San José, Mar (Elpaís.cr) .- En un paso significativo, la actual junta del Fondo de Seguridad Social Costa Rican (CCSS) ha emitido una recomendación legal para proceder con el nombramiento de cooperativas que administrarán 138 EBAI, en el contexto de la investigación en torno al caso llamado ‘Barren’. Este desarrollo es parte de un esfuerzo más amplio para garantizar la transparencia y la integridad dentro del sistema de salud costarricense.
El siguiente paso recae en el Centro de Instrucción de Procedimientos Administrativos (CIPA), el organismo encargado de tomar decisiones en estas materias. Se espera que CIPA avance con las acciones pertinentes que resulten en la declaración de nulidad absoluta para los contratos en cuestión, lo cual es un hecho esencial en el proceso administrativo que se está llevando a cabo.
En otra nota importante, el Controlador General de la República (CGR) ha manifestado que uno de los contratos relacionados con este alquiler se declara nulo, aduciendo que no se cumplió con el principio de un precio justo. Este hallazgo se basa en criterios claros establecidos por la ley, y ha llevado a la cancelación de otros contratos para evitar complicaciones en el futuro, lo que demuestra un incremento en la vigilancia por parte de las autoridades competentes sobre este asunto.
Un acontecimiento histórico tuvo lugar el jueves, cuando el Consejo de Directores del CCSS resolvió declarar la nulidad absoluta en relación a una licitación polémica que fue otorgada en julio de 2024. Esta licitación, destinada a la provisión de servicios de salud en diez áreas de primer nivel, estaba rodeada de sospechas de irregularidades y precios exorbitantes que no se veían en la última década.
El proceso, delineado con el número 2023ly -000002-0001101142, beneficiaba a cuatro cooperativas y una asociación vinculada al Hospital Clínico Bíblico, en medio de investigaciones más amplias que se desarrollan en torno al caso de «barrenador», que implica a antiguos líderes del CCSS.
La presidenta ejecutiva, Mónica Taylor Hernández, ha instruido al equipo de gestión médica para que emprenda la compra urgente de proveedores alternativos, como un medio para evitar un colapso en la atención sanitaria de 589,138 personas en regiones como Santa Ana, Escazú, Pavas, Tibás, Desamparados 2 y Carpio-Lón XIII, entre otras zonas críticas.
Menciones de Nulidad para la ‘Vicaría Manifiesta’
Durante una sesión que estuvo marcada por la tensión, la junta respaldó una opinión legal que indicaba una serie de «vicios absolutos» presentes en nueve de los diez contratos otorgados. Aquellas cooperativas que resultaron favorecidas incluyen a Coopesana (Santa Ana), Coopesalud, Coopesain, Coopesiba (Barva) y Breatheco (conexión a la clínica bíblica).
Andrey Quesada, subdirector del CCSS, reiteró que esta decisión se fundamentó en diversas «recomendaciones técnicas y en la protección de los usuarios». A su vez, la directora sindical, Martha Rodríguez, defendió el voto afirmativo al considerar que se estaba actuando en interés del público.
El pronunciamiento de la junta también sugiere que CIPA cierre el expediente relacionado dentro de un periodo no mayor a dos meses, todo ello siguiendo los principios de un proceso administrativo apropiado.
Plan de Contingencia: Tres Escenarios para Evitar el Colapso
Ante el riesgo de que los servicios sean interrumpidos, la gerencia médica ha elaborado un plan de contingencia que contempla diferentes alternativas. Esto incluye el alquiler de emergencia con nuevos proveedores, manteniendo temporalmente las cooperativas actuales. Adicionalmente, se evaluará la redistribución de pacientes en áreas del CCSS por un periodo de hasta tres años, en caso de que las negociaciones urgentes lleguen a fracasar.
Institucionalización Definitiva de Áreas de Salud
Sumado a esto, se ha creado un equipo intergremial que incluye profesionales de áreas médica, financiera y logística, con el objetivo de preparar una nueva licitación que sea completamente transparente.
A medida que la oficina del fiscal profundiza en la investigación del «caso alcista», el CCSS enfrenta el reto central de garantizar la continuidad de los servicios a través de compras urgentes, reestructurando los procesos de licitación con auditorías externas y definiendo responsabilidades en el marco de las irregularidades presupuestarias que se alegan.
El presidente Taylor ha afirmado que la institución actuará con un «cumplimiento estricto de la ley», pero también advirtió que este escándalo podría revivir el acalorado debate en torno a la posible privatización del sistema de salud pública. La cancelación de estos contratos marca un antes y un después en la lucha contra la corrupción dentro del CCSS, pero también pone en evidencia las grietas sistémicas en el sistema de adquisición pública, donde la presión social y judicial podría ser clave para prevenir que situaciones similares se repitan en el futuro.