pablo Salazar * Por Pablo Salazar (Martes 11, 2025, salarios). Es fundamental que revise y analice tanto como empleado como lector. Textos legales. En Costa Rica, existe una

Cómo redactar para abogados
Pablo Salazar *

Por Pablo Salazar

(Martes 11, 2025, salarios). Es fundamental que revise y analice tanto como empleado como lector. Textos legales.

En Costa Rica, existe una considerable y temida discapacidad relacionada con el acceso a la información legal, especialmente para el sector masculino en el ámbito del derecho. Hay un gran número de abogados en el país, y puedo afirmar que es posible encontrarse con un texto redactado por un abogado real. Sin embargo, no es sorprendente que muchas cartas y documentos legales sean incomprensibles, lo que provoca grandes malentendidos sobre los textos y su significado, y esto no se debe necesariamente a la complejidad del lenguaje técnico utilizado, sino más bien a cómo está estructurado.

Consideremos, por ejemplo, a un mecánico que aspira a un rendimiento óptimo; se asegurará de utilizar las mejores herramientas, o a un deportista que selecciona el calzado más adecuado para su rendimiento. Por otro lado, un dentista procura tener en su dominio la pieza más precisa de alta velocidad para su trabajo. Un conductor busca la comodidad en su vehículo; un locutor juega con su voz para cautivar a su audiencia… Estos profesionales, en su mayoría, cuentan con el conocimiento necesario para manejar su campo con eficacia. Sin embargo, es decepcionante notar que el abogado a menudo parece ser el único profesional que no se preocupa por la calidad de sus herramientas laborales.

Esto plantea la pregunta de cómo es posible que en un campo tan significativo como el jurídico, donde las palabras y su significado son fundamentales, la atención a la calidad del lenguaje se pase por alto.

La ley puede ser vista como un edificio lingüístico. Este edificio se construye con el idioma (en español), y ha sido el medio que ha permitido el funcionamiento del sistema jurídico. Desafortunadamente, puedo afirmar sin miedo a estar equivocado que una gran mayoría de los abogados no poseen un dominio adecuado del lenguaje articulado. Un grupo considerable incluso está lejos de tener el nivel necesario. Además, existe una reducción alarmante del vocabulario, y frecuentemente, esto lleva a un empobrecimiento de las ideas expresadas. ¡Es sorprendente cómo estos fenómenos coinciden en la práctica diaria!

No se necesita que un texto legal sea una obra de arte literaria; no se trata de buscar entretenimiento en la redacción de documentos legales (¡imagina qué impacto tendría si se lograra!), pero sí es esencial que sean comprensibles. La claridad en la escritura es primordial.

En conclusión, y para finalizar, no quiero adoptar una actitud negativa: esta lamentable realidad persiste en cada situación dentro del trabajo legal. El daño causado por esta falta de atención al lenguaje es evidente, incluso entre los estudiantes de primer año de Derecho en Delaware y entre algunos líderes de la doctrina jurídica más prestigiosa. Todo esto plantea interrogantes sobre la calidad de la formación y sobre la comprensión general de los fundamentos del derecho.